lunes, 4 de agosto de 2025

 

Actúa ahora
Queridos amigos y amigas:
Brasil está declarando la guerra a la Amazonía.

Pronto podría aprobar una ley devastadora que supone dar vía libre a la industria maderera, minera y agropecuaria para devorar viva la selva amazónica.

Avaaz está en contacto con varias comunidades indígenas de la región. La nueva ley machaca sus derechos y su capacidad de cuidar del pulmón del planeta. Están furiosos y resueltos a no dejarse pisotear.

Por eso hemos decidido unir fuerzas y hemos trazado un plan conjunto para ayudar a las comunidades indígenas a reclamar sus territorios y restaurar grandes áreas de selva. Porque la Amazonía es mucho más que su hogar: es su familia, como lo son los ríos, los árboles o el canto de los pájaros.

Esta campaña de recaudación de fondos servirá para ayudar a las comunidades indígenas a resistir y defender la selva amazónica.

Tu apoyo permitirá a decenas de comunidades comprar terrenos y conseguir al fin títulos legales, para así poder echar a las excavadoras y las motosierras. También podríamos respaldarlos en batallas legales y protestas para detener las incursiones ilegales de la industria minera y maderera.

Pero no nos limitaremos a defender la Amazonía: también ayudaremos a que las familias puedan restaurar la selva, plantando miles y miles de árboles endémicos y devolviendo la vida a las chagras, los huertos tradicionales de la zona.

La selva amazónica es el ecosistema más vivo, diverso y deslumbrante de todo el planeta: da cobijo a una miríada de especies, desde perezosos a delfines rosados o ranas de cristal. Pero ahora mismo la están asfixiando. Y aunque no todo el mundo puede plantarse frente a las máquinas o encadenarse a los árboles, lo que sí que podemos hacer es dar respaldo a quienes la han protegido durante siglos.

Tenemos que ayudar a las comunidades indígenas a mantenerse firmes y defender la selva amazónica. Dona ya lo que puedas:

La supervivencia de las comunidades indígenas ya está en la cuerda floja. Los ríos están contaminados por los derrames de petróleo y el mercurio de la minería ilegal y los niños enferman, e incluso mueren, intoxicados por el agua. Los líderes indígenas que denuncian las invasiones ilegales se convierten en blanco de ataques que pueden llegar a costarles la vida.

Ahora esta nueva ley podría abrir aún más las puertas de la destrucción y animar a otros vecinos amazónicos a desbaratar sus políticas ambientales y sacrificar la selva en nombre del “progreso”.

Algunas partes de la selva están desapareciendo tan rápido que sus habitantes no pueden hacer nada por evitarlo. Necesitan nuestro apoyo para seguir protegiéndola y cuidándola. Si recaudamos fondos suficientes podríamos:

  • Apoyar a los Pueblos Indígenas hasta que consigan la titularidad legal de sus territorios, tanto impulsando campañas por la demarcación oficial de tierras en Brasil, como financiando la compra de terrenos, primero en Colombia y en otros sitios después.
  • Restaurar casi 6 000 hectáreas de selva, ayudando a familias indígenas a replantar grandes áreas de hábitat crítico, un proyecto que podría sentar precedente y llevarse a otras zonas de la cuenca amazónica.
  • Combatir las políticas de ultraderecha que pretenden arrasar con los derechos de los Pueblos Indígenas, impulsando cambios legislativos en toda la cuenca amazónica, denunciando las injusticias en los medios de comunicación y reclamando la expansión de los derechos territoriales de los pueblos indígenas de Brasil de cara a una cumbre mundial por el clima que se celebrará este año.
  • Crear un registro de territorios indígenas e identificar las amenazas para la selva, financiando una cartografía exhaustiva de los distintos conflictos por la tierra y las zonas amenazadas, recogiendo pruebas fundamentales para frenar la destrucción de la Amazonía, y afianzar la consolidación de los territorios indígenas.
  • Reservar fondos para sacar adelante campañas urgentes en la Amazonía y así poder responder con acciones rápidas, defensa jurídica y movilizaciones masivas para luchar por la selva y la vida que alberga.

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