domingo, 3 de julio de 2016

Candidatos

Francisco Febres Cordero
Domingo, 3 de julio, 2016


¿Ustedes ya están con el ánimo prendido por la campaña? Yo tampoco, francamente. Cada día sale un nuevo candidato y nosotros ni tal que se ha ofrecido. El único que sigue la campaña paso a paso, opina y da encuestas es el excelentísimo señor presidente de la República quien, a pesar de que dijo que no se va a lanzar, sigue repitiendo que si sus opositores le molestan, “me les lanzo”. ¡Qué miedo! Con eso nos pone a temblar porque ofrece que va a ganar tres a uno. Y sí ha de ser cierto porque para financiar su campaña, como no tiene plata en efectivo, ha de usar la tarjeta de crédito como recomendó que hicieran todos los que se quedan sin trabajo. Y como no tiene aviones en efectivo, ha de usar los dos que están a su servicio. Y como es bien humilde y no tiene autos en efectivo, ha de subirse en los del Estado. Y como no tiene partidarios en efectivo, ha de usar los del Estado. Y como no tiene tribunales en efectivo, también ha de usar los del Estado. Con eso, barre.
Lo que no entiendo es por qué está tan preocupado por los otros candidatos que no son los del Estado y, en sus insomnios, se pasa pensando lo mal que hizo tal partido, tal agrupación, tal movimiento, lanzándolos. Lo peor es que después da su veredicto, incontrastable: todos los candidatos de la oposición son impresentables, no sirven para nada, no convocan a nadie, no arrastran ni a su propia familia, están últimos en las encuestas. O sea que con eso quiere desalentarlos para que revisen su postulación, eviten el fragor de la campaña y, sobre todo, se libren de llegar a la presidencia.
Y ahurita que pienso, ¡qué bueno que es el excelentísimo! ¡Qué corazón más noble que tiene! Él se preocupa de los otros porque quiere evitarles el tormento de que, pobrecitos, tengan que manejar un país que está en la lona, endeudado hasta las orejas, con el petróleo prevendido, con el oro dado en prenda, con cuarenta ministerios llenos de burócratas de buen vivir, paralizado porque a los proveedores no se les paga, con demandas internacionales a diestra y siniestra y con un letrero de “se vende”, “se alquila” o “lleve dos por una” en cada nueva hidroeléctrica, en las minas, en las carreteras.
Ante eso, ¿cómo va a querer el excelentísimo que alguien que no sea él o su designado ocupe su puesto? Él nos ha demostrado que es el único capaz de convencernos que, así como estamos, vivimos en un paraíso que no podemos darnos el lujo de perderlo. Al fin y al cabo, repite cada rato que es el país con mayor seguridad en el mundo, el más capturón de drogas, el más deseado por los inversionistas extranjeros, el que mayor flujo turístico tiene, el más codiciado por los banqueros para seguir soltándonos préstamos porque ven que no estamos sobreendeudados sino subendeudados, el de mayor libertad de prensa, el de la mejor seguridad social, el que menos derrocha en seguros para las escuelas, el de la justicia más independiente. El único país en que hasta los desocupados están ocupados y el único que tiene un canciller multiétnico, multicultural, multivitamínico, multilingüe y multinacional.
Y el único país que tiene el fiscal con menos Panama Papers de todo el mundo. Para que no le desfiscalicen va a hacer una consulta junto con las elecciones, creo. Ojalá gane. (O)

No hay comentarios:

Publicar un comentario