miércoles, 10 de diciembre de 2025

 

LO QUE REALMENTE PASÓ EN EL NOBEL: una lectura que el régimen no quiere que entiendas 1/ La ceremonia del Nobel 2025 NO fue un acto cultural. Fue un acto de guerra simbólica contra la dictadura venezolana. 2/ La silla vacía de María Corina Machado fue el signo central. En semiótica, la ausencia puede hablar más fuerte que la presencia. Y aquí gritó: “En Venezuela, el líder democrático debe esconderse para no ser torturado.” 3/ El Comité Nobel empezó narrando horrores: niños electrocutados, adolescentes asfixiados, militares torturados. No era una historia: era un acta de acusación internacional. 4/ Luego desmontó el relato oficial del régimen. Dijo, en esencia: “Si repites propaganda autoritaria, eres parte del sistema de opresión.” Una bofetada a quienes aún usan el lenguaje del chavismo sin darse cuenta. 5/ El discurso mostró algo clave: La dictadura no gobierna con leyes. Gobierna con signos de terror: desapariciones, videos de humillación, cuerpos golpeados. Es un idioma. Una gramática del miedo. 6/ Y después vino el giro: La oposición democrática venezolana —la de verdad— no es víctima. Es sujeto histórico. Un actor capaz de documentar un fraude, unificar fuerzas y resistir sin disparar un tiro. 7/ El Nobel convirtió a María Corina Machado en un significante global, al nivel de Mandela y Sájarov. Eso no lo puede borrar ningún troll, militar o propaganda. 8/ La parte más explosiva: El Comité pidió explícitamente a Maduro que renuncie. No es una opinión. Es la sanción simbólica más alta que un organismo civil puede emitir. 9/ Oslo no premió el pasado. Premió el futuro democrático que el régimen intenta impedir. Y le dijo al mundo: “La neutralidad frente a esta dictadura es complicidad.” 10/ El Nobel no fue un homenaje. Fue un cambio de narrativa global, una ruptura del marco semiótico que protegía al régimen. Y cuando cambia el relato, cambia el poder. Venezuela acaba de entrar en otra fase.

 

RUMBO A OSLO. LAS MIL PERIPECIAS QUE TUVO QUE SOBRELLEVAR LA PREMIO NOBEL DE LA PAZ, MARÍA CORINA MACHADO, PARA PODER ESCAPAR DE LA DICTADURA VENEZOLANA. LA CEREMONIA YA SE CUMPLIÓ, SU HIJA RECIBIÓ EL PREMIO. FUENTES OFICIALES INFORMAN QUE MARÍA CORONA, SE REUNIRÁ CON SUS SERES QUERIDOS Y AMIGOS, EN LAS PRÓXIMAS HORAS.
HA SIDO TODA UNA ODISEA, HUIR DE SUS VICTIMARIOS PARA PODER CUMPLIR EL SUEÑO DEL PUEBLO VENEZOLANO: LA LIBERTAD.

EL OBSERVADOR

 QUÉ ES PROGEGEN. QUIÉN ES. QUÉ HACE. A QUÉ SE D.EDICA..

 

La cuidaron desde el aire
Según el WSJ, la historia ya dejó de ser rumor para convertirse en una fuga de alto voltaje. Y ahora, con las piezas sobre la mesa, el cuadro se ve nítido: esto no fue improvisación, fue una exfiltración encubierta en toda regla.
La narración ajustada quedaría así, sin maquillaje:
María Corina Machado salió de Venezuela como salen los objetivos de alto valor en regímenes que se derrumban: por mar, en silencio, sin señales electrónicas y bajo la nariz de un aparato represivo paranoico.
El cruce hasta Curazao —según fuentes de seguridad estadounidenses citadas por The Wall Street Journal— exigió navegar un corredor vigilado por el SEBIN, la FANB y radares militares que, en teoría, deberían haber detectado cualquier embarcación sospechosa. No detectaron nada. Mala señal para ellos, excelente para la historia.
Y aquí es donde lo “extraño” de estos días cobra sentido:
– Patrullas de F-18 estadounidenses en el Caribe.
– Helicópteros neerlandeses operando desde Aruba y Curazao.
– Tráfico aéreo “limpio” en el FIR de Maiquetía.
– Actividad naval que no corresponde a un simple operativo antidroga.
Demasiada coincidencia para ser coincidencia.
Fuentes en Washington y La Haya ya dejan entrever que aquello no fue una operación militar rutinaria, sino un paraguas de protección discreto para la salida de la mujer que el régimen consideraba su objetivo político Nº1.
Llegó a Curazao. Cambió el mar por un avión. Voló a Oslo.
Y el chavismo quedó mirando al vacío, sin entender cómo se les evaporó la figura más vigilada del país.
Esto es lo que significa en términos geopolíticos:
• Cuando un régimen persigue, las democracias se coordinan.
• Cuando el mar Caribe parece mover fichas militares “sin explicación”, casi siempre hay una explicación.
• Cuando un país se apaga, una sola persona puede generar más energía política que todas las refinerías colapsadas de PDVSA.
Operación de película.
Fuga quirúrgica.
Golpe psicológico para un régimen que ya no controla ni su sombra.

Y un mensaje planetario: a veces, el camino a la libertad empieza en un bote y termina en un Nobel.

 


 

María Corina Machado recibe el Nobel de la Paz en ausencia; su hija acepta el premio en Oslo
La opositora venezolana fue galardonada este 10 de diciembre de 2025, pero no pudo asistir a la ceremonia en Oslo por advertencias de la Justicia chavista. Su hija recibió el premio en su nombre mientras cuatro presidentes latinoamericanos asistieron al evento.
Por
Redacción La Hora,
10 de diciembre 2025 • 07:46 hs
La entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder opositora venezolana María Corina Machado acaparó la atención mundial este 10 de diciembre. Aunque el Instituto Nobel había anunciado su presencia en Oslo, la ceremonia estuvo finalmente marcada por su ausencia, debido a las advertencias de la Justicia venezolana, controlada por el chavismo, que amenazó con declararla prófuga si salía del país.
El acto inició a las 13:00 (7:00 en Ecuador) en el Municipio de Oslo, sede de la entrega del galardón por más de cuatro décadas. En representación de Machado, su hija Ana Corina Machado fue llamada a recibir la medalla de oro, el diploma y el premio económico de $1,2 millones.
“Estaré en Oslo, estoy en camino”
La opositora había confirmado días atrás al Instituto Nobel que viajaría a la capital Noruega, lo que habría significado su primera aparición pública desde enero de 2025. Sin embargo, su llegada se complicó debido a restricciones judiciales en Venezuela.
A las 06:18 (hora de Ecuador), el Instituto Nobel comunicó oficialmente que Machado no alcanzaría a estar presente durante la ceremonia. No obstante, aseguró que se encontraba a salvo y que llegaría a Oslo “pronto”.
En una llamada telefónica al secretario del Comité Nobel Noruego, Jørgen Watne Frydnes, difundida por la organización y citada por El País, Machado afirmó:
“Estaré en Oslo, estoy en camino.”
En el mismo audio, expresó su gratitud hacia quienes contribuyeron a su salida del país: “Muchas personas arriesgaron su vida para que yo pudiera llegar a Oslo… Este reconocimiento es para el pueblo venezolano.”
También agregó: “No llegaré al momento de la ceremonia, pero estoy en camino. Sé que cientos de venezolanos están en Oslo, al igual que mi familia y mi equipo. Este premio es de todos.”
Presidentes y aliados opositores en la ceremonia
Entre los invitados especiales estuvieron cuatro jefes de Estado, incluidos los presidentes de:
Ecuador, Daniel Noboa
Argentina, Javier Milei
Panamá, Raúl Mulino
Paraguay, Santiago Peña
También viajaron familiares, líderes opositores y aliados políticos de Machado, como Edmundo González y el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, ambos en el exilio.
En el Grand Hotel, donde tradicionalmente se hospedan los laureados, la madre de Machado, Corina Parisca, sus hermanas y varios de sus hijos esperaban noticias sobre su llegada. Confesaron no saber su ubicación exacta, aunque mantenían la esperanza de que pudiera arribar a Noruega en las horas siguientes.
Once meses en la clandestinidad
Machado, ingeniera de profesión, se mantuvo en la clandestinidad durante casi un año tras denunciar la reelección fraudulenta del dictador Nicolás Maduro en julio de 2024. Inhabilitada para participar en esos comicios, afirmó que el mandatario “robó” la victoria a su candidato, Edmundo González, y difundió copias de votos como evidencia del fraude.
Aunque el chavismo rechazó estas acusaciones, Estados Unidos, la Unión Europea y gran parte de América Latina no reconocieron la reelección de Maduro.
Ana Corina Sosa Machado lee en Oslo el histórico discurso de su madre al recibir el Nobel de la Paz
A las 7:40, durante la ceremonia, fue llamada Ana Corina Sosa Machado, hija de la líder venezolana, para recibir el Nobel en su nombre, en medio de una ovación del público presente.
En una ceremonia cargada de emotividad, subió al escenario del Ayuntamiento de Oslo para recibir en su nombre el Premio Nobel de la Paz 2025. La joven anunció que su madre podría llegar a la capital noruega en horas de la noche y no pudo contener las lágrimas al anticipar que, tras dos años sin verla, podría volver a abrazarla. También aseguró que Machado regresará pronto a Venezuela.
Frente a un auditorio lleno de autoridades, diplomáticos, familiares, expresidentes y ciudadanos venezolanos, Ana Corina Sosa leyó el extenso y contundente discurso escrito por su madre. En él, Machado denunció la corrupción del chavismo, la consolidación de una dictadura y las violaciones sistemáticas de derechos humanos que han marcado la vida de Venezuela durante los últimos 25 años.
“El régimen generó terror, pobreza, división; suprimió derechos, secuestró y torturó opositores y empujó a millones al exilio”, se escuchó desde el podio, en una intervención que provocó aplausos y silencios prolongados en la sala.
El discurso hizo un recorrido por la historia venezolana, desde su vocación republicana hasta la destrucción institucional bajo el chavismo. Machado exaltó la herencia democrática del país, su riqueza cultural y su tradición de acogida a migrantes.
“Venezuela nació de la audacia… nuestros antepasados cargaron la libertad sobre sus hombros”, afirmó, antes de contrastar esa herencia con el deterioro político y económico actual.
Machado describió cómo la concentración del poder y la renta petrolera generó “privilegios, clientelismo y corrupción”, preparando el terreno para el ascenso de Hugo Chávez en 1999 y la posterior instauración de un sistema autoritario.
Narró episodios de persecución, tortura y represión, incluso contra adolescentes y mujeres encarceladas. Recordó que la economía colapsó más del 80 %, la pobreza superó el 86 % y más de nueve millones de venezolanos fueron obligados a migrar. “Son heridas abiertas, no cifras”, dijo.
Sin embargo, también destacó que la diáspora, lejos de fragmentar al país, terminó uniéndolo. Relató historias de esperanza surgidas durante las elecciones primarias opositoras y la elección presidencial de 2024, cuyos resultados —según denunció— fueron desconocidos por el régimen pese a la victoria del candidato Edmundo González.
Sosa recordó episodios en los que ciudadanos desafiaron al poder, desde una maestra que convenció a una operadora del régimen a apoyar el cambio, hasta poblaciones enteras que izaron banderas prohibidas en zonas dominadas por grupos armados.
“El amor venció al miedo”, afirmó, remarcando que la lucha por la democracia se transformó en un movimiento espiritual y ético.
El discurso cerró con una visión esperanzadora del país que Machado dice estar lista para reconstruir: “Venezuela volverá a abrazarse, a enamorarse, a reír. Abriremos las puertas de las cárceles y veremos salir a miles de inocentes”.
También anunció que espera estar presente cuando regresen los migrantes: “Yo estaré allí, en el puente Simón Bolívar, para recibirlos de vuelta a casa”. Machado dedicó el Nobel a los presos políticos, activistas, periodistas, artistas, defensores de derechos humanos, su familia y, especialmente, a los millones de venezolanos que arriesgaron sus vidas por la libertad. “A ellos pertenece este día. A ellos pertenece el futuro”, concluyó.(EC)

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