martes, 28 de febrero de 2023

Author Headshot Por Elda Cantú Senior News Editor, Latin America La noche en que Rusia invadió Ucrania, hace poco más de un año, Joe Biden y Volodímir Zelenski hablaron por teléfono. El presidente de EE. UU. recordó así el episodio: “Me dijiste que podías oír las explosiones en el fondo”, dijo Biden al presidente ucraniano la semana pasada. “Nunca lo olvidaré. Y el mundo estaba a punto de cambiar. Lo recuerdo vívidamente, porque te pregunté, luego te pregunté: ‘¿Qué hay, señor presidente? ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo puedo ayudarte?’ Y no sé si recuerdas lo que me dijiste, pero me dijiste, y cito: ‘Reúne a los líderes del mundo. Pídeles que apoyen a Ucrania’”. Desde entonces, los dos líderes han forjado un vínculo enredado, “una relación de necesidad, pero no de iguales, una de intereses mutuos, pero prioridades dispares”, escriben Peter Sanger y Andrew E. Kramer en un reportaje que analiza la relación entre los dos líderes. La guerra transformó a los dos mandatarios y sus presidencias, pero también cambió al mundo. El presidente Biden se reunió con Zelenski la semana pasada.Daniel Berehulak/The New York Times Lejos y cerca de Ucrania, las personas y los hogares enfrentan un nuevo escenario: hay escasez de alimentos, las facturas de gas se han disparado, buena parte de las familias en todos lados enfrentan un aumento de precios generalizado. Aquí presentamos seis formas en que el conflicto en Ucrania ha transformado nuestra existencia en apenas un año. Continue reading the main story ADVERTISEMENT Ad También Rusia se ha transformado y, como escribió nuestra colega Valerie Hopkins, el país “ha cambiado palpable y rápidamente en el último año, la culminación de un largo proceso de eliminación de los medios de comunicación independientes, silenciamiento de la sociedad civil y militarización de las masas”. Valerie ha estado cubriendo el conflicto, reportando cómo es que la guerra se percibe y vive en Rusia. En octubre conoció en Moscú a Evgeny, un muchacho que había sido reclutado para el combate. En noviembre, el soldado le escribió para decirle que estaba aprendiendo a sobrevivir y se sentía “convencido de que ‘un día esto terminará y viviremos como antes y nos visitaremos unos a otros como invitados’”. Reconforta un poco leer que, aunque parece que el mundo ha cambiado inexorablemente, incluso quienes pelean en el frente conservan la esperanza de reparar las relaciones rotas.

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