jueves, 23 de septiembre de 2021

 Parece una pista de aterrizaje, pero no, es la obra "monumental" del alcalde de la ciudad abandonada, que se ha dedicado a llenar con cemento los espacios verdes de las orillas del río Yanuncay, con "visión de futuro". Nada ni nadie ha podido detener la depredación de la naturaleza, árboles y plantas han sido agredidas, y tienen el cinismo de balbucear que son amigos del medio ambiente.

Los cómplices aplauden la destrucción, otros guardan silencio a cambio de favores, los concejales prefieren mirar a otro lado, creyendo que los ciudadanos no se dan cuenta de su quemeimportismo, frente a este gravísimo atentado a los derechos de la naturaleza, acaso no tienen la obligación ineludible de fiscalizar en representación del pueblo que los eligió para que construyan Cuenca, no para que ayuden a destruirla con su espantosa quietud.
Mientras el "amargado", "trasnochado" e infractor de las leyes, dice que está haciendo historia.
¡Dime de qué pregonas y te diré de qué careces!
EL OBSERVADOR.
Puede ser una imagen de carretera y árbol




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