GESTORES DE PAZ
La República, jueves 10 de abril de 2025
Alberto Molina Flores
Guayaquil, Ecuador
En Cuba, luego del triunfo del “Movimiento 26 de Julio” liderado por Fidel Castro, se crean los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR). Al inicio estos comités eran organizaciones solidarias que se crearon en cada barrio, luego pasaron a ser de espionaje, delación y para amedrentar a quienes no estaban de acuerdo con la revolución. Funcionan como organismos subalternos de la Policía de Seguridad de Cuba. En Cuba no hay lugar a las protestas, son reprimidas a garrote limpio, la dictadura comunista dura 65 años, es de hambre y miseria.
En Venezuela actúan los llamados Círculos Bolivarianos, al igual que los CDR, son grupos organizados supuestamente para discutir los problemas de la comunidad y canalizarlos hacia el gobierno, pero realmente son espías encargados de delatar a quienes no coinciden con la ideología «chavista», y están al servicio de la llamada Revolución Bolivariana. Además, se organizaron grupos de garroteros que son guardias de choque como las llamadas células de “militantes revolucionarios” (bandas callejeras armadas) y las Redes de Movilización Inmediata (REMI) que Chávez las utilizaba para amedrentar a sus adversarios; ahora, ese mismo estado de control, espionaje y represión lo dirige Diosdado Cabello y está al servicio del dictador Maduro.
En Haití, “Voluntarios de la Seguridad Nacional” eran los terribles Tonton Macoute de la era de los dictadores de Haití, los Duvalier (Papá y Baby Doc), esta organización paramilitar estaba formada por miles de delincuentes y era conocida por las sistemáticas torturas, muertes, secuestros, extorsiones contra los opositores políticos de los dictadores. Papá Doc. se declaró vitalicio, Baby Doc., a la muerte del dictador, a la edad de 19 años heredó el poder que lo ejerció a sangre y fuego con el apoyo de los asesinos Tonton Macoute.
En Panamá, en la narco-dictadura de Manuel Antonio Noriega, se crearon los tristemente célebres “Batallones de la Dignidad”, verdaderas hordas de maleantes que cometían toda clase de abusos y solo servían para reprimir al pueblo. Noriega fue defenestrado, capturado y encarcelado como cualquier delincuente. A la hora de la verdad -durante la invasión- los llamados “Batallones de la Dignidad” desaparecieron.
En Nicaragua, el dictador Daniel Ortega se vale, no solo de la policía para la represión, sino de delincuentes de las llamadas “juventudes sandinistas”, conocidas como “turbas”; estos delincuentes, a órdenes del dictador, actúan con pasamontañas, armadas con fusiles AK-47 y junto a la policía matan impunemente. La pareja de dictadores Ortega-Murillo, acaba de juramentar a 30 mil enmascarados llamados “policías voluntarios”, hordas al servicio de los crueles represores que gobiernan desde el 2007. En el 2018 se emplearon en la brutal represión en contra de los estudiantes y asesinaron a 300 jóvenes que reclamaban libertad y justicia.
En Bolivia, los Ponchos Rojos, sus dirigentes dicen que cuentan con 100.000 hombres armados. Durante la presidencia de Evo Morales convocó a esta milicia indígena a defender la unidad del país junto a las Fuerzas Armadas ante las aspiraciones autonómicas de provincias ricas como Santa Cruz. Públicamente, Morales les dio a los ponchos rojos estatus militar y comparó “su misión” con la del Ejército regular boliviano.
El expresidente boliviano Evo Morales dijo de regresar a su país, organizaría milicias armadas populares similares a las que existen en Venezuela.
En Ecuador, en plena campaña electoral la candidata del correísmo Luisa González ha ofrecido crear 20 mil gestores de paz, con un presupuesto de 72 millones para el pago de 250 dólares mensuales a cada uno. Estos gestores de paz, al igual que los Comités de la Defensa de la Revolución (CDR) creados en Cuba y sus similares en Nicaragua y Venezuela, son espías y delatores de los barrios; además son hordas de represores al servicio de las dictaduras, a decir de la candidata González “operarán como Comités de Seguridad” inspirados en los modelos que funcionan en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El domingo 13 de abril llevaremos en nuestras manos un arma poderosa en contra del totalitarismo y para salvar la democracia: el voto.
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