domingo, 25 de febrero de 2024

 

Firma ya
En Ucrania estamos dando la vida por defender la democracia. Creo que pronto me llamarán a las filas del ejército y quería aprovechar el triste aniversario de la invasión para recordar que nuestra fe en el porvenir se desvanece. Estamos cansados y aterrorizados. Aunque podamos hacer frente a la ofensiva de la máquina de guerra de Putin, Rusia está a punto de vencernos destrozando nuestra economía. Pero nuestra suerte podría cambiar ahora que los líderes del G7 están planteándose emplear los 300 mil millones de dólares en activos congelados del banco central de Rusia para el futuro de nuestro país. Lo están debatiendo ahora mismo, ¡firma para decirles que Ucrania los necesita!
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Queridos amigos y amigas:
Me llamo Olexander* y soy ucraniano. Supongo que pronto me llamarán a las filas del ejército y escribo este mensaje para compartir mi dolor y mi esperanza.

En Ucrania estamos agotados. Sentimos que hemos perdido la atención internacional, que la gente se ha cansado de las noticias sobre la guerra. Pero a la vez, sabemos que lo que empezó en Ucrania seguirá en el resto de Europa.

Y esto incluye la guerra económica. El coste de reconstruir Ucrania ya casi asciende a medio billón de dólares, y la cifra no deja de subir. ¿Quién lo pagará? Ucrania no puede, ni podrá. ¿La ciudadanía europea? ¿Los contribuyentes estadounidenses? Vladímir Putin tiene la esperanza de hundirnos con la deuda.

Pero… ¿y si le pasaran a él la cuenta?

Hay fondos estatales rusos por valor de 300 mil millones de dólares congelados en bancos occidentales y los mandatarios del G7 están planteándose usarlos para brindar un futuro a nuestro país.

Para Ucrania ese dinero lo cambiaría todo. Pero Alemania, Francia e Italia no se deciden. Por eso te pido que apoyes mi petición para que los líderes europeos hagan lo correcto. ¡Firma ya!
En Ucrania estamos muriendo porque Putin decidió que no tenemos derecho a existir como una nación independiente. Eso fue lo que dijo en el discurso que pronunció la víspera de la invasión.

Nadie debería verse privado del derecho a existir. Es tremendamente injusto. Los ucranianos luchamos porque estamos convencidos de nuestra libertad, creemos que nuestra existencia es una causa por la que vale la pena morir.

Pero por la que también habrá que pagar.

Pero mientras en Ucrania estamos dando la vida, nadie aportará el medio billón de dólares que costará la reconstrucción. Eso no nos deja muchas opciones para evitar la ruina económica: podemos rendirnos a Rusia o depender de los contribuyentes europeos o estadounidenses. Por eso, estos fondos congelados son una buena alternativa.

Pero el plan solo funciona si las principales potencias lo respaldan. Por eso te pido tu apoyo para instar a los líderes de Alemania, Francia e Italia a aprovechar esta oportunidad de financiar el futuro de Ucrania.

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