miércoles, 24 de abril de 2024

 SE HIZO JUSTICIA

POR JAIME CEDILLO F.
"Principio moral que lleva a determinar que todos deben vivir honestamente. rectitud, imparcialidad, equidad, neutralidad, ecuanimidad, objetividad, honradez, honestidad, probidad, razón".
Se acuerdan cuando al mimado de los "robolucionarios" le llenaban de elogios, le echaban flores, le colocaban medallas en el pecho, le entregaban pergaminos en la Asamblea Nacional. Se acuerdan cuando el prófugo y traidor a la Patria, le llamaba el Contralor perfecto, el cien sobre cien, el más bacán, el más justo, el que aplicaba las leyes a rajatabla, el que no aceptaba ni siquiera un sanduche, el insobornable, era el incorruptible Carlos Pólit Faggioni.
Sí, ese mismo, acaba de ser declarado, por la justicia norteamericana, culpable de una serie de delitos cometidos en esta pobre tierra saqueada y humillada, una mil veces: Pobre mi Ecuador del Alma.
Se acuerdan, estimados observadores, cuando el jefe de la banda, con el descaro que siempre le ha caracterizado, decía que el pobre angelito Pólit, no tiene dinero para contratar ni siquiera a un simple abogado, que lo defienda en las cortes de Miami, por donde desfilaron, durante el juicio, sus antiguos panas, cómplices, broders, que fueron cantando con lujo de detalles, cómo es que se reunían para intercambiar maletas de dinero por glosas millonarias.
Pasaron por el estrado José Santos, ejecutivo de Odebrecht; Antonio Andretta y María del Carmen del Morla, excolaboradores de las empresas de los Isaías; Diego Sánchez, empresa de seguros, y otros. Contaron cómo, cuándo, dónde y porqué, hicieron lo que hicieron, para llenarse los bolsillos a cambio de ocultar, tapar, desvanecer, hacer humo, los informes de la Contraloría. Claro, Pólit no actuó sólo al interior de la Institución, contó con sus cómplices y encubridores, que recibieron unas tajadas de cada botín, sino pregunten al encarcelado excontralor Pablo Celi.
El muy sabido se escapó de la justicia ecuatoriana que le sentenció a seis años de prisión por desvanecer glosas a favor de la corrupta y corruptora Odebrecht; y por no emitir multas en contra de los proyectos Poliducto Pascuales- Cuenca; Refinería del Pacífico; Acueducto La Esperanza, etc.
Se fue campante al país del Tío Sam, cargando las maletas de los sobornos, donde, con la participación directa de sus más cercanos familiares, hicieron inversiones millonarias comprando bienes inmuebles, montando negocios, comiendo y bebiendo en los más famosos restaurantes. Se dieron unos lujos inimaginables. Pero como no hay crimen perfecto, los gringos le dijeron ratito, a ver demuestre de dónde pecata, cómo es que de noche a la mañana, pasó de chiro a millonario.
Antes de enfrentar el juicio tuvo que depositar en las cuentas de la justicia norteamericana, una fianza de 14 millones de dólares, para poder "defenderse" en libertad, libertad que le duró muy poco, porque en cuarenta y cinco días, la jueza lo inculpará de todos los delitos y recibirá 20 años por conspiración para lavar activos; 60 años por encubrimiento de lavado de activos, y, veinte años más, por participar en transacciones derivadas de actividades ilícitas. Además, seguro que la jueza ordenará que se decomisen todos los bienes mal adquiridos en los EEUU.
Antes de acogerse al silencio por cuanto no tenía por dónde salirse por la tangente, cantó: "Todo se derrumbó dentro de mí". La decisión del jurado fue unánime: CULPABLE. Fin de este capítulo.
EL OBSERVADOR
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