domingo, 17 de junio de 2018

La última aldaba intragable de Rodas

  en La Info  por 
Una noticia pasó inadvertida esta semana: Mauricio Rodas no aspirará a la reelección en la Alcaldía de Quito. Se lo dijo a Janeth Hinostroza, este martes en Teleamazonas, y dio tres razones: no está enamorado del poder, fue elegido para 5 años y él es un creyente de la alternabilidad y quiere dedicarse a su familia.

Fuera de su familia, los dos otros motivos son aldabas que, a esta hora, es imposible que Rodas pretenda que los quiteños se traguen. Basta repasar los sondeos. En términos globales, 75% de los quiteños desaprueban su gestión y casi el 80% no le creen. Esa es prácticamente la mismo proporción de personas que creen que con Rodas Quito va por muy mal camino. Es tan grave la situación que vive Quito que las cosas más básicas –como el estado de las vías y la recolección de la basura– figuran hoy entre las prioridades de sus habitantes. La inseguridad, el tráfico, el desempleo… les siguen.
Rodas, además, se quedó sin sus dos proyectos emblemáticos: Quito cables y la Solución Vial Guayasamín. El primero había sido confiado al Cuerpo de Ingenieros del Ejército que anunció, el 31 de mayo, la terminación del contrato. En cuanto a la Solución Vial Guayasamín el alcalde anunció que tras la primera etapa –la extensión de la calle Boussingault, que terminó hace tiempo–, pasan a la segunda. Una forma optimista de patear el balón hacia adelante porque no se conoce cuál es replanteamiento del proyecto y Rodas no ha dicho si la empresa china, encargada de su ejecución, lo aceptó. El tercer punto, tan crucial como los otros, es su financiamiento. Este proyecto luce tan enmarañado que es posible que Rodas lo entierre. El único punto a favor de su gestión es la continuación de la obra del metro, pero tampoco él lo inaugurará.
No es verdad, entonces, que no esté enamorado del poder o que sea un demócrata desprendido y convencido de que un político debe estar un solo período en su cargo. La realidad es otra: Rodas tiene tan malas calificaciones que no puede (aunque lo deseara) aspirar a ser reelegido. Su problema incluso es lograr sobrevivir en su cargo hasta el fin de este período, pues el pedido de renuncia en el Concejo Metropolitano ha sido recurrente. Y la mayoría política, que ya no tiene, la arma sesión tras sesión y de muchas maneras. Incluso se ha salvado de un proceso de remoción solamente porque aún controla la Comisión de Mesa que es el equivalente del CAL en la Asamblea Nacional. Los problemas de Rodas no son, además, meramente políticos: hay gente de su administración y gente muy cercana que está siendo investigada por la Fiscalía. Y que pueden salir muy mal parados en los exámenes de la Contraloría. El tufo a corrupción es inmenso.
Rodas habló en Teleamazonas como si su renuncia fuera un sacrificio personal en aras de la alternabilidad democrática. La realidad es otra: la alternabilidad se impone porque Rodas se volvió el mayor problema de Quito: las condiciones en que deja la capital son tan deplorables que Roque Sevilla –un aspirante que no decide todavía si compite– decidió hacer un programa para reconstruir Quito e invitó a otros posibles candidatos a hacerlo en forma colectiva. La idea es que, gane quien gane, lo aplique en forma urgente y decidida.
La renuncia de Rodas a tratar de repetir alcaldía no afecta en lo fundamental el tablero de aspirantes que los sondeos contemplan: Paco Moncayo, Jorge Yunda, Roque Sevilla, Juan Zapata, Augusto Barrera, Diego Salgado, Paola Veintimilla… Barrera al parecer no aspira, Yunda tiene serios problemas con la Contraloría… y hay outsiders que no figuran aún en los sondeos.

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