lunes, 5 de diciembre de 2022

 EL DEPORTE Y LA POLÍTCA

No podemos, no debemos, dejar de agradecer a la Selección Ecuatoriana de Fútbol, por todo lo que nos hizo vivir durante su participación en el Mundial de Catar 2022. Nos levantó el ánimo, nos hizo vibrar de emoción, nos llenó de momentos inolvidades, nos dio esperanza de que sí se puede salir adelante, con ganas, esfuerzo y sacrificio. Este pueblo sufrido por tanta corrupción, saqueado hasta más no poder, por políticos inescrupulosos, que viven como magnates fruto de los saqueos a los sagrados dineros de la Patria.
Gracias a ese grupo de jóvenes deportistas que hicieron la hazaña para dejar muy en alto el nombre de este bello e incomparable país. Gracias a ellos, el nombre de Ecuador sonó en los rincones más profundos y lejanos del planeta. Gracias al equipo y a su extraordinario director técnico, un argentino, que abrazó la bandera y cantó el himno patrio, con fervor cívico, como un ecuatoriano más, llegamos lejos como país deportivo, con ansias de triunfos, de goles, de medallas. Por unos días fuimos admirados, aplaudidos, mimados, estuvinos en la cima del éxito. Esto recién empieza, la semilla está sembrada, la cosecha será abundante en el futuro. Entre el deporte y la política, hay un abismo de diferencia. El deporte es orgullo, la política es verguenza, asco, antivalores. Como dijo Haya de la Torre: "Los corruptos huyen, los traidores se esconden, los miserables piden asilo político, y luego aparecen como candidatos".
EL OBSERVADOR

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