jueves, 22 de agosto de 2019






BOLSONARO, EL MAYOR CRIMINAL ECOLÓGICO DE LA TIERRA #PRAYFORAMAZONIA


Confiarle Brasil y la Amazonía a Jair Bolsonaro ha sido una de las decisiones más nefastas que han tomado los brasileños hacia el planeta, hacia la naturaleza misma y hacia toda la humanidad.
Las actividades extractivistas en el «pulmón natural» tales como la industria maderera, la minería y la ganadería, han empujado a los indígenas locales a ser desplazados y para ello han usado diversas artimañas, entre ellas los incendios forestales. Organizaciones ambientales y naciones de todo el mundo han buscado la protección de la Amazonía (entre ellas Noruega y Alemania), de sus bosque tropicales, biodiversidad y también de las diferentes etnias que habitan y viven de los ecoservicios que la propia selva les provee.
En menos de un año de gobierno y con una impronta totalmente antinaturalista y con afán de echar mano a los recursos del Amazonía, Jair Bolsonaro se ha comportado como un presidente totalmente inepto en materia ambiental, y más que inepto, ha demostrado ser un militar corto mentalmente, con una clara aspiración progresista neoliberal sin importarle en lo más mínimo el patrimonio ambiental de su país, siempre con un norte: el dinero y el crecimiento económico.
Para el crecimiento de las empresas y de los cientos de empresarios que se asientan en las espaldas de Bolsonaro, el actual presidente de Brasil ha desactivado toda la red de protección de la Amazonía: primero fusionando los ministerios de Agricultura y Medioambiente, totalmente contrapuestos en intereses; luego, negándose a la demarcación de tierras indígenas, una exigencia histórica que garantizaría la conservación de sus culturas y de la vida de la propia selva; planear salir del Acuerdo de París, siguiendo el ejemplo de Donald Trump, lo que claramente significaría perder la lucha contra el Cambio Climático; planear la construcción de una planta nuclear en una zona entre Río de Janeiro y Sao Paulo, además de una gran represa hidroeléctrica en Belo Monte sobre el río Xingú, que también forma parte del Amazonas; y por supuesto, el impulsar una campaña de armar a los ciudadanos, lo que podría transformarse en una caza de brujas con el fin de descabezar a los principales movimientos y sindicatos pro Amazonía.
En 2019, los focos de incendios forestales en Brasil han aumentado en un 83%. Entre enero y el 19 de agosto de 2019 se han registrado 72.843 focos, frente a 39.759 en el mismo período del año pasado. Sin embargo, el gobierno de Bolsonaro ha sido inocuo en ejecutar políticas que contrarresten el avance de incendios forestales y ha salido incluso a responsabilizar a las ONGs ambientales de ser las causantes de estos incendios sin tener ninguna prueba de ello.
El fuego sigue arrasando la selva ante la vista impávida de Bolsonaro y ante los causantes de estos incendios, que no son más que empresas de tala y minería ilegal. Su objetivo: saquear la Amazonía para transformarla en praderas aptas para la ganadería, la industria forestal y la minería.
¿Estarán los brasileños arrepentidos de su elección presidencial?
Kurt Castro Faltin
Editor Agenda Pichilemu

No hay comentarios:

Publicar un comentario