Por Jaime Cedillo Feijóo
Ahora sí que se fregaron los tuiteros,
facebookeros, blokeros y todos los eros (claro, incluídos los periodikeros),
porque se viene la “madre de todas las batallas”, así lo anunció a los cuatros
vientos, en su monólogo sabatino, el dignísimo Presidente Constitucional de la
República, Rafico Correa Delgado. Apenas lanzó la amenaza, sus fieles e
incondicionales seguidores no se hicieron esperar, que según sus propias
cuentas, su ejército en las redes sociales llegaría (chauchita) a los cien mil,
que ya empezaron con la patriótica tarea de tomar venganza en contra de los cobardes
odiadores que se toman la molestia de ofender a su líder.
Uno de esos infames ecuatorianos que utilizan las
redes sociales, que dicho sea de paso, en nuestro país, tienen una penetración
del 40,4 por ciento (reporte global 2014 de Internet Society), de ese
porcentaje, el 82,51 por ciento tiene una cuenta en Facebook y el 8,33 por
ciento utiliza el Twitter; le invitó al dignísimo a un debate público para
tratar temas de enorme importancia como la explotación del Yasuní, la creación
de un millón de empleos, el déficit de camas hospitalarias, cómo reducir el
estado obeso, la inseguridad que campea a lo largo y ancho de nuestra amada
patria, es decir, a debatir temas coyunturales. Y no es que el proponente sea
algún “contreras” que quiere desfogar su abominación, sino un joven ecuatoriano
que se ha identificado con nombre y apellido, que no tiene el propósito de
dañar la imagen de nadie, peor del dignísimo señor Presidente, que cada semana
dedica largas horas para despotricar en los peores términos en contra de sus
despiadados difamadores, de manera especial y recurrente a los que siguen
afirmando que en el 30S no hubo intento de golpe de estado sino apenas un golpe
de gracia, y que no es lo mismo estar secuestrado que permanecer retenido
gobernando y dando órdenes para que lo liberen como afirmaron varios de sus
colaboradores desde sus cómodos despachos “revolucionarios”. Y para que la
“madre de todas las batallas” tenga el mejor de los éxitos, se crearon su
propia cuenta “somosmás”, para responder a todas las infamias. Quién ganará la
“ madre de todas las madres”, los que se sacan la “madre” todos los días
opinando, creando, hechos los “chistositos” o los que tiene el sartén por el
mango, o sea todos los poderes a su disposición para atacar sin piedad, porque
así son las “madres de todas las batallas”, sin treguas, ni concesiones, sin
descanso. Cuando estén en plena “batalla” no se olviden nomás lo que dice el
artículo 396 del Código Penal, que tendrán cárcel los jocositos que por
cualquier medio, profieran expresiones en descrédito o deshonra en contra del
oponente. (ojo: sólo aplica para los cobardes-majaderos que no tienen los
poderes a sus órdenes).
Y que ni venga el relator especial para la Libertad de Expresión de la
Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Édison Lanza, con que la
“protección del discurso anónimo favorece la participación de las personas en
el debate público, que es una práctica usual en las democracias modernas, y que
es para evitar ser objeto de represalias injustas por el ejercicio de un
derecho fundamental”; es que eso no sirve cuando se está en la “madre de todas
las batallas”, tampoco es permitido pedir que el dignísimo revele el nombre de
un usuario, nadie podrá cantar la identidad del contrincante mientras no se
hayan sacado la “madre” en el campo de la batalla por la dignidad. Ahora sí que
me dio mucho miedo. Mejor me despido hasta que termine la “madre de todas las
batallas”. Hasta siempre.
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