jueves, 9 de marzo de 2023

Acta del Reconocimiento a la Excelencia 2023, otorgado a Jennifer Ávila Marzo 6, 2023 El Consejo Rector de la Fundación Gabo, conformado por Leila Guerriero y Martín Caparrós (Argentina), Natalia Viana y Rosental Alves (Brasil), Mónica González (Chile), Germán Rey (Colombia), María Jesús Espinosa de los Monteros (España), Jon Lee Anderson (Estados Unidos), Carmen Aristegui (México), Carlos Fernando Chamorro y Sergio Ramírez (Nicaragua), Héctor Feliciano (Puerto Rico) y Luz Mely Reyes (Venezuela), reunidos de forma presencial y por videoconferencia en Cartagena, Colombia los días 24 y 25 de enero de 2023 con la presidencia de Jean-François Fogel (Francia) y con la asistencia del equipo de la Fundación Gabo encabezado por su director general, Jaime Abello Banfi, después de una amplia deliberación decide otorgar el Reconocimiento a la Excelencia Periodística del Premio Gabo 2023, que hace memoria a nuestro fundador Gabriel García Márquez, a la periodista Jennifer Ávila Reyes, reportera, cofundadora y directora editorial del medio digital Contracorriente, que ha emergido como un ícono en la investigación sobre la corrupción, el crimen organizado y la impunidad en Honduras; y por su compromiso profundo con la verdad, la justicia y el combate a la violencia estructural que afecta a las mujeres y la democracia en uno de los países latinoamericanos donde es más difícil ejercer el periodismo. Contracorriente nació en 2017 en medio de una nueva época convulsa en Honduras, después de un golpe de Estado y una cuestionada reelección presidencial. Muy pronto ese medio digital se fue convirtiendo en un sitio de referencia del periodismo de investigación y la información rigurosa que no aparece en otros medios, en un país que parecía borrado de la memoria regional y global. Jennifer Ávila, nacida hace 32 años en El Progreso, Yoro, ejerce el periodismo de investigación en un país en el que las mujeres y los defensores del medio ambiente, minorías étnicas y derechos humanos son objeto de “violencia histórica”, como la calificó recientemente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Basta recordar que solo en lo que va corrido de este año 2023 han sido asesinados cinco defensores del medio ambiente y el territorio en Honduras. Con ese periodismo vigoroso y ético en medio de serios obstáculos, Jennifer Ávila y el joven equipo de Contracorriente están siendo una escuela para la nueva generación de periodistas hondureños que ha sido forzada a sobrevivir en un sistema político controlado por mafias y autocracias. De acuerdo con el último estudio de Emergency Watchlist 2022, del Comité Internacional de Rescate (IRC), Honduras es el país más mortífero de América Central (38,6 homicidios por cada 100.000 habitantes). El ejemplo inspirador de Jennifer Ávila es considerado una fuerza transformadora en Centroamérica y más allá, desde un país asediado por la violencia, la corrupción y el crimen organizado. El liderazgo de Ávila destaca en un entorno en el que no es claro cómo se puede seguir haciendo periodismo. Su inteligencia, firmeza y personalidad la convierten en una abanderada del buen periodismo que ilumina y da fuerza. Su equipo en Contracorriente –en su mayoría mujeres jóvenes, entre las que se destaca la cofundadora, Catherine Calderón– es un ejemplo admirable de periodismo independiente en medio de la hostilidad y el acoso hacia tales medios, en un entorno profundamente machista. A pesar de los riesgos a su integridad, la dificultad de acceso a la información, su equipo ha logrado consolidarse como un referente hondureño en investigaciones regionales y transnacionales que han tenido impacto dentro y fuera de sus fronteras. Jennifer Ávila es una joven profesional que, a pesar de todas las dificultades, ha decidido perseverar en el ejercicio del buen periodismo haciendo honor al principio de que el derecho a la información no es un privilegio de los periodistas, sino un derecho de los pueblos. Y también, que la mayor contribución del buen periodismo a la cultura democrática está en buscar y decir la verdad. Por ello, es una periodista que recorre calles y regiones, que ausculta el poder y las protestas, exponiéndose a los riesgos y la amenaza que representa ejercer la profesión en una región donde el periodismo es señalado como su enemigo por los gobiernos autoritarios. Una región que criminaliza al buen periodismo y a los periodistas independientes cercando incluso sus medios de subsistencia. Este reconocimiento respalda el coraje, la ética y la convicción de miles de jóvenes periodistas del continente, encarnados en una gran exponente como Jennifer Ávila, cuyo trabajo tiene como objetivo principal la construcción de una democracia sólida, y abrir camino a la justicia en países donde la violencia, y la corrupción y la impunidad que la acompañan, es sistémica y generalizada. Esa impunidad es la que hace que el temor se apodere del espacio público, destruya el tejido social y cree un silencio que oculta la frustración y el dolor. Al tener en su pauta como temas preferentes las consecuencias de la crisis institucional, como las redes del crimen organizado, la migración forzada y la desigualdad, Jennifer Ávila ha mostrado que el derecho a la vida es su prioridad. Ávila integra una generación de mujeres periodistas que lleva el escudo del buen periodismo en la vanguardia, desde los más de mil quinientos nuevos y pequeños medios nativos digitales latinoamericanos cuya radiografía hizo el investigador colombiano Germán Rey en “El Hormiguero”. A lo largo de una década de experiencia, Ávila ha mostrado su versatilidad como documentalista, reportera en texto y radio, fixer, analista e investigadora. Ávila ha colaborado para medios como The Washington Post, Divergentes, Distintas Latitudes y Noticias Aliadas. Trabajó en Radio Progreso, en su departamento natal de Yoro, entre 2011 y 2017, año en el que fundó Contracorriente junto con Catherine Calderón, actual directora de desarrollo del medio. De ese pequeño grupo de cuatro personas que funcionaba en una oficina prestada, con dos voluntarios, Contracorriente pasó en corto tiempo a tener un equipo de más de 20 personas en San Pedro Sula y Tegucigalpa. Como radialista ha recibido el Premio Comunicación por la Igualdad y contra la violencia de género (2014), categoría radio, por su reportaje “Pequeñas, Pobres y mujeres: triple estigma para las niñas en Honduras”. Como documentalista recibió el mismo premio en 2015, esta vez en la categoría televisión, por Mujeres entre la violencia y la impunidad, así como el Premio Miradas en Festival de Cine por los derechos humanos en Barcelona (2016) y el Premio Berta Cáceres e Dona’m Cine (2017) por el documental Guardiana de los ríos. Como miembro del equipo de Contracorriente ha recibido el LASA Media Award 2020 de la Latin American Studies Association, y el Democracy Award 2021, de la Fundación Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés). Ese mismo año el medio recibió una mención especial en el premio Maria Moors Cabot, otorgado por la Columbia Journalism School, de la Universidad de Columbia.

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