viernes, 23 de febrero de 2024

 SE LES AGUÓ LA FIESTA DE LA IMPUNIDAD

POR JAIME CEDILLO F.
Los correístas abandonaron el recinto legislativo con el rabo entre las piernas. Fueron por lana pero salieron trasquilados. Más pronto cae el mentiroso que el ladrón (en este caso puede ser al contrario). No por madrugar amanece más temprano. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, etc. etc. Podemos pasarnos toda el día redactando adagios morales dedicados a los socio-listos, a los robolucionarios de década saqueada.
El hombre del maletín no logró reunir los votos necesarios para que se aprueben las reformas al Código Orgánico Integral Penal, que tenía como único fin alcanzar la anhelada impunidad que tanto venían cocinando en los pasillos del desprestigiado primer poder del Estado, bajo la batuta del Maestro del Escape, del Campanero, del Prófugo.
Abandonaron el pleno, el recinto de la "democracia", la casa de los amarres, de los pactos de la regalada gana, de los votos a cambio de ministerios, vociferando, lanzando sapos y culebras. La farra que tenían preparada para festejar la impunidad, el regreso de lo prófugos, de los que se esconden en embajadas cómplices, de los que viven a sus anchas en los países socialistas del siglo XXI, se les aguó.
Una vez más, y sin sonrojarse, pretendieron, y de la manera más cínica, volver a meter la mano en la justicia.
Esas manos sucias manchadas con sangre de gente inocente que fue perseguida y asesinada por denunciar la corrupción, con la complicidad de una justicia cooptada y politizada hasta la médula; con jueces y fiscales que recibieron fajos de billetes a cambio de investigaciones y sentencias. Jueces y fiscales de pacotilla que hicieron su "agosto" vendiendo sus conciencias a cambio de dinero sucio, hundiendo a la Función Judicial en el más grande de los desprestigios.
Todo maquinaron perversamente, pero los cálculos no cuadraban, la impunidad escondían entre líneas los muy sabidos, para que pase entre gallos y media noche. El Cedeño (exconvicto) manipulaba, dirigía, amarraba, hacía ojitos a sus compinches de la comisión, que ya mismo, que no se van a dar cuenta, que somos pilas, que ya verán el jefe como me aplaude, como me ensalza desde el ático. Y la ñaña, iba y venía con el celu en mano: Ya ñaño, no sufras, vas a volver como el Ave Fénix, todo está fríamente calculado, y, zas que los votos no cuadraban. Y, zas, que se acercaba el conteo, que las últimas promesas a los indecisos, que el hombre del billete duplicaba las cifras, y zas que llegó la votación, y zas que el locutor anunciaba los resultados. Y, zas que se les vino la noche.
Una nueva y contundente derrota para los que buscaron afanosamente que uno de los más grandes delincuentes de cuello blanco, no pague por sus delitos, porque la cárcel está esperando con las puertas abiertas para que ingrese la jorga hasta la victoria siempre.
EL OBSERVADOR.

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