miércoles, 30 de noviembre de 2022

 

POR: Gustavo Morejón

Publicado en la Revista El Observador (edición 130, agosto de 2022) 

 


Un mundo feliz
Nunca antes la humanidad ha poseído una mayor capacidad para satisfacer sus necesidades como hoy en día.  La capacidad tecnológica en nuestro Planeta se duplica cada 18 meses y el 89 e las grandes bases de datos (Big Data) han sido construidas en los últimos 2 años.  La industria tecnológica crece a un paso que excedió los 5.3 billones de dólares en lo que va del 2022.  En el 2021, Internet alcanzó la cifra récord de 4.88 billones de usuarios.  Hasta 1950 los conocimientos médicos se duplicaban cada 50 años;  pero hacia 1980, los conocimientos médicos se duplicaron cada 7 años y para el 2010, cada 3.5 años.  Acorde a un estudio del American Clinical and Climatological Association, hasta el 2020 este tiempo se redujo a 73 días.  Y ya estamos avanzando hacia la conquista de otros Planetas.

La tecnología robótica ha hecho mucho más eficiente la producción de alimentos.  En Europa actualmente se utilizan más de 30.000 robots para incrementar la producción alimenticia.  Ahora utilizamos impresoras 3D para imprimir pizzas y drones para entregar la comida a domicilio.  Nuestra capacidad para construir viviendas se ha incrementado tanto que se predice que para el año 2030 la industria de la construcción crecerá en un 42nbsp; Todas estas cifras nos indican que caminamos a un Mundo más feliz y próspero.  Nuestra capacidad para evolucionar técnicamente y aprovechar los recursos naturales pueden llevarnos a un Mundo Feliz. ¿O no es así?.

Acorde a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la tendencia que existía hacia disminuir el hambre en el Mundo ha llegado a su fin.  En el año 2014, el 22 e la gente a nivel Global sufría de carencia alimenticia entre moderada y extrema; a la fecha actual, ese porcentaje ha subido al 30nbsp; Es decir, a pesar de todos los adelantos tecnológicos en la industria alimenticia, un tercio de la humanidad sufre de hambre.  Somos una especie social, es decir, parte de nuestro ser es el compartir la vida con otras personas.  Sin embargo, la humanidad sufre de una nueva pandemia:  la soledad.  Acorde el Reporte Gallup de las Emociones Globales, 330 millones de adultos pasan al menos dos semanas al año sin hablar con persona alguna y una quinta parte de los adultos no tienen una persona con la cual puedan contar en caso de necesitar ayuda.

El informe Gallup es muy interesante y ha consultado a adultos en 122 países a cerca de sus experiencias de estrés, preocupaciones y tristeza.  El 42 e los adultos ha experimentado niveles altos de preocupaciones o estrés (41 un poco más del 31a sentido dolores físicos y el 23 nsiedad.  Los países con mayores porcentajes de experiencias negativas en el Mundo bajo el índice Gallup son Afganistán (59), Líbano (58), Irak (51), Sierra Leona (50), Jordania (48), Turquía (46), Bangladesh (45), Ecuador (45), Guinea (45) y Benín (44).  Como se puede apreciar, y llama tremendamente la atención, Ecuador se encuentra en esta lista con apenas un punto por debajo de Bangladesh, ocupando el 8vo puesto entre los países con mayores experiencias negativas. 

El año 2021 desplazó al 2020 como el año más estresante en la historia reciente de la humanidad, con un porcentaje del 41 e los adultos expuestos a situaciones de estrés.  Claro que este porcentaje no es representativo en todas las áreas del Mundo, puesto que en Afganistán y Líbano el porcentaje es del 72mientras que representa apenas el 12n Kazakhstan y Uzbekistan.  Esta situación explica claramente el descontento Global que existe y el hecho de que, acorde al Índice Global de Paz, las protestas alrededor del Mundo se han incrementado en un 244ntre el año 2011 y el 2019.  En el año 2020, esta tendencia creció aún más, con alrededor de 15.000 protestas en todo en Mundo.  En resumen, los habitantes del Planeta cada vez más manifiestan su descontento.

En todo el Mundo los gobiernos y organizaciones sociales intentan explicar el incremento de la violencia, el crimen, la delincuencia, la depresión y el estrés.  Las cifras que nos presenta el Informe Gallup, nos deja ver un escenario que explica en gran parte el porqué más y más personas en el Planeta están descontentas con las condiciones en las cuales deben desarrollar sus vidas.  Es increíble que, aunque todo nos indica que tenemos condiciones tecnológicas fabulosas (que permitirían una mejor calidad de vida), las cifras muestran que las personas son cada vez menos felices.  A pesar de los grandes avances en materia de energías alternativas no contaminantes, de soluciones alimenticias menos agresivas con el ambiente y de tener mayores posibilidades para vivir en ciudades sostenibles, cada vez degradamos más el ambiente.  Al parecer, los avances en medicina tampoco han logrado mejorar la calidad de vida de las personas.  Nos han hecho vivir por más tiempo, pero le han restado calidad a ese tiempo de vida.  Cada vez dependemos más de la medicina para sobrevivir; pero nuestra calidad de vida no evoluciona de igual manera.  La desigualdad en la forma en que esos progresos llegan a los seres humanos es abismal y el descontento en el Planeta crece debido a ello.

En resumen, vivimos en un Mundo que tiene todo lo necesario para garantizar la felicidad de todos sus habitantes, la naturaleza y el medio ambiente, pero eso no sucede.  Lejos de brindar a la mayor parte de la humanidad una mejor calidad de vida, crecen el descontento y la tristeza.  Las cifras son claras:  vivimos en un Mundo menos feliz, a pesar de la tecnología y el avance de la ciencia.  Algo debe cambiar y debe hacerlo pronto.  Necesitamos analizar muy profundamente la situación y sentarnos, como Humanidad … como una sola especie, a reflexionar sobre ello y buscar soluciones para que logremos un Mundo más feliz y un Ambiente más sano.  Esto debe darse no solo para nuestra especie, sino para todas las especies con las cuales compartimos el Planeta.

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