miércoles, 16 de mayo de 2018

La paliza a Carlos, delata el ocaso de los Alvarado

  en La Info  por 
De los hermanos Alvarado Espinel, Carlos “Puntito”, es el único que tiene un proyecto político electoral en marcha: ser elegido alcalde del cantón Playas. A no ser, claro, que haya cambiado de idea luego de la paliza que le propinaron el fin de semana pasado luego de un partido de jockey que fue vista por cientos de miles en un video que circuló en redes sociales.
Sus otros dos hermanos, Vinicio y Fernando parecen estar, en cambio, más ocupados en tratar de sacarse de encima las investigaciones que la Fiscalía ha iniciado en su contra y todas las denuncias que aparecen, casi a diario, en las que se habla de cómo aprovecharon su posición de poder, durante el gobierno de Rafael Correa, para apalancar los negocios de sus empresas o para sacar provecho personal. Se sabe que Vinicio se ha dedicado a armar su equipo de abogados y miles vieron su foto al salir del país la noche del lunes 14 de mayo. Fernando, por su lado, ha visto su nombre enlodarse aún más durante los últimos días con la aparición de una auditoría interna de TC Televisión donde se afirma que, con dinero de ese canal administrado por el Estado, se procuraba guardaespaldas, carros y hasta la compra de objetos de higiene personal. Poco antes había salido un informe de Contraloría sobre gastos y contratos irregulares de las sabatinas, en el que se observa que se pagó por orden suya casi 700 000 dólares por una sabatina en Nueva York.
Lo cierto es que tanto la agresión a Carlos Alvarado y la foto de su hermano mayor Vinicio en el aeropuerto, aparecen pocos días después que el fiscal encargado Paúl ,Pérez Reina anunció, a los medios, que iniciará procesos para investigar los negocios de la familia.
La campaña de Carlos Alvarado tiene como eje un plan para convertir a Playas en un gran destino turístico y lleva la palabra “Playéate” como eslogan. La página de Facebook de la campaña es la mejor ventana para conocer al personaje. Vestido con ropa deportiva de marca e impecablemente planchada, el candidato se presenta como un ejecutivo exitoso, atlético y desenfadado que combina su imagen de despreocupado hombre de playa con la de la persona indicada para llevar al rústico y polvoriento pueblo de General Villamil al desarrollo y al progreso. Los videos y las fotografías ponen en evidencia su trabajo como publicista y accionista de una de las agencias de publicidad más exitosas de los últimos 10 años: Percrea, una empresa en la que tienen acciones su hermano Vinicio y su mamá, la ex embajador de la revolución ciudadana en Costa Rica, Daiysi Espinel. Percrea está en la mira de Contraloría y de la Fiscalía ya que no podía firmar los jugosos contratos que firmó con Gama TV porque Fernando Alvarado, hermano e hijo de los accionistas, era quien regentaba legalmente ese canal.
En un video de la campaña que se titula “Qué pasó con Playas?” (sin signo de interrogación de apertura) se ve que los recursos para ganar votos no son pocos, sobre todo si se tiene en cuenta que General Villamil es una población pequeña y pobre. El video abre con una toma aérea hecha desde un dron y continúa con planos perfectamente encuadrados donde Carlos “Puntito” describe los problemas y sus propuestas para el cantón con exagerados y sobreactuados gestos de manos. La estética recuerda los videos de tono epopéyico y de aires líricos que transmitía la Secom cuando sus hermanos manejaban la imagen del gobierno de Rafael Correa.
El nombre de Carlos “Puntito” Alvarado había sonado públicamente por primera vez en junio del 2011 cuando diario El Universo reveló que estaba a cargo de la promoción de la célebre Feria de Durán, por encargo de la Cámara de Turismo del Guayas. En la nota se decía que esa cámara había optado por los servicios de Percrea y su accionista Carlos Alvarado porque los ejecutivos de dicha cámara pensaban que era la mejor opción, dadas las conexiones que esa empresa tenía con el Gobierno.
FOTOGRAFÍA TOMADA DE LA PÁGINA DE FACEBOOK DE CARLOS ALVARADO
¿Por qué el hermano menor de los Alvarado Espinel ha puesto la mira en la alcaldía de una población tan pequeña? Fuentes consultadas por 4Pelagatos sostienen que la familia Alvarado Espinel tiene intereses en unos terrenos en la zona de Engabao que fueron parte de la hacienda Merceditas que está en disputa entre unos comuneros aupados por la revolución ciudadana y el empresario Álvaro Noboa, que dice que esa propiedad es suya. De hecho en noviembre del 2017 la prensa registró la invasión de esos terrenos, por parte de trabajadores de una empresa de Noboa, que aparentemente trataron de recuperarlos para su empleador. Cinco personas fueron detenidas luego de la invasión y Noboa dijo que en esa hacienda él estaba haciendo una inmensa inversión ganadera.
Las fuentes consultadas sostienen que el interés alrededor de esos terrenos fue uno de los motivos que originaron la paliza a Carlos Alvarado en Guayaquil. Según esas versiones, Luis de Guzmán (a quien se le atribuye la agresión) un físicoculturista que acompañó, en Guayaquil, a Rafael Correa durante sus primeros años de gobierno, se dedica al cobro de deudas. Tras la agresión, dicen las fuentes, también estaba el antecedente de unas deudas que Percrea no quería pagar a De Guzmán, lo que habría producido fricciones entre este cobrador de deudas y los Alvarado. Las fuentes sostienen que la esposa de De Guzmán, María Valeria Guerrero Guerrero, fue despedida del Ministerio de Turismo, donde trabajaba por las buenas relaciones que su esposo tenía con Correa, por esos problemas. 4Pelagatos verificó que Guerrero constaba como analista junior de diseño en la nómina del Ministerio de Turismo durante la primera parte de la gestión de Fernando Alvarado como ministro de Turismo y que ya a finales del 2016 no lo estaba.
Lo cierto es que el video de la brutal agresión que se hizo viral en redes y desató una inmensa ola de acusaciones, amenazas y comentarios aparece como el síntoma de la nueva etapa en que se halla la familia Alvarado Espinel. Hasta hace poco dueños de una inmensa parcela de poder, adquirida luego de 10 años de gran cercanía con el ex presidente Rafael Correa, viven ahora momentos aciagos. Incluso Fernando, que a través de su cuenta de Twitter replicaba cualquier alusión negativa que se le hacía a él o a su familia, ya no participa en esa red. Su perfil ha desaparecido.
Que alguien golpee salvajemente a uno de los hermanos Alvarado Espinel sin temor a que intervengan guardaespaldas o que le pongan una demanda, es muy sintomático de lo que ocurre. ¿Esto habría sucedido mientras Correa era presidente y los Alvarado eran intocables? Cuando un sobrino suyo fue denunciado y capturado en Costa Rica por la denuncia de un caso de abuso sexual, los medios ecuatorianos, con quizá una o dos excepciones, no se atrevieron publicar la noticia. En las redacciones los periodistas sabían que una investigación sobre los negocios de las agencias de publicidad vinculadas a los Alvarado tenía muy pocas posibilidades de ser publicada.
Los Alvarado, ahora en franca decadencia, representan el meollo o corazón de un insalvable conflicto ético que se vivió durante el correísmo. Un conflicto que consistía, y aún consiste, en que mientras los altos funcionarios del gobierno de Correa sabían y criticaban en privado los negocios que los hermanos hacían aprovechándose de su influencia política, jamás dijeron algo público o tomaron la decisión ética de alejarse del poder. Cualquier periodista más o menos informado tuvo experiencias con funcionarios que se quejaban de Vinicio o Fernando Alvarado en privado, pero que jamás movieron un dedo para denunciarlos. El correísmo estaba lleno de funcionarios que sabían que entre los Alvarado y Rafael Correa había una relación muy estrecha y que si se iban contra ellos serían rechazados por el gran líder. El silencio ante esto era una garantía o el precio a pagar por seguir en lo que llamaban el proyecto.
Entre los cambios impensables hasta hace poco, que vive el Ecuador de mediados del 2018, la caída de los Alvarado es uno de excepción.

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