jueves, 12 de mayo de 2016

El otro yo del doctor Correa (para la foto)
Lo de la amenaza con detener a los damnificados no es un hecho aislado. Correa se ha bajado de las caravana para increpar a algún ciudadano por un supuesto gesto en su contra; ha mandado a detener gente por lo mismo. Luego sus propagandistas reconstruyen su imagen de "buena gente" o arman campañas para justificarlo. Pero Correa, como el doctor Merengue, tiene un otro yo, su verdadero rostro.
09 de mayo del 2016
MARIANA NEIRA
Primero: compañeros periodistas, ¡bravo por el valor puesto durante la cobertura de la catástrofe! Enfrentando a los odios y barreras del autoritarismo agresivo, mezquino, ustedes fueron un voluntario más al servicio de la comunidad. Esa es nuestra misión y me siento orgullosa de ser periodista.
Ahora hablemos de El otro YO.
Como usted, lector, leí, escuché, vi las notas de prensa sobre el terremoto. Cuánto dolor, cuanta destrucción dejó. Observar a los sobrevivientes en la búsqueda desesperada de sus parientes bajo los escombros, arrancaba lágrimas. También buscaban la mano amiga. Se habían quedado sin seres queridos, sin techo, tenían sed, tenían hambre. En horas estuvieron con ellos los periodistas y voluntarios para informar y ayudar, aún a riesgo de que les cayeran edificios cuarteados encima, o se repitiera el terremoto, o hubiera un tsunami. Estos actos confirmaban la tradicional solidaridad humana de los ecuatorianos buena gente. Otros actos, en cambio, mostraban la lentitud estatal combinada con mezquindad humana.
PRIMER ACTO
Leyendo la prensa capté la indignación mundial provocada por el presidente Rafael Correa que, durante su ‘Royal Tour por los escombros’ del jueves 21 de abril, amenazó a los damnificados con hacerles detener porque con desesperación, llorando, le pedían agua, alimentos. (El mundo pudo comprobar que el gobierno de Ecuador no respeta el derecho humano a la protesta, ni siquiera de damnificados).
Vea lo que escribió un medio argentino sobre la amenaza de Correa:
La insólita reacción de Correa ante damnificados: "Nadie grita o lo mando detenido"
Fue durante una visita a la ciudad de Manta, duramente golpeada por los sismos que sacudieron al país.
Sábado 23 de Abril de 2016.
"A ver señores, estamos en Emergencia nacional. Aquí nadie me pierde la calma, nadie grita o lo mando detenido, sea viejo, joven, hombre o mujer. Nadie me empieza a llorar o a quejárseme por cuestiones que falten, a no ser por seres queridos que hayan perdido", amenazó Rafael Correa a los damnificados por el terremoto que le reclamaban la llegada de ayuda durante un recorrido por la ciudad de Manta.
El presidente ecuatoriano luego aseguró que estaban por llegar agua y víveres.  "Ya viene el agua, eso no hay problema. Tenemos decenas de tanqueros en buques que vienen con miles de galones, ya vienen también los víveres, tampoco hay problema en eso. Esperen un poquito".
En las imágenes del reportaje de televisión realizado por el canal Uno se ve luego a Correa hablando a los damnificados con un megáfono.
No es la primera vez que Correa, identificado como ‘humanista’ y ‘cristiano’, sale de misa y pone a su guardia personal a ‘cazar’ a seres indefensos que protestan por sus actitudes.
El 92% de los lectores de este medio argentino manifestó indignación por la amenaza de Correa a los damnificados. En la prensa mundial se replicó esta agresión inhumana de Correa y la indignación.
Lea detalles de esta nota internacional, con vídeo incluido se pueden ver aquí. 
Esa amenaza se dio a las pocas horas de que regresara del Vaticano, donde escuchó misa. Pero no es la primera vez que Correa, identificado como ‘humanista’ y ‘cristiano’, sale de misa y pone a su guardia personal a ‘cazar’ a seres indefensos que protestan por sus actitudes.
El 30 de septiembre 2011, al salir de la misa por las almas de las víctimas que dejó la sublevación policial del 30 de septiembre 2010, el presidente Correa ordenó la detención de una señora.
Leamos la historia contada por los diarios El Expreso y El Universo:
El presidente llegó a la misa apurado y atrasado. En el interior de la iglesia lo esperaban casi todos sus ministros: para ellos se reservaron las bancas de las siete primeras filas. También estaban (mezclados entre la multitud) los familiares de las cinco víctimas que dejó la revuelta policial.
René Coba, vicario de la Arquidiócesis de Quito, celebró la misa durante la cual el presidente permaneció, casi todo el tiempo, con los brazos cruzados sobre el pecho. Así escuchó el llamado que el sacerdote hizo "a la paz social y al diálogo como actitud fundamental (…). Pedimos a todos los sectores que lejos de imponer decisiones se abran auténticos procesos de diálogo que lleven a una convivencia constructiva".
Correa lo escuchó sin inmutarse. En cambio se lo vio pensativo cuando estuvo de rodillas para orar. Tenía el mentón apoyado en sus manos y los ojos cerrados. Fue el último en incorporarse. A su lado, Fernando Cordero, presidente de la Asamblea; José Serrano, ministro del Interior, y Gustavo Jalkh, secretario particular del presidente, esperaban de pie.
Los familiares de Darwin Panchi, Jacinto Cortés, Efrén Calderón, Froilán Jiménez y Juan Pablo Bolaños pudieron acercarse para darle el saludo de la paz. Allí también estuvo Julio Flores, herido durante el operativo de rescate. Él fue uno de los primeros en recibir el abrazo de Correa.
Sin embargo, poco duró el llamado a la paz social de monseñor Coba. Según diarioEl Universo, Correa estaba en el balcón del Palacio de Gobierno saludando a sus simpatizantes del “Comando PAIS” y a la gente común que paseaba por la Plaza de la Independencia. Y desde allí identificó a una mujer, de tez trigueña, que vestía una camisa verde, pantalón negro y altos tacos de color café, al igual que su bolso, y la que, según testigos, le habría insultado al mandatario, calificándolo de “corrupto”.
Eso empujó a los guardias de la casa de Gobierno a retenerla. Y mientras eso sucedía se armó un tumulto cerca al monumento de los héroes de la Independencia, desde donde llevaron a la mujer hasta el Palacio de Gobierno. La hicieron ingresar por una de las puertas de la cochera para que la ciudadana no fuera vista en los pasillos presidenciales.
El rumor corrió tan rápido que en cuestión de minutos se dio la orden para que al edificio presidencial no ingresaran los medios de comunicación privados.
“Hay la disposición de que la prensa no ingrese mientras se soluciona el problema”, dijo uno de los militares que custodiaba la entrada al Palacio.
Desde las rejas se pudo observar que esta mujer estaba retenida en la oficina de la seguridad presidencial, más conocida como Casa Militar. La rodeaban un camarógrafo y una de las personas que escribe para el portal web oficialista El Ciudadano; la subsecretaria de Información, Verónica Álvarez, y los encargados de la seguridad del mandatario, como cubriéndola de los demás. Por minutos la ingresaron a la Casa Militar,  y cerraron la puerta.
Según fuentes gubernamentales, a la señora le preguntaban si ella conocía la infracción que había cometido al insultar al presidente Correa. “Pero ella no decía nada, se quedaba como pensando... Era extraña, porque ni siquiera explicaba de dónde era”. Esto porque esta señora había respondido que vivía al sur de Quito, que tenía un local de carteras en la Plaza del Teatro y que era del cantón Tena (Amazonía). Al final, la llevaron de nuevo a la cochera.
Por las hendijas de las grandes puertas que tapan este sitio, se la podía ver que conversaba con el personal de seguridad, quienes movían sus manos y no dejaban de hablar; mientras, preparaban la salida de uno de los carros presidenciales.
Por la puerta derecha del garaje, una lateral que da hacia la calle Chile, salió un enorme auto marca Nissan de vidrios polarizados, con ella a bordo. Según informaron, la llevaron  hasta la Plaza del Teatro porque allí tenía su negocio de carteras, o “dizque iba a tomar el trole para irse a la casa”, según se informó. La historia completa aquí y aquí
II ACTO
Para tapar el verdadero YO del presidente Correa, a las pocas horas de que amenazara a los damnificados de Manta, sus publicistas obligaron a todas las televisoras a difundir el ‘Royal tour por los escombros’ de un presidente con cara de preocupación, repartiendo abrazos forzados, como político en campaña.
Fondo musical: la canción ‘Yo vengo a ofrecer mi corazón’, de la famosa intérprete de música protesta de los años 80, la argentina ya fallecida, Mercedes Sosa. Las primeras líneas dicen:
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil…
Toda la canción aquí.
Sí. No será fácil que la gente vuelva a creer en Correa porque su acción represiva ha sido sistemática en contra de quienes le ponen resistencia, como los periodistas que reclamamos el derecho a expresarnos libremente. Se confirma con estos actos.
El ‘Royal tour por los escombros’ debía ser difundido por todos los canales de televisión. Si no lo hacían les caía una multa de la inquisidora Supercom (Superintendencia de Comunicación) encargada de aplicar la amordazante ley de comunicación hecha por el gobierno que sanciona todo.
El ‘Royal tour por los escombros’ debía ser difundido por todos los canales de televisión. Si no lo hacían les caía una multa de la inquisidora Supercom (Superintendencia de Comunicación) encargada de aplicar la amordazante ley de comunicación hecha por el gobierno que sanciona todo.
Sanciones porque no se unen a ‘cadenas’, sanciones porque difunden información no verificada en fuentes oficiales, etc. Pero resulta que el día del terremoto los voceros oficiales no aparecían para dar la tan exigida información oficial y, por miedo a las sanciones, los periodistas ecuatorianos no informaban, mientras las cadenas internacionales ya tenían rodando la noticia por el mundo. Al fin, por ahí apareció un valiente que rompió el cerco de la censura.
Y después se pretendió encadenar la información sobre la catástrofe a un canal estatal. Desafiando al Estado, un canal se desencadenó a los  10 minutos y su ejemplo fue imitado por el resto de canales privados. Fue un acto de resistencia inesperado y aplaudido por quienes están cansados de tanto encadenamiento.
TERCER ACTO
‘Yo fui al siguiente día del terremoto llevando alimentos, ayuda que reunimos con los amigos. Al regreso a Quito nos encontramos con 15 carros que integraban la comitiva del presidente Correa. A nosotros no nos confiscaron la ayuda, a un pariente que llegó después, sí’, contaba uno de los tantos voluntarios independientes que molestan al gobierno que va de picada hacia abajo en las encuestas porque ya son pocos los que confían en su acción. Más ahora que se hizo evidente el otro YO de Correa: su rechazo a la sociedad civil, a los voluntarios no sumisos. Lo manifestó en el mismísimo Vaticano, durante la conferencia que dio el 16 de abril, justo el día del terremoto, en la Pontificia Academia de Ciencias Sociales por los 25 años de la encíclica Centesimus Annus.
Dijo Correa: “Aquí se ha hablado de la importancia de la sociedad civil en la sociedad, yo les digo: hay que tener mucho cuidado con aquello”… Según Andes, Correa expresó su preocupación por la pretensión de algunos de que exista “política sin políticos”.
Dijo Correa: “Aquí se ha hablado de la importancia de la sociedad civil en la sociedad, yo les digo: hay que tener mucho cuidado con aquello”… Según Andes, Correa expresó su preocupación por la pretensión de algunos de que exista “política sin políticos”.
“Sí me preocupa un poquito eso porque para mí no hay nada más peligroso para la democracia que actores políticos sin responsabilidad política”… También cuestionó la labor de ciertas ONG que, según él, “no son organizaciones no gubernamentales, sino organizaciones de otros gobiernos”.
 
El pensamiento de Correa es aplicado por trolls fanáticos al servicio del gobierno con actitudes agresivas en contra de voluntarios.
Vea usted lo que pasó con la voluntaria Karla Morales, que ha trabajado en organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en las Naciones Unidas, así como en varias cruzadas humanitarias.
El diario El Universo relató que desde la noche del 16 de abril, Karla, que se considera mitad manabita ya que su madre es de Bahía de Caráquez, se puso manos a la obra y escribió un tuit pidiendo donaciones que podían llevar a su casa, ya que a las dos de la tarde del domingo 17 ella viajaba llevando la ayuda. La madrugada de ese domingo, su esposo, el argentino Ezequiel Castro, bombero voluntario, viajó a Manabí y desde entonces dirige el centro de acopio en San Vicente.
Justamente en San Vicente, recuerda ella, que va y viene de Manabí, “se nos acercó el coronel Gómez, del Ejército, encargado de esa zona, y nos pidió que le enseñáramos cómo trabajábamos y literalmente se nos quitó el sombrero; desde entonces trabaja con nosotros”.
A partir de ese primer tuit, recuerda que el domingo 17 se sentó en la vereda de su casa a esperar la ayuda. Eran las nueve y llegó el primero, después el segundo y llegaron muchos más. Ella, que pensaba llevar un camión, partió ese primer día con 28 camiones con donaciones. Desde entonces se han hecho 198 viajes con donaciones, entre camiones trailers y contenedores y 80 vuelos de avionetas. Hasta el jueves, la ayuda desde el centro de acopio estaba avaluada en unos 3 millones de dólares.
Los aportes no solo han venido de la sociedad civil y la empresa privada, el Municipio de Quito la buscó para colaborar con la asistencia sanitaria y el Municipio de Guayaquil la ayudó con donaciones para 190 familias en una montaña.
Por estas acciones, los tuiteros fanáticos del gobierno acusaron a Karla de estar ‘aupada por la oposición’. Al final, los correístas quedaron como perro apaleado por la gran cantidad de elogios a Karla.
ACTO FINAL
Estas historias se cerraron con el supuesto trompón lanzado por un militar al ministro de agricultura y ganadería, Javier Ponce, que vigila uno de los frentes de ayuda al gobierno.
Veamos lo que Martín Pallares narró en la revista digital 4pelagatos.com:
Antes del episodio del golpe Javier Ponce ya había protagonizado otro momento de tensión. Ese mismo día, horas antes, irrumpió en un lugar donde se estaba coordinando la llegada de donativos de Guayaquil, sobre todo de la Alcaldía de esa ciudad, con la participación de funcionarios de la Vicepresidencia de la República. Quienes estuvieron presentes en el lugar, entre ellos el ex asambleísta César Rohón, llegado desde Guayaquil con donativos, sostienen que Ponce estaba muy molesto y alterado y empezó a reclamar porque los donativos no estaban siendo llevados al Comité de Operaciones Especiales, COE.
“¡Esto debe ir al COE, esto debe ir al COE!”, dicen que Ponce gritaba voz en cuello. Una de las mujeres a las que Ponce más reclamaba, aparentemente le dijo que ella trabajaba para la Vicepresidencia y que estaban coordinando la llegada de las ayudas. Entonces Ponce tomó su teléfono satelital y habló personalmente con el vicepresidente Jorge Glas, sin que los detalles de la conversación hayan podido ser escuchados por los presentes. “Entiendo que pretendía detener el operativo y llevarse la ayuda que habíamos llevado a otra oficina”, relató para 4Pelagatos César Rohón. Tras la conversación telefónica con Glas, desistió de hacerlo.
Siempre muy ofuscado y alterado, Ponce salió y se dirigió a otro lugar, donde se produjo el altercado con los militares que terminó en trifulca y en el famoso golpe. Según la versión que circula en redes sociales Ponce llegó a ese sitio, donde también se estaban recibiendo donaciones, muy enfadado e increpando a la gente que se hallaba en el lugar. Cuentan que el capitán que, según las versiones que circulan en redes sociales y no han sido negadas, se llama David Gallo, le dijo a Ponce que no les faltara al respeto. Una fuente de 4Pelagatos en Bahía, que estuvo en el lugar, relata que el capitán le dijo a Ponce lo siguiente: “Señor ministro, usted podrá ser ministro pero no nos falte el respeto”. Ese momento, el Ministro perdió la compostura y trató de golpear al capitán Gallo sin alcanzarlo. Eso provocó una trifulca entre el equipo de seguridad de Ponce y algunos presentes, muchos de ellos militares.
Una persona presente en ese momento narró lo sucedido ese instante así: “la guardia del ministro saltó a pegarle a Gallo. Ahí fue que intentó darle la cachetada Ponce. Pero los militares también saltaron y ahí fue que Gallo le trancó el puñete”. Esa misma persona sostiene que los moradores del lugar que estaban ese momento apoyaron al capitán del Ejército.
Ese golpe se ha constituido en un símbolo del rechazo de la gente a la acción controladora, interesada del gobierno en el reparto del agua, de la comida, de las medicinas, etc., a los damnificados. Esa obligación que tiene el gobierno lo publicita como un logro en los últimos vídeos que el gobierno ha obligado a difundir a los canales de TV. Es para tapar el verdadero YO del doctor Merengue. El YO hipócrita.

(El doctor Merengue es un personaje de caricatura que representa a un señor serio y encumbrado al que las normas sociales le imponen callar muchas de las cosas que quiere expresar. Entonces su otro yo aparece, como un fantasma, y muestra lo que realmente piensa o siente.) 

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