El observador

 

Queridos amigos y amigas: Este correo es diferente. Normalmente te escribimos sobre alguna crisis o algún desastre horrible, pero esta vez es simplemente para darte las gracias. ¡Nuestro más sentido, enorme y cálido agradecimiento! Gracias a las contribuciones que hicimos más de 130 mil personas, nuestro movimiento entregó cerca de 10 millones de dólares a algunas de las comunidades más desatendidas del mundo en 2020. Repartimos paquetes de alimentos a familias en apuros, ayuda vital en campos de refugiados, suministros médicos a comunidades aisladas, e incluso contribuimos a la lucha contra el aumento de la caza furtiva. Desde el fondo de nuestro corazón, gracias por hacerlo posible. Mira este precioso vídeo para ver cómo, juntos, hemos cambiado vidas y generado esperanza durante uno de los años más difíciles desde que tenemos memoria -- y para oír las historias de las personas que estamos ayudando en primera línea:

En el sur de Asia proporcionamos más de 5,5 millones de comidas a familias vulnerables, asegurándonos así de que miles de personas no hayan tenido que irse a la cama con hambre;  En la Amazonía, mientras los gobiernos de diferentes naciones miraban para otro lado, nuestro movimiento respondía con alimentos y suministros médicos, alquilando botes y aviones para llegar a las comunidades más aisladas en las profundidades de la selva; En la República Democrática del Congo, distribuimos paquetes de alimentos a más de dos mil familias muy vulnerables; En total, financiamos 40 proyectos y respuestas de ayuda urgente en 23 países. Todo esto y todo lo que hace Avaaz está 100% financiado por gente como tú. Estamos teniendo un impacto concreto, medible y perdurable en el mundo, y estamos dando a las personas esperanza de la buena. Yo soy una de ellas. He hecho campañas sobre cambio climático, la crisis de extinciones y derechos humanos durante más de una década, y puede ser muy duro. Pero recientemente he tenido el honor de trabajar en estos proyectos de recaudación de fondos y he visto cómo llegaban los suministros médicos a comunidades olvidadas. He visto las sonrisas tras una buena comida, y las lágrimas de alivio. Y saber que todo eso es posible gracias a madres, amigos, hermanas, abuelos, vecinos -- muchos de los cuales también pueden estar pasándolo mal… Las palabras se quedan cortas. Esto es combustible para el alma de cara a las muchas batallas restantes, y prueba una vez más de que nuestro poder ciudadano de verdad está cambiando el mundo. Gracias por todo, de parte de todos nosotros. Con una esperanza intensa e infinita determinación, Mike, Marigona, Laura, Sofia, Fey, Alis, Martyna, Nell, Chris y todo el equipo de Avaaz