domingo, 21 de enero de 2018

POR: Galo Muñoz Arce

Publicado en la Revista El Observador (diciembre de 2017,edición 102) 

“La sociedad ecuatoriana se  debate en medio de un modelo de gobierno, autoritario, nepotista y corrupto, con el cambio de mando entre Correa y Moreno, continúan los mismos rostros, las mismas caras, es decir la continuidad del correismo en vivo y en directo y la cirugía mayor contra la corrupción arroja, cero, bajo cero.

El tan pregonado diálogo nacional de Lenín Moreno, resulta  un verdadero fracaso puesto que ha permitido unificar a los sectores de la oposición, partidos políticos y movimientos sociales a través de las denominadas “mesas temáticas”, para  neutralizar el accionar y la resistencia del pueblo invirtiendo jugosos recursos en reuniones de alto nivel, banquetes, viáticos, pago a asesores, mientras miles de estudiantes no  pueden ingresar a las universidades y el número de desempleados sobrepasa el 40/span>

La dura crisis que nos agobia, no es materia de reflexión del actual mandatario, al contrario de los 56 mil millones que le  heredó Correa, Lenín Moreno en apenas seis meses de gestión ha adquirido compromisos con la banca internacional que sobrepasan los 65 mil millones, mientras, el hambre, el desempleo, la insalubridad golpean diariamente a millones de  ecuatorianos.

Por otro lado, el gobierno se niega a conceder amnistía a los presos políticos y perseguidos por protestar contra las injusticias sociales y el hiperpresidencialismo de  Rafael Correa. Continúa como viento en popa las concesiones petroleras y mineras a las compañías canadienses, chinas taywanesas y se niega a recoger el clamor de la población que se  declare a Ecuador Libre de Minería  Metálica, sin medir las consecuencias de este ecocidio que tendrán que pagar los que habitamos  hoy y los que vendrán mañana.

Como se puede apreciar, solo ha cambiado la silla  de  Carondelet, con la silla de ruedas  del presidente   de facto Lenín Moreno. Su gran éxito ha sido  frenar a la oposición comprando a  falsos líderes  y en compartir la mesa servida con dirigentes y partidos que  siempre han vivido de la politiquería.

No se necesita tener dos centímetros de frente  para darnos cuenta como estos oportunistas están apoyando y empujando la silla presidencial en función de sus propios intereses. Saber que  esta década  ha sido la más fácil presa para los oportunistas y por qué no decirlo un record histórico  para hacerse millonarios a costa del hambre, sudor y lágrimas del pueblo ecuatoriano y del saqueo a las arcas fiscales.

El ideal de que  otro país si es posible volvió a enturbiarse con las viejas formas  partidocráticas del ejercicio del poder  político, que han regresado de la mano de este gobierno”.  Informó la Dra. Graciela Esrtrella, lideresa social.

¿Dónde está la desigualdad?
La clave para poner fin a la pobreza está no solo en el crecimiento económico, sino también en la importancia de reducir las desigualdades entre los que tienen más y los que menos tienen (el 40ás pobre).

El Objetivo de Desarrollo Sostenible  muestra que reducir la desigualdad implica tener en cuenta la variedad de sus contextos. Además de la desigualdad de ingresos en la etapa de la adultez, existe también la desigualdad por género, edad, discapacidad, raza, clase, etnia, religión, y en oportunidades, que usualmente se manifiesta durante diferentes etapas, empezando por la niñez, según los Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial.

Reducir las desigualdades latentes y erradicar la pobreza extrema implica analizar por qué para el 40ás pobre es tan difícil aumentar sus ingresos y salir del círculo de la pobreza.

Aquí en Cuenca  
Hablando de nuestra ciudad de Cuenca, cuando me detengo en un semáforo y me limpian las ventanas, gruño, me molesto, mientras el pobre ciudadano pidiendo limosna, agacha la cabeza. Si sabe leer los  ojos usted se imagina lo que siente, lo que desea, lo que le duele?.

Contemplamos personas  adoptando perros  gatos recién nacidos. En el reino animal existe una solidaridad que no siempre encuentro en los humanos, que vagan por las  calles, soportando el calor, la lluvia, durmiendo en los mercados cubiertos con hojas de papel periódico.

Mientras esto ocurre, los ladrones de cuello blanco y burócratas de alto perfil, disfrutan de sus mansiones, vehículos del año, frecuentan los mejores restaurants y hoteles, viajan periódicamente al exterior,  viven  y disfrutan los placeres de las grandes metrópolis.
La gente pobre y humilde que conforman la gran mayoría de la población, trata de vivir intensamente cada jornada a sabiendas de que toda vida tiene un límite, cuando nacen seres humanos sin brazos o piernas, cuando los pierden en absurdos conflictos, en la explosión de una mina, un accidente laboral. Otros mueren al nacer.

Dos realidades diferentes
Un contraste de dos realidades se vive antes de ingresar a barrios  residenciales de la ciudad. Casas con pórticos grandes, veredas amplias, calles adoquinadas, vegetación que florece y un estilo de vida que supone la opulencia, dan la bienvenida al lugar. 

Sin embargo, en los barrios periféricos, donde habita gente pobre,  una cara muy diferente salta a la vista: calles polvorientas, baches por todos lados, polvo producto del mal estado del sector y varias viviendas que soportan el embate de la naturaleza. 

Cuando tenemos el dinero suficiente como para vivir con dignidad, no solemos compartir con los más necesitados, ni nos damos cuenta que el  amor y la solidaridad es nuestra mayor riqueza. 

La robolución ciudadana
Lejos, muy lejos quedaron las críticas de la “revolución ciudadana” a las conductas y comportamientos electorales de la vieja oligarquía y sus partidos políticos, cuando con el transcurso de los años en los procesos electorales se evidencia una gran opulencia económica, producto de los manejos irregulares de los recursos del pueblo,  la venta y subasta del patrimonio económico y natural a gobiernos de China, Canadá, Irán, entre otros. 
Pero el asunto vas más allá, tiene tintes nada transparentes con el uso de los recursos del Estado, cuestión que sin pretender defender lo antes realizado por los gobiernos del pasado, los gobiernos locales y nacional actuales sin duda que hacen gala de quien es “más vivo” para hacer uso de los mismos y evadir los “no controles del órgano de control”: automotores, talento humano, recursos financieros, maquinarias, espacio público y el poder como medio coercitivo y de chantaje.

Claro el tema de la opulencia, es decir tanto dinero acumulado, tanto dinero invertido, tanto despilfarro  económico durante estos diez años de  la década perdida, tiene una connotación distinta a la “profecía oficialista”. Hoy se miran camionetas y furgones tapizados con la propaganda de esta “robolución” fraudulenta, totalitaria y corrupta.

. Son tan “rovolucionarios” que hoy tienen tanto dinero para contratar equipos de propagandistas, ¿Quién paga aquello?; seguro la justificación “son adherentes que colaboran” y que no comen, no trabajan y ponen hasta combustible para sus vehículos.
Los nuevos opulentos del país también andan sueltos en esta especie de guerra política electoral, digo especie porque a la final lo que hay es un descontrolado control del poder y todos los medios de ejercerlo.

Los beneficiarios de los cargos que existían y los nuevos puestos que se crearon seguramente con jugosos sueldos para acomodar a los “revolucionarios” y que hoy también “invierten” en el proceso electoral para mentir y engañar al pueblo con falsas ofertas y demagogia. 

En fin, queda claro que nadie puede dudar que en la “robolución” ciudadana hay mucha opulencia, que hay muchísima plata, que hay derroche de alegría y billetes verdes, que sin duda donde hay dinero de por medio hay mucho interés de algo. 

Aprovechan muy bien y dejan un monto de su dinero mal adquirido producto de la corrupción, para comprar albergues en algún país muy lejano porque históricamente la opulencia ha sido derrocada por los pueblos que si bien son enceguecidos momentáneamente con la publicidad, un día producto de sus propias condiciones económicas y las relaciones sociales de explotación los pueblos se  levantan y se liberan.

Una economia comunitaria
En este sentido, asegurar la vida de los seres humanos y de la naturaleza es el clamor generalizado que demanda una democracia real y participativa, así como una economía que  liquide el abuso del capital  financiero internacional.

Ese es el primer paso para una transición hacia una economía comunitaria, sustentada en la solidaridad y la reciprocidad. La atención prioritaria debe centrarse en el ser humano como parte de la naturaleza.

Nuestros pueblos luchan por la formación de estados plurinacionales, soberanos democráticos, por la descolonización radical del poder, que no se va a logar a través de consultas ni elecciones amañadas y fraudulentas. 

Es hora de despertar forjando la lucha y la resistencia en las calles y plazas del país. Esta es la única manera de defender la soberanía y los legítimos derechos de los pueblos, para salirnos de la pobreza, la explotación, de  los gobernantes y politiqueros corruptos.

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