El observador

 CUENCA, TIERRA DE NADIE

Todos los jueves, "religiosamente", desde las 21h00 hasta la madrugada, llegan vehículos particulares, se estacionan frente a la puerta de ingreso a la tribuna del estadio municipal de Cuenca, y comienza el gran escándalo. Sacan los parlantes, suben el volúmen a niveles intolerables, sin que ninguna autoridad, pueda poner freno a tanto abuso. Llega la policía, cuando llega, pero los embriagados de música "moderna" hacen de las suyas, no les hacen caso, se burlan en sus caras, y los señores policías no les queda más que retirarse y dejar que siga la farra en espacio público. Mientras, las personas que viven en los alrededores, viven el mismísimo infierno, Nadie puede conciliar el sueño, ni chicos, ni grandes, todos viven la misma pesadilla, que se repite cada jueves.

DE OFICIO DEBERÍAN INTERVENIR LAS INSTITUCIONES COMPETENTES, PARA PONER FIN AL IRRESPETO A LA PAZ CIUDADANA.

EL OBSERVADOR