miércoles, 7 de mayo de 2014

Carta pública al Presidente Correa



Quito, 28 de abril de 2014

Sr. Presidente de la República del Ecuador
Economista Rafael Correa Delgado

La honra es un derecho fundamental de todas las personas, que debe ser protegido con el fin de no menoscabar el valor intrínseco de los individuos frente a la sociedad y frente a sí mismos, y demanda ser protegida por el Estado a partir de la consideración de la dignidad de las personas. Este principio, en nuestro país, es letra muerta; quienes nos atrevemos a pensar diferente al gobierno y a hacer escuchar nuestra voz, no solo nos exponemos a la represión policial sino, además, al escarnio público.

Eso ocurrió, una vez más, en el espacio mal llamado "La libertad de expresión ya es de todos", correspondiente al enlace N° 371, del 26 de abril de 2014, en el que nuevamente la propaganda gubernamental, en forma distorsionada, ha hecho mención de mi participación en la defensa del Yasuní. Espacio que, por cierto, es financiado con recursos económicos de todos los ecuatorianos y ecuatorianas y aprovechado para erigir la egolatría del Presidente.
Preceptos constitucionales como la libertad de opinión y expresión, Art. 66 (6) de la Constitución; el derecho a profesar en público nuestras creencias Art. 66 (8); y, el derecho al honor y al buen nombre y a la protección de la imagen y la voz de la personas. Art. 66 (18) han sido pisoteados en el mencionado enlace, lo que no llama la atención pues responde a una reiterada conducta gubernamental caracterizada por la intolerancia, la prepotencia, la mentira, la demagogia y el cinismo.
Es de conocimiento que soy un joven universitario, consciente de los problemas que existen en nuestra sociedad y el mundo. Desde hace años decidí combinar mis estudios con el activismo social y luchar por la defensa de los derechos de la juventud, por los intereses de los sectores populares y del país. Como miles de jóvenes; fui parte de ese torrente popular que derrocó al gobierno de Lucio Gutiérrez y que exigió la salida de la petrolera OXY; en el 2008, fui parte de esos jóvenes que tras debatir en foros y talleres nos movilizamos a Montecristi para entregar nuestras propuestas respecto de temas como educación y salud gratuitas, el voto facultativo a los 16 años, etc. que se contemplan en la actual Constitución; tengo el orgullo de haber sido presidente nacional de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador y actualmente ser dirigente estudiantil universitario.
Soy de izquierda, de auténtica izquierda, y no de esa caricatura pseudo izquierdista que se prosterna ante los emisarios del gobierno estadounidense para afirmar su fidelidad al capitalismo y distanciarse de posturas antiimperialistas como lo hizo Ud. cuando recibió a Hillary Clinton. Admiro al Che por lo que se propuso conquistar y por la consecuencia que mantuvo con sus principios hasta su muerte; el ejemplo del Che hay que tenerlo presente todos los días como virtud revolucionaria y no como instrumento para conquistar votos en los procesos electorales.
La coherencia con mis principios me llevan a luchar en defensa del Yasuní, como lo hice en su momento por la tarifa estudiantil para los jóvenes de secundaria o en solidaridad con las mujeres a las que Ud. ha denigrado en varias ocasiones. Soy parte de los jóvenes recolectores que presentaron las 756.291 firmas por la Consulta Popular que hoy se la busca negar a través de un sin número de artimañas. Estuve presente el día en que cientos de militares y policías sacaron a la fuerza y de forma violenta las firmas del Consejo Nacional Electoral; en las imágenes proyectadas en la pasada sabatina, ninguna muestra los señalamientos y acusaciones que se realizan en mi contra. Al contrario, mi voz es clara exigiendo ¡tranquilidad!, lo que muestra la manipulación que se hace de esos sucesos, en los que varias personas fueron agredidas física y verbalmente por la fuerza pública. Por supuesto, eso no se publica.
A quienes pedimos que consulte al pueblo se nos acusa de violentos, pero una forma de violencia es negar el ejercicio de derechos, como en este caso el derecho a que el pueblo decida si se explota o no el Yasuní. La violencia de la cual se nos acusa a muchos jóvenes existe solo en la mente de este Gobierno y en la de sus publicistas que manipulan imágenes con el fin de justificar sus acciones y suprimir el derecho a la participación en política mediante la difamación.
¿Por qué tanto miedo a convocar a una consulta popular? ¿Por qué tanto esfuerzo en desprestigiar a organizaciones y personas que hemos trabajado en recoger firmas para defender el Yasuní? ¿Por qué se quiere negar el derecho de más de 750 mil ecuatorianos y ecuatorianas a exigir la consulta?
Espero que este video y las acusaciones que se hacen en él no sea la antesala para criminalizar la acción que vengo desarrollando, como ha ocurrido en casos similares anteriores, y sea objeto de procesos judiciales por sabotaje y terrorismo.
Señor Presidente, ya que se ha permitido calumniarme desde Génova, le recuerdo que a no muchos kilómetros de allí, en Florencia, nació Dante Alighieri que, en su obra cumbre, la “Divina Comedia”, escribió: "segui el tuo corso, e lascia dir la genti" (sigue tu curso y deja que la gente hable). Frente a personas como Ud., esa es mi divisa.

Atentamente,
Andrés Quishpe
Coordinador Nacional Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador

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