martes, 2 de septiembre de 2025

 



MARCO RUBIO Y LOS CUESTIONADOS ALCALDES
"Los hombres más arrogantes son los que generalmente están equivocados , otorgan toda la pasión a sus puntos de vista, sin una apropiada reflexión".
Por Jaime Cedillo F.
No hay un explicación oficial sobre la invitación de la cancillería a los tres alcaldes más cuestionados y rechazados del país: el de Quito, Pabel Muñoz, de Guayaquil, Aquiles Álvarez, y de Cuenca, Cristian Zamora Matute. A los tres correístas que han hecho hasta lo imposible para desprestigiar al gobierno de Daniel Noboa, con declaraciones y acciones que han sido públicas y notorias.
Señora canciller Gabriela Sommerfeld, nos debe una explicación a los ecuatorianos. Por qué esos "personajes" son invitados a propósito de la visita del Secretario de Estados de los Estados Unidos de Norteamérica, Marco Rubio, a nuestro país. Ahora, si es para endosar más problemas de los que ya tenemos, no, muchas gracias.
Ya sabemos que presiden las ciudades más grandes e importantes: Quito, luz de América; Guayaquil, la Perla del Pacífico: y, Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Pero también gozan de enormes porcentajes de impopularidad y enfrentan cuestionamientos por malos manejos administrativos. Los dos primeros han sido sancionados por el Tribunal Contencioso Electoral, multados y obligados a pedir disculpas públicas.
Muñoz, enfrenta un proceso de revocatoria del mandato que está en marcha, con la participación entusiasta y masiva del pueblo quiteño, que rechaza la ineficiencia de su administración. El colectivo ha recogido en calles y plazas más de las firmas exigidas por el Código de la Democracia, que serán entregadas al Consejo Nacional Electoral, para que sean revisadas y aprobadas. Cumplido este proceso, si no hay metida de mano negra, vendría la fijación de la fecha para que el pueblo de manera libre y soberana, se pronuncie en las urnas sobre la continuación o salida del burgomaestre capitalino.
Aquiles Álvarez, portador de grillete electrónico en uno de sus tobillos, por orden judicial, enfrenta un juicio penal por tráfico de combustibles, denominado el caso Triple A. Resulta que los muy sabidos compraban el combustible al Estado (subsidiado) y lo revendían, obteniendo suculentas ganancias. El invitado de "honor" por la cancillería, exhibirá el grillete frente al funcionario norteamericano, y dirá que es un "trofeo" que llevan, por lo general, sólo los "revolucionarios" correístas.
En el caso del alcalde de la ciudad patrimonial, el mismo que hizo campaña abierta, con fondos públicos, a favor de su coidearia Luisa González, la que anda de parranda por Europa, disfrutando a sus anchas, derrochando a manos llenas, el dinero que le sobró de la campaña, que seguramente serán millones, porque para darse esos lujos descarados, se necesita una buena cuenta bancaria, y no simples cuotas de los adherentes.
Zamora, el que se llena la boca diciendo que "después de yo" les juro carajo, nadie, es señalado con el dedo acusador, del cometimiento de una serie de abusos al frente de la alcaldía. Recién la Contraloría hizo público una auditoría especial, ratificando, con lujo de detalles, cada uno de los contratos elaborados al margen de la ley. La entidad de control ha investigado cómo se armaron los contratos direccionados para favorecer a su círculo de "mimados".
Cientos de miles de dólares fueron a parar en pocas manos, y los responsables de la malversación de fondos tendrán que rendir cuentas, más pronto que tarde, porque no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague.
Zamora, el que anda en blindado de 180 mil dólares, fue denunciado ante Tribunal Contencioso Electoral, por infracción electoral grave. Estamos a la espera que se fije nueva fecha y hora de la audiencia, para saber cuál es el pronunciamiento de los jueces.
Invitar a una reunión oficial a sujetos políticos que no gozan de simpatía popular y que son investigados y procesados por acciones u omisiones, en el mal desempeño de sus funciones, no es una decisión sabia ni correcta del gobierno del "Nuevo" Ecuador. El tiempo lo dirá.
El Observador

 


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