ZAMORA Y SUS ALZAMANOS, FUERON POR LANA PERO SALIERON TRASQUILADOS
Por Jaime Cedillo F.
Cuando se pierde el respeto de una comunidad, es mejor dar un paso al costado, antes que el desprecio siga creciendo como una bola de nieve, hasta volverse incontenible. Lo que ha vivido Cuenca, en las últimas semanas, por la irresponsabilidad del alcalde Cristian Zamora Matute y trece concejales, que han cumplido el papel de alcahuetes, pretendiendo hacer y deshacer a su antojo la administración municipal, ha colmado la paciencia de los ciudadanos.
Han sido dos años de actos de la peor calaña, encabezados por quien debía dar ejemplo de respeto y tolerancia, se convirtió en un capataz de hacienda, que ha mal gobernado la ciudad patrimonial a punta de agresiones verbales, para imponer su verdad, su capricho, y su ley.
Sus víctimas han recibido ofensas de grueso calibre, de su boca han salido toda clase de improperios, para los que han expresado no estar de acuerdo con su comportamiento, con su manera alegre de manejar los dineros del presupuesto municipal, derrochados a manos llenas en cosas banales como conciertos de música que han costado un ojo de la cara, sin que ninguna institución de control, haya podido poner freno, peor sancionar, para clausurar esta fanfarria.
El Observador ha dado a conocer con detalles (fechas y cifras) cada una de las denuncias que han salido a la luz pública, ya sea por investigación propia, o por el trabajo de dos concejales que han sabido representar a la ciudad con honestidad, cumpliendo a cabalidad sus obligaciones de legislar y fiscalizar: Xavier Bermúdez y Diana González. Ellos, a pesar de haber recibido amenazas, insultos del boquisuelto, en las sesiones amarradas del Concejo Cantonal, para imponer lo que le venga en gana, pisoteando leyes, ordenanzas, reglamentos; haciendo caso omiso a la voz del pueblo.
A espaldas del pueblo, sin la participación ciudadana, sin socialización, engañando y mintiendo, Zamora ordenó a sus alzamanos que aprueben las ordenanzas recaudatorias y confiscatorias, conocidas con las siglas: PDOT y PUGS. Y, anunció como “Sísifo de Opereta”, que se venían las multas, las demoliciones, los embargos, que eso es lo que dispone la ley, que se preparen porque la camada de cuervos harán su agosto, cueste lo que cueste y digan lo que digan.
Se deja constancia que los autores y cómplices del atraco que pretendían dar a los bolsillos de los habitantes de la ruralidad (especialmente), son los siguientes mimados, a los que se les paga los favores recibidos, con prebendas, halagos, y hasta aprovechando la ignorancia en materia de legislación, porque lo que natura no da, Salamanca no presta: Marisol Peñalosa, Manuel Alvarado, José Fajardo, Rocío Juca, Paul Pañi, Mónica Pesántez, Federico Guzmán, Gabriela Brito, Jimmy Flores, Jenny Bermeo, Román Carabajo, Gustavo Valencia e Iván Abril.
Pero con lo que no contaron los autores del desbarajuste, es que los perjudicados, dejaron a un lado sus herramientas de trabajo, con las que labran la tierra para alimentar a los de la ciudad, las amas de casa hicieron un pare en sus tareas domésticas, los ancianos le dieron una tregua a sus achaques, angustias y sufrimientos, y llegaron a la ciudad asaltada por los truhanes, y le hicieron retroceder al reyezuelo déspota, y los alzamanos pretendieron lavarse las manos, y con el rabo entre las piernas, se escondieron hasta que el pueblo enfurecido levantó la bandera del triunfo, dejando al capataz y a sus alcahuetes, un mensaje contundente: estaremos en pie de lucha las veces que sea necesario.
Quedó grabada en la conciencia y corazones de todos, las palabras de la anciana campesina, con megáfono en mano, en pleno parque Calderón, le dijo: OCIOSO, COBARDE, LÁRGATE.
“El periodismo es una trinchera de resistencia frente a la hostilidad, la autocensura, ataque a la libertad de expresión. El miedo no deber frenar el trabajo de los periodistas. No podemos callarnos para no incomodar”.
El Observador
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