jueves, 24 de noviembre de 2022

 

POR: Jaime Chuchuca Serrano

Publicado en la Revista El Observador (edición 130, agosto de 2022) 

 


Fragmentación política y endogamia electoral
Desde la fundación de la república ecuatoriana, hay una tendencia difícil de ocultar: la repetición de las redes parentales coloniales y neocoloniales en las instituciones del Estado. Cuatro o cinco generaciones de familias han pasado desde 1830, y varias líneas sanguíneas que acapararon la tierra y el poder, se han conservado en Ecuador, algunas disgregaciones, mezclas, pugnas han revuelto y complejizado esta tendencia. La acumulación del capital en las familias y empresas, ha causado fusiones y cambios de nombres, pero igualmente se han beneficiado de una estrategia política histórica particular: conservar el poder del estado para la satisfacción familiar y empresarial. Los círculos viciosos terratenientes, cacaoteros, plutocráticos, bananeros, empresariales, financieros, comerciales adquirieron normas, políticas, leyes y puestos fundamentales dentro del Estado. A estas redes parentales y de acumulación capitalista, se suman los acuerdos políticos de los partidos y movimientos.

 Un punto común entre las derechas e izquierdas ecuatorianas, es la formación endogámica (económica, religiosa, étnica y política) de sus organizaciones. El cruzamiento entre las mismas familias permite acumular el poder económico y político en los mismos genes o grupos. A nivel internacional son tan conocidos los casos Rothschild, las castas de Europa, de la India y de los judíos, como en Ecuador lo son las familias Febres-Cordero, Noboa, Bucaram. Más recientemente, la familia Correa. Así como la endogamia es una costumbre tan arraigada en la burguesía y política ecuatoriana, también lo son los tabús sobre estas. Decenas de castas que no están en el ojo público forman parte de esta estructura. En Ecuador, es frecuente encontrar un mismo apellido incrustado en puestos del Estado, Gobierno, Empresas Públicas, Prefecturas, Municipios, Universidades, Cámaras, Policía, Ejército, Partidos, Movimientos y otros.

De las históricas divisiones de los partidos conservadores, liberales y alfaristas, todos oligárquicos, terratenientes, militaristas y burgueses, provienen los actuales sujetos electorales de derecha, el Partido Social Cristiano (PSC, 6) de Febres-Cordero y Nebot, la Unión Demócrata Cristiana (UDC, luego Democracia Popular, DP) de Oswaldo Hurtado, Creando Oportunidades (CREO, 21) de Lasso, la Izquierda Democrática (ID, 12) de Borja, el Partido Socialista (PS-FA, 17), el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE, hoy Fuerza Ecuador, FE, 10) de Bucaram. De la escisión del Partido Socialista, por la influencia soviética y la formación del movimiento obrero, campesino y de estudiantes, surgieron las organizaciones de izquierda: el Partido Comunista Ecuatoriano (PCE), de su división el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE), y con estos aparecieron el Frente Amplio (FA) y el Movimiento Popular Democrático (MPD, 15), actual Unidad Popular (UP, 2). El movimiento indígena ecuatoriano ha estado influenciado por distintas corrientes de izquierda, evangelistas y socialdemócratas. Con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), surgió Pachakutik (PK, 18) como su brazo electoral. El Partido Sociedad Patriótica (PSP) de Lucio Gutiérrez, brota después de la asonada militar contra Mahuad. Todas estas organizaciones se han fraccionado varias veces, a lo que hay que sumar la proliferación de los sujetos electorales nacionales, provinciales y cantonales. Alianza País (AP, 35), que surgió con Rafael Correa, se nutrió de numerosos militantes de las anteriores organizaciones mencionadas, y de otras sin registro electoral. De la división del correísmo y sus acuerdos, aparecieron Fuerza Compromiso Social (FCS, 5) y Movimiento Centro democrático (MCD, 1).

En estos modelos históricos y sociales, antes señalados, la estructura institucional fundamental de los gobiernos de Correa, Moreno y Lasso ha cambiado parcialmente. Así como el gobierno de Moreno redujo el número de ministerios, personal y presupuesto para las áreas sociales, salud, cárceles, lo subió para la policía y militares, y lo mantuvo en la función judicial. El gobierno de Lasso ha seguido las líneas de Moreno. Del gobierno de Correa, de algunas familias de clases medias altas y de las burguesías correístas, con Moreno y Lasso se fortalecieron las oligarquías. Así como el correísmo persiguió a dirigentes de las organizaciones sociales, populares, de la oposición de izquierda y derecha, el morenismo hizo lo mismo con algunos grupos correístas, de izquierda e indígenas. Lasso continúa con el procesamiento a la oposición indígena, de izquierda y los correístas.

El análisis de los partidos provinciales y cantonales sigue la lógica política, económica y familiar, descrita en los anteriores párrafos. El poder político y el capital, no siempre se concentran en las mismas figuras. Y no todos los que persiguen el poder político tienen el gran capital. Pero quienes llegan al poder político, a través de las elecciones, pueden influir en el movimiento del capital público para intereses particulares o sociales, privados o públicos. Si se relaciona la formación endogámica el poder político ecuatoriano, cuando se avecinan elecciones, se puede apreciar los aspectos de las diferentes pugnas y fracciones políticas.

Para las elecciones seccionales de 2023, aparece mucho del modelo expuesto. El 7 de agosto de 2022, se cerró la inscripción de las alianzas de partidos, con la realización previa de las primarias de cada organización electoral. Los candidatos de las 24 provincias que se inscriban hasta el 22 de septiembre de 2022, moverán 109 millones de dólares del presupuesto del Consejo Nacional Electoral (CNE), y otros varios cientos millones de dólares en la campaña para alcanzar cargos políticos. Vale preguntarse, antes de votar: ¿Qué línea política y conexión oligárquica tiene cada candidato?, y sí ¿han aparecido estructuras políticas distintas a las de las élites?.

Para la alcaldía de Quito, hay 12 precandidatos elegidos en primarias y para la prefectura de Pichincha igual número. Según las encuestas, cuatro parecen ser los que tienen mejores opciones para la alcaldía: Pabel Muñoz (Revolución Ciudadana), Jorge Yunda (Pachakutik), Andrés Páez (Sociedad Patriótica), Pedro Freile (Partido Socialista); mientras que un segundo grupo tienen menor porcentaje: Omar Cevallos (Centro Democrático), Natasha Rojas (Unidad Popular), Patricio Alarcón (Partido Social Cristiano), Inty Gronneberg (Izquierda Democrática), María José Carrión (Amigo), Luz Elena Coloma (CREO), Jéssica Jaramillo (Todos), y Luisa Maldonado (Avanza).

Para la prefectura de Pichincha se encuentran: Andrea Hidalgo (Centro Democrático), Cecilia Jaramillo (Unidad Popular), Paola Pabón (Revolución Ciudadana), Andrés Castillo (PSC), Guillermo Curuchumbi (Pachakutik), Koya Shuguli (Avanza), Pablo Morales (ID), Jacinto Espinosa (Amigo), Elsa Guerra (Partido Socialista), Eduardo del Pozo (CREO), Gonzalo Pérez (Todos) y Pablo Vélez Rueda (Renovación Total).

Las puertas giratorias entre los partidos y el nivel ínfimo de programa ideológico y político es notorio (esto es igual para todo el país): Yunda, cercano al correísmo, antes participo por Unión Ecuatoriana, y ahora por Pachakutik; Freile, cercano a la extrema derecha, quien antes salió por el movimiento Amigo ahora lo hace por los socialistas; Páez, que había sido de la ID, más tarde CREO, ahora sale por el PSP; María José Carrión y Luisa Maldonado, ex correístas, ahora salen por Amigo y Avanza, respectivamente.

Para la alcaldía de Guayaquil se postulan los precandidatos: Jimmy Jairala Vallazza (Centro Democrático-Partido Socialista), Ecuador Montenegro (Unidad Popular-Pachakutik), María José Castillo (Sociedad Patriótica), Aquiles Álvarez (Revolución Ciudadana), Cynthia Viteri (PSC-Madera de Guerrero), Antonio Orbe (Avanza), John Garaycoa (Izquierda Democrática), Pedro Pablo Duart, ex morenista, (SUMA), Juan Carlos Sánchez, ex correísta, (Renovación Total), Jonathan Parra, ex correísta (Mover) e Iván Tutillo (Renovación). En Guayaquil, aún no hay contrincante fuerte contra Viteri.

Para la Prefectura del Guayas está de precandidatos Héctor Vanegas (Centro Democrático – Partido Socialista), Richard Romo (UP-PK), Nicolas Lapentti (PSP-PND-Amigo), Marcela Aguiñaga (Revolución Ciudadana), Susana González (PSC-Madera de Guerraro), Elvis Fuerte (Avanza), Richard Intriago (ID), Francesco Tabacchi (CREO), Norma Quiñonez (SUMA), Andrés Guschmer (Renovación Total) y Edgar Salazar (Renovación). Aquí una de las sorpresas es que el eterno ex prefecto por el PSC (1992-2009), Lapentti, ahora irá por Sociedad Patriótica; mientras que Susana González (PSC) busca la reelección. Vanegas y Guschmer son un ejemplo del efecto showman que produce la TV y que es usado para  acceder a cargos públicos.

Para Cuenca, hay 11 precandidatos para la Alcaldía y 10 para la prefectura del Azuay. En Cuenca están: Pedro Palacios (Nueva Generación), Mario Castro (Contigo-Avanza), Luca Pallanca (Unidad Popular), Verónica Abad (Amigo), Adrián Castro (Democracia Sí), Jefferson Pérez (Renace), Paúl Carrasco (CREO-RETO-Centro Democrático-MPID), Alfredo Aguilar (Alianza Igualdad-Participa), Roque Ordóñez (Revolución Ciudadana), Jaime Moreno (Alianza Suma Construye) y Christian Zamora (Izquierda Democrática).

En Cuenca, Palacios busca la reelección como alcalde. Mientras tanto se formó una escisión en Igualdad, partido del ex alcalde y prefecto Marcelo Cabrera, por lo que Adrián Castro y Alfredo Aguilar buscan la alcaldía cada quien por su parte. Jefferson Pérez es apoyado por Yaku Pérez y su colectivo Somos Agua. Por su lado, Carrasco, quien ha pertenecido a varios partidos, logra una singular alianza con el oficialismo y centro democrático que respaldo al correísmo para las presidenciales.

Para la prefectura del Azuay, compiten los precandidatos: Magali Quezada (Contigo-Avanza), Sebastián Cevallos (Unidad Popular), Dora Ordóñez (Democracia Sí), Marcelo Cabrera (Alianza Igualdad-Participa), Diego Morales (Nueva Generación), Juan Cristóbal Lloret (Revolución Ciudadana), Carlos Orellana (Partido Socialista), Ruth Caldas (Suma -Construye), Carlos Ayabaca (movimiento Amigo), Diego Monsalve (CREO-RETO-Centro Democrático-MPID).

Magali Quezada, viceprefecta y ex alcaldesa de Nabón, que fue parte de Pachakutik, participa ahora con Avanza, fundado por ex miembros de la ID. Dora Ordoñez, quien fue parte de las fuerzas de Carrasco, ahora es apoyada por Democracia Sí, organización creada por ex miembros del correísmo y que apoyaron al actual alcalde Palacios. Marcelo Cabrera, ex prefecto y ex alcalde, ex DP, ex ID, ex Ministro de Lasso, sale con su propio partido, Igualdad, en alianza con Participa, organización formada por Paul Carrasco y Geovanny Palacios.

La fragmentación política para las elecciones seccionales que vienen, expresa una pugna entre las élites locales, no obstante, al no ser irreconciliable, al mismo tiempo, existe unidad en acuerdos políticos y económicos. Las fronteras entre los sujetos electorales, son fácilmente atravesadas por los actores, es más son difusas. El objetivo de político central, también de la fragmentación, es llegar al poder o conservarlo, dentro de un conjunto de intereses, generalmente privados.

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