QUEREMOS VIVIR EN PAZ, EN DEMOCRACIA
Por Jaime Cedillo F.
Creo que ningún ecuatoriano en su sano juicio, honesto, trabajador, dedicado a cuidar a su familia, quiera vivir en un país inseguro, donde las bandas delictivas matan a diario a la gente que no se somete, que no paga la vacuna, que es extorsionada, amenazada y hasta asesinada. Todos queremos vivir en paz.
De esto, a que la Corte Constitucional, que es un órgano autónomo e independiente de administración de justicia constitucional, de los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, haga lo que le compete con la Constitución en la mano, es otra cosa.
Entonces, que no se pretenda pescar a río revuelto y politizar sus decisiones con el cuento de que suspendiendo provisionalmente varios artículos de leyes enviadas por el Ejecutivo, con el carácter de urgente, y aprobadas en el Legislativo, al apuro, sin debates a fondo, con la participación democrática de todas las voces, así sean estas voces las peores, como son las voces de los falsos "revolucionarios" de la RC, que cuando fueron gobierno hicieron de la justicia y de las leyes un práctica diaria de corrupción, sin el menor empacho, metieron las garras hasta el fondo.
He leído y escuchado en las últimas horas, pronunciamientos de juristas serios, que se supone imparciales, apegados a la Constitución, referirse a las amenazas veladas de los representantes del gobierno del "Nuevo" Ecuador, esto es, de la ministra de gobierno, Zaida Rovira, y del presidente de la asamblea, Niels Olsen, quienes salieron en cadena nacional, junto a representantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, rechazando las resoluciones de los jueces constitucionales. Ellos dirán que es un acto democrático, están en su derecho, pero equivocados, no es democrático pretenden intervenir en lo que no les compete, Y, si a eso le llaman democracia, también están equivocados de la A a la Z.
Se repite la historia de la época nefasta del correísmo, donde el prófugo de la justicia, se declaró el amo y señor de todos los poderes del Estado, hasta de las sabatinas, cuando ordenaba a sus súbditos perseguir y encarcelar a todos los que se atrevían a contradecir al dictador, que terminó huyendo del país para no pagar las condenas impuestas por todas sus mañoserías cometidas cuando gobernó el país a su antojo y conveniencia, con el estribillo de que eran de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes.
No guste o no nos guste hay que respetar cada una de las funciones; en todo caso, el presidente de la república, Daniel Noboa, tenía que ser él quien dé la cara al país, con un punto de vista democrático y respetuoso, dando ejemplo de tolerancia y obediencia, con respecto a la determinación de la Corte sobre la materia en conflicto, mas no delegando a sus empleados para que lancen las advertencias, metiendo más leña a este fuego, que con el pasar de los días, empieza a avivarse, no para bien, sino para mal.
El pueblo ecuatoriano está cansado de tanto enfrentamiento político inútil, que nos está llevando, una vez más, al caos, a la desesperación, a la violencia sin retorno. Basta, queremos vivir en paz, con trabajo, con salud, educación, con un futuro prometedor para nuestros hijos y nietos.
El Observador
No hay comentarios:
Publicar un comentario