lunes, 10 de febrero de 2020

LUNES, 10 DE FEBRERO DE 2020

Así funciona

Se trata del coronavirus o virus de Wuhan, pero desde una perspectiva financiera mundial, no solo local. Lo cuenta el Financial Times. Primero, los movimientos de inversores que apuestan sobre seguro, es decir, empresas que podrán producir (una vez lo inventen) la vacuna y los movimientos más arriesgados con menos probabilidad de éxito pero con más posibilidad de beneficio. Para completar el funcionamiento del capitalismo, empresas que hacen correr el rumor (falso, totalmente falso) de que van a poder poner la vacuna en el mercado pronto, atrayendo así la sed de beneficios inmediatos y elevados de los inversores.
No se me había ocurrido que también en este campo funcionasen las reglas del juego global con tanta claridad. Tendría que haber recordado los casos extremos de soborno a funcionarios de la OMS o la venta de productos sin suficiente experimentación o la compra de médicos (la "astilla") para que receten una cosa u otra (El caso de Hong Kong es particular). Ya se sabe: producto, precio, promoción y plaza. Por mucha preocupación que genere el coronavirus (peor que SARS), uno acaba viendo que gobiernos, empresas, consumidores, intermediarios, investigadores y proveedores actúan siguiendo las dichas reglas, que incluyen las mentiras gubernamentales, los trucos empresariales (se llaman marketin), las irracionalidades de los consumidores, los abusos de los intermediarios, las falsificaciones de los investigadores y las manipulaciones de los proveedores. Lo que se llama mercado libre y transparente en competencia perfecta.
Aunque la historia no se repite ni en comedia ni en tragedia, vendrá bien echar un vistazo a una vieja estafa (aunque el artículo exagere un pelín). Se trató de otra gripe y de un remedio excelente para la misma promovido por una reconocida empresa farmacéutica internacional entre cuyos accionistas estaba un miembro del gobierno del país más importante del mundo (second to none). Aunque el remedio no funcionaba, los países-súbditos (como España) siguieron órdenes y se gastaron una pasta haciendo acopio preventivo de tal remedio que, cosas de la vida, tuvo que echarse a la basura. ¿Quién salió ganando? ¿El mercado? ¿El accionista? ¿La empresa? ¿La OMS que picó el anzuelo?. No tiene por qué repetirse, pero el que avisa no es traidor.

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