Rafael Correa grita fraude, porque, por primera vez, no pudo meter la mano ni con jueces, ni con narcos, ni con saboteadores del narcotraficante asesino Nicolás Maduro.
Qué tragedia para el delincuente de Bélgica: Daniel Noboa blindó el proceso electoral con expertos antifraude y apoyo de inteligencia internacional, y eso dejó al, genio de la trampa, sin su jugada favorita.
¿Fraude? No, Rafael. Lo que hubo fue anticuerpo institucional contra tu infección política. Te ardió que no pudiste infiltrar saboteadores, comprar funcionarios ni manipular actas como en tus gloriosos, tiempos de dictadura disfrazada de democracia.
Tú no quieres reconteo, quieres reincidencia. No te duele el resultado, te duele la impotencia. Ver cómo un país al que creías esclavo se libera de ti, de tu mafia, y de tu títere fantoche con boina roja, es algo que tu ego de caudillo en decadencia no puede digerir.
Ladra lo que quieras desde Europa, que acá el Ecuador ya decidió: nunca más tus manos sucias cerca del poder.
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