El exsecretario de la CIDH critica duramente la ausencia del Estado ecuatoriano en dos audiencias ante la Comisión, y dice que acciones de Rafael Correa debilitan al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Por: JEAN CANO
Santiago Cantón es uno de los
especialistas más respetados del continente por su accionar y conocimiento
sobre del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Un sistema que incomoda a
Rafael Correa, más ahora cuando varias organizaciones de la sociedad civil,
entre ellas Fundamedios, Inredh, Ecuarunari, Fundación Pachamama, y otras, han
llevado denuncias de violaciones de derechos humanos en el Ecuador para ser
expuestos en las audiencias de octubre de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH). El Presidente
considera que este espacio es usado por políticos disfrazados de organizaciones
civiles y critica que su sede sea en Estados Unidos, país que no ha ratificado
la Convención Americana. Esta otorga a la Comisión la jurisdicción regional
sobre estos temas.
Cantón es una voz autorizada para
analizar el comportamiento de Rafael Correa con respecto a la CIDH. Él es
director del Centro Robert F. Kennedy y desde el 2001 fue Secretario Ejecutivo
de la CIDH. En 1998 fue elegido como el primer Relator Especial para la
Libertad de Expresión en el Sistema Interamericano. Y, en el 2005 fue
galardonado con el Gran Premio Chapultepec por sus contribuciones a la
promoción, desarrollo, fortalecimiento y la defensa de los principios de la
libertad de expresión en América.
Plan V lo entrevistó este 30 de
octubre en Washington. Luego de un conversatorio acerca de la protección del
Yasuní ITT en Freedom House, en Washington DC, Estados Unidos, hizo una lectura
acerca de la ausencia del gobierno de Ecuador en dos audiencias en la CIDH.
Pero además, de los serios problemas de retraso en la resolución de denuncias y
de falta de presupuesto.
El Gobierno ecuatoriano no llegó
a las dos audiencias del día lunes en la CIDH. ¿Cuál es la lectura que hace de
ese acto?
Cuando yo comencé como secretario
ejecutivo, hace más de una década, no era común, pero sucedía mucho que los
Estados no se hicieran presentes en las audiencias. Durante más de una década
de trabajo se logró, no solo que los Estados lleguen a todas las audiencias,
que respondan a todo, sino que ellos mismos pidan audiencias. Fue un paso muy
significativo. Y eso verdaderamente ha fortalecido el Sistema. La peor defensa
que puede hacer un Estado es no presentarse en procesos que son abiertos,
transparentes y donde todas las partes tienen un espacio. La peor defensa es no
presentarse. Y eso es lo que optó el Estado ecuatoriano: está en su derecho de
hacerlo pero creo que es la peor defensa que puede hacer. Creo que
tranquilamente podría venir a explicar qué es lo que están haciendo, cómo lo
están haciendo y de qué manera… y optaron por no hacerlo, lo cual habla muy mal
de eso.
De por medio hay el agravante de
que el Gobierno de Rafael Correa ha mencionado la posibilidad de desconocer la
Convención Americana, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos… ¿Qué
piensa de eso?
Yo espero que no. Eso implicaría
la indefensión para millones de ecuatorianos. Espero que no se tome esa medida.
Y por otro lado, es una medida, hasta cierto punto, sin las consecuencias que
el Estado cree que va a tener. Porque la Convención Americana va a continuar
ejerciendo su jurisdicción sobre Ecuador, salvo que Ecuador decida retirarse de
la Organización de Estados Americanos. Esa sería la única posibilidad para que la Comisión no actúe más. Lo único
que logra retirándose, es retirarse de la Comisión y retirarse de la
jurisdicción de la Corte. Si no se retira de la OEA, la Convención tendrá
jurisdicción, tal como pasa con Venezuela.
Este es un momento crítico de la
CIDH. A más de las críticas, hay lentitud en el despacho de casos. Recién están
conociendo casos del 2008 y grupos indígenas del Ecuador han reclamado por las
demoras. ¿Qué piensa usted?
Siempre ha habido una demora
significativa, demora a la cual yo, como Secretario Ejecutivo, intente ponerle
fin, habiendo sido responsable. Pero al mismo tiempo siempre plantee que esa
demora era responsabilidad de los Estados, no de la Comisión. Era de los
Estados porque son los encargados, según la carta de la OEA, según los
instrumentos interamericanos de Derechos Humanos, los responsables en dotar a
la Convención de los recursos necesarios para que esta funcione. Los Estados,
muy cínicamente, al no otorgar esos recursos logran que existan menos casos en
su contra. Y eso es inaceptable.
¿Cínicamente?
Los Estados saben que no dotar de
recursos a la Comisión y la Corte, hace que no se pueda tramitar los casos en contra de ellos. Son
conscientes de eso y prefirieron no dar recursos. ¿Y sabe por qué lo digo?
Porque no estamos hablando de muchos recursos. Estamos hablando de, como mucho,
10 millones de dólares al año. Por 34 países. Entre los cuales se encuentran
países multimillonarios. Por lo tanto, estamos hablando de nada… de nada. Y si
no lo hacen es porque no quieren tener casos de derechos humanos en su contra.
Esa es la única lectura que uno puede dar.
Hay la afectación al CIDH, poco
presupuesto. Y escenarios como el ecuatoriano, con las duras críticas, ¿Es una
cadena que agrava el estado del Sistema?
Es una cadena. Si la Comisión y
la Corte Interamericana tuvieran más recursos indudablemente serían más
eficaces. Y eso permitiría que haya una mejor protección de los derechos
humanos dentro de los países. Porque eso implicaría que haya más entrenamiento
a los jueces, más entrenamientos a la sociedad civil y al Estado, para que sepan
como hacer las cosas. Eso tendría más éxito. Pero, hoy por hoy, son de cinco
millones por año a la Convención y a la Corte deben ser seis millones. Para
tener la Comisión y la Corte ideal, con jueces permanentes, comisionados
permanentes, espacios físicos ideales, presupuesto para viajar, para resolver
los casos en un año y no en cinco, lograr todo es lo ideal son 30 millones de
dólares al año. O sea es ridículo… Es una situación ridícula, esa cantidad de
dinero es el margen de error del presupuesto de cualquiera de los países.
En esa línea, cómo ve usted la
actuación del presidente Rafael Correa. ¿Es un enemigo del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos o es un crítico?
En cuanto al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, enemigo
me parece una palabra muy fuerte. Pero es sumamente crítico. Con información
errónea, claramente errónea. Y que está buscando descalificar al Sistema
Interamericano de Derechos Humanos que es absolutamente reconocido por todos
los verdaderos expertos en Derechos Humanos, por todos. Es posiblemente el
mejor sistema regional de protección de derechos humanos del mundo. Y se está
debilitando debido a acciones como las del presidente Correa.
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