El observador

 

Mientras Israel asesina niños en Gaza, el presidente Javier Milei planea recibir a Netanyahu, buscado por crímenes de guerra. Es una afrenta a la memoria, a los derechos humanos y a la historia de lucha del continente. Firma y difunde el llamado de Martin Gak periodista y filósofo argentino y súmate a la resistencia: ¡Netanyahu NO es bienvenido en Argentina, ni en ningún país de América Latina! FIRMA Queridas amigas y amigos: Como argentino, latinoamericano, y como judío, me niego a guardar silencio mientras el Estado le tiende la alfombra roja a un hombre que cada día masacra a 28 niños y niñas. Mientras la sociedad argentina observa con horror las imágenes de la brutalidad genocida que Israel perpetra diariamente en Gaza, Javier Milei le abre las puertas a Netanyahu invitándolo a visitarlo en Buenos Aires en septiembre. Netanyahu enfrenta desde noviembre de 2024 una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad. ¿La razón? Encabezar un infanticidio masivo, una hambruna planificada y un catálogo enorme de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, y lo que gran parte de la comunidad académica y jurídica ya califica como genocidio. Como miembro de la Corte Penal Internacional, la República Argentina tiene la obligación absoluta de arrestar a Netanyahu si pisa suelo argentino. Aun así, Javier Milei está dispuesto a recibir en nuestro país a un criminal de guerra internacionalmente buscado, y a arrastrarnos a todos los argentinos a ser cómplices de su encubrimiento. Pero ahora tenemos la oportunidad de levantar la voz. Por eso les pido que se unan a esta petición para apoyar, en mi país, a quienes se niegan a darle la bienvenida en Argentina. Firma y comparte: ¡Netanyahu, no es bienvenido en Argentina! Con esta petición sumamos nuestras voces a las voces de decenas de organizaciones de derechos humanos que ya presentaron denuncias de cara a la visita – incluidas las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Tenemos el deber moral y humano para con los palestinos de Gaza de hacer que nuestra voz sea escuchada, fuerte y clara. No en nuestro nombre. Si no podemos hacer nada más, podemos ahora alzar nuestra voz por Gaza. ¡Netanyahu, no es bienvenido en Argentina!