jueves, 19 de agosto de 2021

 

POR: Edith Patiño S.

Publicado en la Revista El Observador (edición 123, junio de 2021) 

 


La excelencia deportiva rumbo a Tokio
¡Tres grandes!
Ha significado un reto personal contactarme con tres grandes del deporte, puesto que no es mi área; pero de eso se trata, de siempre “atreverse a”;  me siento honrada por conocer, valorar y admirar las trayectorias de Elizabeth, Paola y Darwin; parte de la brillante comitiva nacional que viajará a Japón. Inicio FELICITANDO y aplaudiendo los logros forjados en base a dedicación, constancia, talento y disciplina, me han permitido hurgar un poquito en sus historias, coinciden en el apoyo irrestricto que han tenido de la familia, inculcado en el amor al deporte y la práctica de valores. Juegan también un papel preponderante los entrenadores y el equipo multidisciplinario por su calidad humana y profesional; la Federación Deportiva, el Comité Olímpico y las políticas públicas, a través de la Secretaría de Estado y la Ley del Deporte, para garantizar su sostenibilidad y corresponder, como es obvio, a sus méritos bien ganados.

La emergencia sanitaria que vivimos ha alterado, como en todo, la normalidad deportiva: fechas, entrenamientos, competencias, viajes, etc. se han visto obligados a adaptarse a las críticas circunstancias y a protegerse más que nunca.

Elizabeth Bravo Iñiguez
“Tratamos de estar el mayor tiempo con nuestro hijo, para compartir y acompañar su crecimiento…” E. y F.
Me resultó grato conversar con Elizabeth y cubrir la información sobre su carrera deportiva. Entusiasta cuenta sobre el apoyo de su familia; se inició de niña en ballet clásico, atletismo y natación, fue entonces que aprendió a disciplinarse y  sentar  las bases de su promisorio futuro con conquistas sucesivas. Un tiempo se retiró de las competencias para dedicarse a  estudiar y trabajar; pero no se conformó, aspiraba los Juegos Olímpicos, su padre le instó a buscar otras opciones,  viajó a Costa Rica para prepararse y cumplir su anhelo y ¡Claro que lo logró! profesionalmente se siente realizada, se graduó en Fisioterapia y culminó una  maestría en  Osteopatía, en España.

Triatlón –  ¡Su pasión!
Su formación en atletismo y natación le permitió decidirse por el triatlón. Ha recorrido un largo camino, lleno de expectativas y triunfos, que sería largo enumerar, entre ellos: una medalla de plata y dos de bronce en los Suramericanos de Medellín – 2010; campeona panamericana (2015, 2019 – Monterrey); considerada la Mejor Deportista Senior en Triatlón en el 2018 y obviamente la mejor en triatlón nacional; campeona en la Copa Panamericana en Salinas, tercera en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba; segunda en la Copa Panamericana de Puerto López y campeona en el Iberoamericano de Santo Domingo. Ha brillado en los reconocimientos a todo nivel; más aún, por el Comité Olímpico, ante su sueño cumplido en  Londres (2012) y  Río (2016).

A los 28 años se casó con Francisco Tirado, quien es también su entrenador y juntos formaron el hogar con afanes comunes, sueños y utopías. Hoy tienen un niño de cinco años, que también se ha convertido en la mayor motivación. Consciente que en este mundo machista, no es fácil contar con el apoyo de  la pareja para entrenamientos, competencias, viajes… ventajosamente con su esposo se complementa, no solo en lo humano – afectivo, sino también en la parte técnica, logística, económica y más. Por ejemplo, fue clave la experiencia  compartida  al inicio de la pandemia, pasaron cuatro meses juntos en Australia, no percibieron lo fuerte que se vivió en nuestro país; les tocó acoplarse a esas lejanas circunstancias y regocijarse finalmente en la Copa Mundo de Mooloolaba que marcó la ruta para sus terceros Olímpicos de Tokio.

 Hoy a sus 34 años, Elizabeth es la mujer, esposa, madre, fisioterapeuta y deportista de alto rendimiento que paralelamente conjuga sus tareas. Se hizo acreedora de una beca UNIR, gracias al programa “Nuestro Futuro, Nuestro Sueño” de la Fundación COFUTURO, para continuar una especialidad complementaria “Experto Universitario en Nutrición Deportiva”. También cuenta con el apoyo de la empresa privada para solventar otros requerimientos que son necesarios, sobre todo en los viajes.   Aspira llegar al 2024 y luego dedicarse a la formación deportiva integral con sus experticias.


Paola Bonilla Tello

“Amo lo que hago: correr y la docencia, lucho por mis sueños y no me doy por vencida…”
Con total predisposición,  Paola me cuenta sobre su carrera; es contemporánea, compañera y amiga de Elizabeth, con quien compartió al inicio el Triatlón, disciplina en la que estuvo desde los 10 hasta los 21 años; contó siempre con el apoyo y motivación de sus padres. Luego se alejó por sus estudios y trabajo, se graduó de Ingeniera Comercial, hizo dos maestrías en España y estudió Inglés en Inglaterra; estuvo fuera del país por más de tres años; le apasiona la docencia, trabajó en la Universidad de Cuenca, ahora da  clases virtuales por las noches en el área de Economía, sin descuidar sus prácticas en dos jornadas diarias y bajo la dirección de su entrenador Julio Chuqui, del cual manifiesta que no son entrenamientos solitarios, sino que dependen del trabajo multidisciplinario, comparten afectivamente con todos los atletas de su equipo “Los Chucos”  en todas las categorías y con sana camaradería.

Sueño cumplido
Hace tres años regresó a las pistas en MARATON; cumpliéndose lo que suelen decir “El músculo tiene memoria” fue duro retomar, pero como deportista de élite, consiguió con fuerza y empeño. Ha tenido grandes logros a nivel nacional e internacional: medallista sudamericana, panamericana e iberoamericana; hasta que fue creando un escalafón desde Viena en el 2019, y en Valencia, exactamente el 6 de diciembre del 2020, fue la mejor ubicada del país -14-  con 2h28m21s, imponiendo un nuevo récord nacional y cumpliendo su sueño para los Juegos Olímpicos de Japón.

Ingresó al programa de becas del Plan de Alto Rendimiento que apoya la Secretaría del Deporte, por sus méritos muy bien ganados, cuenta también con el auspicio de empresas privadas: Plásticos Rival, Adidas y Ecuasanitas. Ahora se prepara para los sudamericanos en Guayaquil,  antes de partir a Tokio.

Darwin Castro Ramirez
“Es importante que se planteen metas y luchen por sus sueños, no desaprovechen las oportunidades, asuman como una filosofía de vida” Correr, correr y ganar sin ver, una falacia? No, una realidad admirable y un ejemplo para quienes viendo, no asumen retos en la vida. Me emocionó compartir con este campeón.

Darwin tiene 27 años, perdió la vista a los 16, por una mala práctica médica, marcando su historia, pero buscó en el deporte cumplir retos y se decidió por el atletismo, demostrando que no hay barreras que le intimiden ni le impidan lograr lo que se propone.

Su trayectoria en las pistas  inició con la mentalidad de los triunfadores, participó en una carrera pedestre en la Sociedad de No Videntes del Azuay, SONVA y  abrió su ruta que le ha permitido a través de sus guías Sebastián Rosero y Diego Arévalo, y de su entrenador Julio Chuqui, ser agradecido y recíproco; habla de ellos muy afectivamente, sobre todo de Sebastián y su familia -es como una adopción fraterno filial que le apoya siempre-

¡Un ejemplo a seguir!
Logros nacionales e internacionales han premiado su perseverancia y fortaleza, motiva y cuenta seguro de sí, sobre su filosofía de vida que le permite una realización plena, cristalizada en el deporte, pese a que no siempre fue fácil, vivió en Quito y ahora está de regreso en Cuenca preparándose con fuerza.

Ha representado con honores al Deporte Adaptado; ha conquistado triunfos en Toronto, Londres, Lima, Italia entre otros; es parte del Plan de Alto Rendimiento en el Deporte Paralímpico, son los primeros en obtener un diploma paralímpico para el país, en Río (2016). Pese a la pandemia sus rutinas no se han suspendido, se ha visto obligado a entrenar en bicicletas elípticas y estáticas, para mantenerse en forma y viajar a Japón en agosto según el calendario de los Paralímpicos.

 LA COMITIVA NACIONAL
Cuenca es cuna de grandes deportistas, se aspira superar marcas y clasificar en las próximas fechas para que se sumen a la excelencia que viajará  a una potencia mundial, estarán en una gran burbuja para salvaguardar la vida y la salud.  Serán unos Olímpicos inéditos; sin público, sin aplausos, sin abrazos… ante lo impredecible de la emergencia sanitaria que vive la humanidad, confiaremos en los triunfos de estos grandes, en lo tangible e intangible, se jugarán sus camisetas en aras de brindar al país glorias y alegrías, para recuperar la esperanza en días mejores. ¡Nuestros más cálidos augurios!!

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