jueves, 19 de agosto de 2021

 

POR: Armando Sacta Guamán

Publicado en la Revista El Observador (edición 123, junio de 2021) 

 


Página literaria
Existen poemas oscuros, grandes y pequeños, que no serán leídos ni recordados, porque no transmiten ningún mensaje. En cambio quién no ha leído y quién no recuerda el mensaje conmovedor del largo poema “LOS MOTIVOS DEL LOBO” de Rubén Darío, poeta nicaragüense. Y de este mismo poeta, quién no recuerda y repite siquiera la primera estrofa del poema “CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA”:
“Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…” 
 
En verdad cuando la juventud termina, se acaba esa maravillosa etapa de la vida; etapa llena de ilusiones, romances, enamoramientos, compañerismo fraterno, alegría natural. Todo queda reunido en recuerdo, con mezcla de nostalgia y tristeza.
 Asimismo quién no ha reflexionado al leer cuando menos los dos versos iniciales del poema “ANIVERSARIO” de Medardo Ángel Silva, poeta ecuatoriano:
“Hoy cumpliré veinte años, amargura sin nombre  de dejar de ser niño y comenzar a ser hombre”.
 
Terminada la niñez y luego la juventud, ha pasado lo mejor de la edad y de la vida. Y todo irá quedando lejos cada día, hasta confundirse en el horizonte del recuerdo.
 Igualmente quién no ha leído el Poema XXIX de “PROVERBIOS Y CANTARES” de Antonio Machado, poeta español. Y quién no recuerda y pronuncia los versos tercero y cuarto de la primera estrofa:
 “Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar”.

 Es decir no hay el destino, sino el albedrío en el quehacer de la vida. Conforme se avanza viviendo, se va abriendo el camino hacia el devenir. El presente abre camino hacia el futuro. 
Así comprobamos que los poetas tienen cualidades de filósofos; con sus ideas internas en sus poemas dejan mensajes de reflexión sobre la realidad de la vida, sobre la convivencia humana, estados de ánimo existenciales, etc., etc.
A continuación constan las primeras estrofas de algunos poemas, de poetas que hacen reflexionar.  Del poeta mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, de su poema “PARA ENTONCES”, la siguiente estrofa:
 “Quiero morir cuando declina el día,
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo”.

Del poeta ecuatoriano Ernesto Noboa y Caamaño, de su poema “EMOCIÓN VESPERAL”, la siguiente estrofa:
“Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y silenciosamente de algún puerto
irse alejando mientras muere el día”.
 
Del poeta español Fray Luis de León, de su poema “VIDA RETIRADA”, la siguiente estrofa:
“¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!”
                      
Del poeta cubano José Martí Pérez, de su poema “YO SOY UN HOMBRE SINCERO”, la siguiente estrofa:
“Yo soy un hombre sincero,
de donde crece la palma;
y antes de morirme quiero,
echar mis versos del alma”.
 
Del poeta chileno Pablo Neruda, de su “POEMA VEINTE”, los cinco versos iniciales:
 “Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir por ejemplo: La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos”.
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
 En el mundo hay muchos poetas humanistas, fraternos, enemigos de la inequidad social; que en sus poemas tienen mensajes para reflexionar. Del poeta español Julio Sesto, de su poema “LAS ABANDONADAS”, la siguiente estrofa:
 “Cómo me dan pena las abandonadas,
que amaron creyendo también ser amadas; y van por la vida llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño”.
 
También las mujeres son célebres en sus creaciones literarias, son grandes poetisas. Hace cuatro siglos Sor Juana Inés de la Cruz,  mexicana, escribió sus famosas “REDONDILLAS”, siendo la primera:
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis”.
 
Y nuestros amables lectores quedan encargados de completar la lectura de los poemas referidos en esta página. El nombre de los poemas y el nombre de sus autores, son las fuentes de encuentro de tales poemas.
 Finalmente damos a conocer a una célebre poetisa peruana, nacida en Arequipa, Adriana Buendía, con su poema “CANTARES”:
                   
“En todas partes te encuentro
y en todas partes te miro;
tú no estás en todas partes,
pero te llevo conmigo.
                    
Las campanas de tu barrio,
doblando están por un muerto;
tienen razón ya no existo,
porque no vivo en tu pecho.
 
Mi pecho es un cementerio,
mi corazón es un nicho;
si tu mueres ingrato,
ya sabes cuál es tu sitio.
 
Me quisiste y yo te quise,
y nos quisimos los dos;
tú al fin llegaste a olvidarme,
pero no te olvido yo”.

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