El observador

 

René Cardoso

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(diario El Mercurio, domingo 17 de marzo)

MUSEO SIN FUTURO Y ORQUESTA EN LA CALLE

René Cardoso Segarra.

En el año de 1956 la comunidad de padres jesuitas de la Compañía de Jesús inaugura el nuevo edificio para su colegio que se ubica en el sitio arqueológico de Pumapungo. En 1980 el Banco Central lo adquirió a la comunidad de padres jesuitas. Allí se instalaron el Museo y el Centro de Investigación y Cultura. La biblioteca Víctor Manuel Albornoz, la musicoteca, los magníficos archivos, las reservas de arqueología, arte pictórico, etnografía, las salas expositivas del Museo y las investigaciones arqueológicas en el sitio de la antigua Tomebamba, constituyeron servicios culturales de gran calidad y atractivo para los públicos. Las autoridades del Banco Central mantuvieron al edificio en óptimas condiciones.

En 1992 esas unidades culturales se trasladaron a los nuevos edificios del Banco, diseñados por los arquitectos Enrique Malo Abad y César Piedra Landívar, ubicados en la calle Larga y avenida Huayna Cápac. Desde el año de 1997 la Orquesta Sinfónica de Cuenca, ocupa el antiguo edificio del Colegio Borja para sus salas de ensayo y áreas administrativas. Desde que el emblemático edificio del ex Colegio Rafael Borja, el Teatro y Museo Pumapungo, pasaron a ser administrados, en el año 2007, por el Ministerio de Cultura, comienza su penoso camino del deterioro.

Es muy triste y preocupante ver el actual estado del edificio en el que más de treinta promociones de bachilleres se formaron en sus aulas y que además fue el corazón de lo que actualmente constituyen el Museo Pumapungo y su Parque Arqueológico. Una época, en especial la década de los ochenta, que el gran cuencano Hernán Crespo Toral, con nostalgia, la llamaba “la belle epoque, cuando iniciamos el rescate de nuestra identidad profunda”.

Hoy, transcurridos sesenta y ocho años desde la inauguración del edificio histórico y patrimonial del Colegio Borja, es urgente que el Estado y la Municipalidad de Cuenca, intervengan en su rescate. Es su responsabilidad y obligación con la ciudad. Las respuestas en el sentido de que el mantenimiento de ese bien patrimonial inmueble finalmente está en manos del Ministerio de Cultura, que a su vez pasa esa responsabilidad a la SENESCYT, sorprenden y es desconocer las necesidades del Museo Pumapungo y de la Orquesta Sinfónica de Cuenca. Es inaudito e ilegal que se pretenda imponer un comodato de uso por treinta años a favor de la SENESCYT, sobre otro ya existente y que faculta a la Orquesta la ocupación del edificio hasta el 2026. Esta fue la razón jurídica por la que el pretendido comodato no pudo ser protocolizado en las notarías de la ciudad quedando sin efecto la disposición arbitraria de la ministra de cultura del gobierno de Lasso.

Ese edificio debe ser rescatado, intervenido en su restauración y usado para instalar un gran centro tecnológico con talleres y laboratorios para la conservación, restauración, investigación, de miles de piezas de las colecciones del Museo y del mismo sensible sitio arqueológico. No permitamos que el Museo se quede sin futuro y la Orquesta en la calle.