jueves, 28 de septiembre de 2017


Edición 2507: jueves, 28 de septiembre de 2017

Ecuador: El Ojo de Correa Sigue en Carondelet

Fernando Villavicencio Valencia y Pablo Jaramillo Viteri (*)

El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, saluda a su sucesor Lenín Moreno durante la transmisión de mando en mayo de 2017.
El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, saluda a su sucesor Lenín Moreno durante la transmisión de mando en mayo de 2017.
Mucho se especula sobre una especie de síndrome de abstinencia que parece aquejar a Rafael Correa, luego de dejar el poder en mayo pasado. Hasta ahora, la base para esta conjetura era su patente manía por responder, a través de redes sociales, todo acto de gobierno que considera desleal por parte de su sucesor, Lenín Moreno. Más de 800 tuits en 3 meses contabilizó el portal ecuatoriano GKillCity. Pero esta vez las cosas fueron más allá. El presidente Moreno denunció haber descubierto una cámara oculta en su despacho, al parecer, manejada directamente desde el teléfono celular de Correa, hoy residente en Bruselas, Bélgica. Como era de esperarse, el exmandatario negó todo y, fiel a su estilo, tachó de “ridículas” las acusaciones. No obstante, hay antecedentes que demuestran que no se trata de un hecho aislado y que la década correísta (2007 – 2017) tuvo tintes siniestros de espionaje y persecución.
Dueño de todos los poderes, Rafael Correa creó en 2009 uno adicional, por encima de todos sus dominios, controlado exclusivamente por él: la Secretaría Nacional de Inteligencia –Senain–, una especie de Stasi (policía estalinista de la RDA), aunque también con prácticas similares a las de Vladimiro Montesinos, en Perú.
Manejada por su guardaespaldas Rommy Vallejo, la Stasi criolla se convirtió en el parietal izquierdo de Correa. Y, este personaje (Vallejo) fue justamente uno de los principales aportes del expresidente a su sucesor; por ello cuando Moreno reveló la existencia de la cámara secreta, todas la miradas apuntaron a Vallejo.
“Vigila quien se siente vigilado, quien algo tiene que esconder“, alertan los disidentes en Ecuador. Y ciertamente Correa tenía y tiene mucho que esconder: la década de mayor bonanza económica que dejó un país devastado, pero con nuevos ricos de patente zurda. Así se entiende, cómo la corrupción y el autoritarismo van siempre de la mano.
DISIDENCIA INTOLERADA Y CRÍTICA CASTIGADA
De acuerdo con informes en nuestro poder Correa, utilizó su Stasi criolla para espiar la vida privada de propios y extraños. Sus ministros y asambleístas constan en los reportes; ni hablar de periodistas y políticos opositores: centenares de informes con huellas y señales eran remitidos semanalmente al exmandatario. Estos trabajos, la Senain lo hacía sola o contrataba los servicios de firmas extranjeras, como Iluminati Lab, Hacking Team, entre otras. Esos expedientes de sus críticos, Correa los exponía al escarnio público y preparaba la judicialización de sus víctimas. La paranoia llegó a límites escandalosos, como enviar un equipo de agentes a Londres a espiar a la mismísima Scontland Yard y a su huésped, Julian Assange, en el operativo Hotel.
Otra de las actividades encomendadas fue la de manejar un trollcenter encargado de atacar en redes sociales a los opositores. La limpieza o eliminación de información perjudicial al régimen, también estuvo en la agenda de la Senain, para ello contrató en $ 6 millones a la empresa Emerging de México, una de las tareas requeridas fue la de limpiar en redes sociales toda la data de la esposa de Rafael Correa.
La Senain además, contrató estudios especiales sobre los grandes negocios impulsados por el gobierno, como la renegociación de los contratos de telefonía celular, las megaobras del sector petrolero e hidroeléctrico. Es decir, del ojo de Rafael Correa no se escapaba nada ni nadie, en particular quienes espulgaban en el mapa de la corrupción.
Y para tan delicado trabajo, no se escatimaron recursos. El presupuesto operativo de la Senain fue creciendo a partir del año 2010, aunque los rubros más importantes, aquellos destinados a los trabajos de espionaje y contraespionaje, no constan en el Presupuesto del Estado -pues son considerados Gastos Especiales–. Una investigación de Focus reveló que entre 2010 y 2015 se destinó $ 162.7 millones para actividades de espionaje, la cifra se disparó a $ 261.2 millones en 2017. El penúltimo secretario de la Senain, Pablo Romero, tiene orden de captura; está acusado de enriquecimiento ilícito y de recibir coimas de las proveedoras de equipos.
En julio del 2015, la empresa italiana Hacking Team sufrió la filtración de 400 gigas de información, que fueron colgados en el portal WikiLeaks. Quedó al descubierto la lista de 74 clientes de un programa de ciberespionaje denominado Galileo o Da Vinci. En la lista de compradores estaba la Senain, que según los documentos filtrados, había invertido casi medio millón de dólares para proveerse del cuestionado software. 
EL GUARDAESPALDAS DE CORREA
Rommy Vallejo, prosélito de Rafael Correa, le cubrió las espaldas desde cuando fue ministro de Finanzas de Alfredo Palacio (2005). Su poder radica en su incondicionalidad y connivencia. Vallejo maneja la Senain desde 2014, aunque fue parte de ella desde su creación. Paradójicamente, en la actualidad el guardaespaldas de Correa tiene en sus manos el control del servicio de inteligencia de Lenín Moreno.
De centenares de expedientes revisados, existen algunos que marcan un peligroso signo de persecución política. Según un documento de fecha 2 de noviembre de 2013, el entonces presidente Rafael Correa dio la orden a Rommy Vallejo y a Pablo Romero para que espíen al parlamentario opositor Cléver Jiménez y al periodista Fernando Villavicencio, coautor de esta nota. Días después sus oficinas y domicilios fueron allanados y se llevaron documentos de corrupción gubernamental.
En abril de 2016, los portales Vértice y Focus, publicaron un reportaje en el que dieron a conocer detalles de la Operación Q, consistente en seguimientos clandestinos realizados por agentes del gobierno de Correa en contra de Jiménez. En el texto de la nota se muestran códigos internos para identificar a los blancos del espionaje y lugares donde se hicieron los seguimientos, llegando a grabar las actividades personales del legislador dentro de su propia vivienda. A pesar de que en el mismo reportaje, el agente a cargo del operativo explica de dónde provinieron las órdenes, no hubo siquiera un pronunciamiento oficial, mucho menos sanciones. (Video) https://www.youtube.com/watch?v=-QnNjvB1wYE
 DIVULGACIÓN DE CORREOS ELECTRÓNICOS
El 6 de enero del 2014, diario El Telégrafo, medio público de marcada línea gobiernista, publicó un reportaje que buscaba evidenciar una supuesta confabulación de actores políticos y periodistas críticos al oficialismo, materializada en la creación de un portal de noticias. Para demostrar los vínculos entre políticos, comunicadores y agencias de cooperación internacionales, en el reportaje se incluyeron correos electrónicos de Martha Roldós, conocida opositora al gobierno de Correa, los mismos que fueron obtenidos de manera fraudulenta, según denunció la afectada. Cinco días después de la publicación, el propio Correa felicitó el trabajo realizado por El Telégrafo, reincidiendo en la divulgación de las comunicaciones privadas de la opositora. El reportaje fue reproducido por todo el aparato mediático del gobierno correísta, que incluía además del mencionado rotativo, una agencia de noticias, un canal de televisión, radio y otros medios impresos. Como en todos los casos anteriores, no hubo sanciones, con el agravante de que Roldós puso una denuncia formal ante las autoridades, la cual no produjo resultado alguno.
INTENTO DE SECUESTRO EN COLOMBIA
En junio del 2012, el político ecuatoriano Fernando Balda sufrió un intento de secuestro en Bogotá, Colombia. Balda residía en dicha ciudad para evitar una sentencia por injurias dictada en Ecuador, a raíz de un juicio interpuesto por un funcionario del gobierno de Correa.
Las investigaciones por el intento de secuestro llevaron a la detención de cinco personas, quienes luego de suscribir un acuerdo de cooperación con la Fiscalía colombiana, revelaron que detrás del hecho, en calidad de autores intelectuales, se encontraban tres ecuatorianos. Según las investigaciones realizadas por el propio Balda, estas personas son en realidad agentes de inteligencia.
A pesar de que en Colombia las autoridades pudieron apresar a los autores materiales y de que existían fuertes indicios para llegar a los autores intelectuales, las investigaciones se detuvieron en Ecuador por la falta de celeridad de la Fiscalía, manejada por Galo Chiriboga, un exfuncionario del gobierno de Correa, severamente cuestionado por su inacción frente a las denuncias de corrupción relacionadas con el oficialismo.
SEGUIMIENTOS EN PERÚ
En los primeros años del gobierno de Correa, el militar en servicio pasivo Diego Vallejo se convirtió en hombre de confianza del ministro del Interior, José Serrano. Sin embargo, desavenencias entre ambos dieron paso a un fuerte distanciamiento. Vallejo salió del gobierno para dar  a conocer varios actos de corrupción, como por ejemplo, el direccionamiento en el concurso para la elección del Fiscal General del Estado, Galo Chiriboga, quien fue acusado de recibir las preguntas por anticipado.
Luego de sus denuncias, Vallejo hizo un viaje a Lima en busca de representantes de organizaciones de lucha contra la corrupción.  En la capital peruana, Vallejo fue objeto de seguimientos clandestinos, lo cual se prueba porque días después su esposa recibió un sobre anónimo con fotografías de aquel viaje y una carta amenazante respecto a las denuncias de su esposo.
Pocos meses después, Vallejo fue detenido en Quito, durante un operativo policial. Se le encontró una maleta con dos armas de fuego en el interior del vehículo en que se trasladaba. Previo al operativo en el que resultó detenido, Vallejo estuvo en compañía de un abogado amigo suyo, de quien luego descubrió, gracias a un peritaje de llamadas telefónicas, que en realidad era una persona que estaba en permanente contacto con agentes policiales ecuatorianos. Vallejo sostiene que su apresamiento fue producto de una emboscada planificada por el gobierno.

POSDATA: Al cierre de nuestra edición se conoció que el presidente Lenin Moreno removió de  la Senain a Rommy Vallejo.

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