El observador

 LA CONSPIRACIÓN

POR JAIME CEDILLO F.

"Cuando un pueblo no sabe ser libre se complace con ser esclavo, maldice a sus libertadores, y besa el látigo de sus amos".

Por favor, no se despeguen de sus televisores, que los pájaros de alto vuelo, están cantando de mil maravillas. Y, cantan en Miami, pero en portugues; y, cantan en Ecuador, en un fluido español. Allá, los delatores están protegidos por la justicia gringa; acá, por la Fiscalía. Mientras que en la Asamblea, los buitres correístas, se quieren comer vivos a todo aquel "compañerito" que discrepe con su libreto, que lleva por título: IMPUNIDAD.

Vamos por partes, no se me pongan nerviosos como el desertor de la Belga; ni pretendan ingerir una sobredosis de calmantes, como el "Chueco" Glas.

Resulta que el fugitivo-traidor a la patria, o sea el jefe de la feroz y criminal pandilla política, venía planificando, paso a paso, una conspiración para suspender, primero, y luego, destituir a la Fiscal de la Nación, Diana Salazar, por haberse atrevido a destruirle la vida de "manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes".

Para tomarse, nuevamente, la justicia, revisar los procesos en su contra y anularlos, con la participación de jueces corrompidos hasta la médula, lograr la anulación de todos los juicios, y regresar al país, para tomar venganza contra todos los que se atrevieron a escudriñar en sus patrañas politiqueras, fraguadas desde el sillón de Carondelet.

Pretendía retomar el poder corrupto y corruptor, luego de volver a controlar la justicia a su antojo y para su propio beneficio, y el de sus compinches fugados no precisamente por honestos, sino por ladrones de fondos públicos.

Los cantores (testigos protegidos) cuentan cómo Correa mantuvo reuniones secretas en hoteles cinco estrellas en Sao Paulo- Brasil, para planificar la toma de la justicia. Primero cooptaron al "Loco" Terán, quien en esa época era juez de la Corte Nacional de Justicia.

Por los favores recibidos, los correístas le encumbraron a la presidencia de la Judicatura. Se iba cumpliendo paso a paso la Hoja de Ruta, para deshacerse de la Fiscal y tomarse, una vez más, la justicia por asalto, y sálvese quién pueda.

Al plan macabro, se juntaron Maribel Barreno y el "Borrachín" de Xavier Muñoz (ahora, convertido en una mansa palomita cantora).

Todo estaba fríamente calculado, viento en popa dirían los marineros, con infinito amor, dicen los correístas. Terán, cumplía las órdenes del prófugo. Viajó a Santo Domingo, para entregarle a la jueza Anabel Torres, un pendrive con un escrito que debía ser firmado por el juez Emerson Curipallo, con la orden de excarcelación de Glas. Claro, salió libre, con abundante pelo, con arete, rejuvenecido, para continuar disfrutando de los millones recibidos a punta de coimas de Odebrecht, y, todo lo que empuñaron por los contratos con sobreprecios, por la "reconstrucción" de Manabí. Se acuerdan, ellos quedaron bien reconstruidos, mientras que los pobres continúan durmiendo en las calles, plazas, parques y bajo los puentes. El dinero se hizo humo.

Al igual que los nombrados, también son seres despreciables los exjueces Luis Ribera y Bayron Guillén, dos testaferros que hicieron de las suyas con la capa, birrete y borla. Pobre Dama de la Justicia, en qué manos caiste. Ah, casi se escapa el Alembert Vera, ese personaje de caricatura, que formó parte de las reuniones secretas, dispuesto, desde la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana, a cumplir con su parte del plan macabro; por suerte, la Fiscal les cortó a tiempo las alas y las uñas de la conspiración.

Entre los pillos de la Judicatura, se repartieron los puestos de magistrados vacantes, y las direcciones del Consejo de la Judicatura. El "Loco" que vino de las estrellas, tenía sueños de perro con hambre, quería ser presidente del país estafado, para ello reunía fondos, cobrando por un puesto de secretaria 10 mil dólares, y 5 mil por ayudante judicial. Tenía un lujoso departamento con piscina y bebía copiosamente, es que tenía que estar a la altura de los delitos cometidos. No faltaba más. Este capítulo ha concluido.

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