NI TRAMPAS NI MANIPULACIÓN DE LOS RESULTADOS
La CONSULTA POPULAR fue concebida como una
tabla de salvación para un gobierno débil y
desprestigiado, y terminó convertida en cortina de
humo para ocultarle al país los escándalos de
corrupción que salpican al propio presidente Lasso. En
efecto, al gobierno no le interesa resolver los problemas
de fondo que afectan al país; solo intenta dar un golpe
de efecto que la permita contener el acelerado deterioro
de su imagen pública. La ciudadanía está
absolutamente decepcionada con las desastrosas
políticas de su administración, de manera especial con
el intento de arremeter a sangre y fuego contra las
comunidades que se resisten al extractivismo minero y
petrolero.
La consulta popular es tramposa. Se aprovecha de la
angustia general frente a la inseguridad, y del
desencanto popular con instituciones como la
Asamblea Nacional, para motivar el voto afirmativo. A
Asamblea Nacional, para motivar el voto afirmativo. A
Lasso únicamente le interesan los resultados
electorales de la consulta, no las graves condiciones de
vida de la gente y ni siquiera alcanzar los objetivos que
motivan la consulta. Por eso, precisamente, ha rehuido
un debate público responsable, porque quiere poner
distancia con su creciente impopularidad. El gobierno
evita a toda costa que el pueblo identifique la consulta
con su deficiente gestión. Pero esos esfuerzos al final
resultan nulos: la ciudadanía, inteligente e intuitiva,
terminará votando NO en todas las preguntas, como
expresión de su rechazo a la inoperancia, ilegitimidad e
insensibilidad oficiales.
Hay que cuidar los votos en las urnas. En su
desesperación por conseguir aunque sea una ínfima
victoria, el régimen intentará manipular los resultados
finales. El NO a las ocho preguntas debe ir
acompañado por un NO a la eventual metida de mano
a la voluntad popular.
Quito, 1 de febrero de 2023
MONTECRISTI VIVE
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