jueves, 19 de diciembre de 2019

Todos conocemos el pánico que hay en Carondelet. Las rejas y alambres de púas se han convertido en decoración permanente, que no se quita ni por navidad. Además del cuento del golpe, a Moreno no le deja dormir los casos de corrupción en los que está implicado junto a Correa, los INApapers y los futuros procesos por el Estado de Excepción, represión, violación de derechos humanos, heridos y asesinatos de octubre.
La estrategia de Moreno es ganar la presidencia con Sonnenholzner, Nebot, Lasso o alguna otra figura que le garantice impunidad. Las encuestas del gobierno le dan a Moreno entre el 15 y 17% de credibilidad, frente al 85 y 83% de repudio (Cedatos). Sonnenholzner tendría una credibilidad mayor, de apenas 6 puntos. Siendo los dos funcionarios de Estado, con todo el poder estatal, millones gastados en publicidad, un ejército de burócratas y otras delicias del poder, es una candidatura abiertamente perdedora.
Entre otros resultados, el Levantamiento de Octubre identificó a los personajes políticos en las clases sociales que les corresponden. Nebot y Lasso, burgués industrial el uno y banquero el otro, tienen herencia terrateniente y guardan el germen oligárquico. En el Levantamiento les saltó el racismo y fascismo y se anularon temporalmente como candidatos.
Las fuerzas populares del Levantamiento de Octubre se han identificado con el liderazgo indígena: Jaime Vargas, Leonidas Iza y Yaku Pérez. El 74% de la población dice que votaría por un candidato indígena a la presidencia. Esto ha puesto a temblar a algunos sectores de la burguesía y otros, como Correa, quieren pescar a río revuelto haciendo alianzas, como si la gente no recordara la represión en Dayuma, los miles de perseguidos y la muerte de Bosco Wisuma.
Aunque Latinoamérica entera encuentra la movilización como la mejor forma de lucha para lograr cambios radicales, la permanente situación electoral se impone desde el poder como un catalizador de los ánimos candentes de la población.
Probablemente en Ecuador no venga la derecha colonial y neoliberal, ni retorne al gobierno el populismo de Correa, sino surja una propuesta más radical.
Sin embargo de todo, el 93% de la población considera que la movilización es una herramienta justa para el cambio estratégico del rumbo político.

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