miércoles, 16 de agosto de 2017


Refinería de Esmeraldas: no solo fue un robo sino que no sirvió para nada

  en La Info  por 

No  solo que iba a costar 180 millones y terminó costando 2 200 millones. No solo que en los trabajos que conllevaba se estructuró el modelo de corrupción más grande de la historia del Ecuador. No solo que alrededor de la obra se articuló todo un relato de gestión y eficiencia que se utilizó para consolidar el estado de propaganda del correísmo… No, para colmo de males la tal repotenciación de la Refinería de Esmeraldas no le sirvió al país para maldita la cosa a no ser para los burócratas y contratistas que se enriquecieron a más no poder con ella. 
Según Carlos Pérez, ministro de Hidrocarburos, se ha hecho un estudio del actual estado de la Refinería de Esmeraldas y la conclusión es apocalíptica.  En una entrevista a El Telégrafo, Pérez describe a la multimillonaria obra como una infraestructura casi inservible que representa un riesgo para la seguridad y las finanzas del país. Palabras más, palabras menos, la refinería de Esmeraldas sigue siendo tan defectuosa como lo era antes de la famosa repotenciación. Con el agravante, claro, de que para llegar a ese punto se gastó una montaña de dinero que ahora le cayera de perlas a las exangües finanzas públicas.
Pérez, en la entrevista, hace una descripción casi apocalíptica de lo que se ha visto en la refinería. La situación es crítica, dice, porque se han tenido que hacer algunas paralizaciones de la refinería por problemas que fueron parte del proceso de repotenciación como la Unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado y la parte de generación.  La semana pasada, agrega, ya hubo un paro por algunos días y cada día de paralización le cuesta el país 1.4 millones de dólares.  Esa paralización fue por un incendio provocado por un sobrecalentamiento que por el momento no hay como evitarlo, sino es por un mecanismo a vapor que no es el más adecuado. La refinería trabaja con temperaturas internas de 600 a 700 grados centrígrados y cualquier momento puede haber un accidente de proporciones.
No solo eso. El peligro de que la refinería tenga que paralizar por un largo período en cualquier momento es una posibilidad real si no se hace algo urgentemente que, como dice Pérez, significa otra inversión de dineros públicos. Además hay problemas en otras áreas, por ejemplo no hay la suficiente cantidad de tanques porque los contratistas no terminaron de ejecutar los contratos de reparación y construcción de tanques, sostiene el ministro Pérez. Y como si fuera poco, la gasolina que está produciendo no es buena como se ofreció sino tan mala como la que los ecuatorianos han usado por tantos años y por el momento no puede cumplir con los requerimientos europeos por lo que se están importando naftas para agregar a la gasolina.
Lo que sostiene Pérez, en realidad, no es novedoso. El periodistas de investigación Fernando Villavicencio, quien fue quien puso al descubierto los abominables y gigantescos casos de corrupción que se hicieron famosos con el escándalo de Cayapa, ya había denunciado que la refinería tenía problemas muy graves, que los combustibles que salen de ahí no son buenos y que se habían producido algunos incendios en las instalaciones de la refinería.  A Villavicencio, sin embargo, ningún funcionario le prestó oídos y los que se refirieron a sus denuncias como Rafael Correa y Jorge Glas solo se limitaron a insultarlo y perseguirlo. Ahora mismo está buscando asilo en Lima, Perú.   Pero, ahora que llega al cargo de Ministro de Hidrocarburos alguien que no había pertenecido a la argolla burocrática involucrada en los trabajos que estuvieron encargados por el propio Correa a Jorge Glas, los datos de Villavicencio han sido finalmente corroborados.  “Tengo dudas muy grandes de qué fue lo que se hizo. Las unidades de azufre, por ejemplo, no están operativas”, dice además en su entrevista Pérez.
Lo de la Refinería de Esmeraldas parece el más cruel de los chistes crueles.  El país gastó una plata que no se compadecía con lo que realmente costaba lo que se suponía se iba a hacer que era reparar y mantener las instalaciones. Y para colmo de males todo ese dineral que se gastó y que fue a parar a los bolsillos de burócratas y contratistas no sirvió para maldita la cosa.

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