jueves, 17 de octubre de 2019

Fueron once días complicados para el país. Las medidas económicas, que entre otras eliminaban el subisido a los combustibles dispararon varios momentos en la protesta. El paro de los transportistas y taxis alteró y paralizó las actividades en las principales urbes y en las vías de transporte de carga y pasajeros, con bloqueos y cierres. El primer fin de semana después de las medidas Guayaquil fue atacada por vándalos mediante saqueos, pero las autoridades reaccionaron y pararon en seco la agresión. El gobierno logró un acuerdo tarifario con los profesionales del volante, pero sobre el país ya se cernía la amenaza del levantamiento indígena, apoyado por movimientos sociales, que en una escalada de violencia estuvo a punto de romper con el Estado de Derecho en el Ecuador, hasta que el gobierno tuvo que derogar el decreto 883, que era la principal exigencia.
Manifestantes contra las medidas económicas protestan en pleno centro de Guayaquil, en las calles Nueve de octubre, desde Boyacá hasta Escobedo. Ronald Cedeño. El Universo


El 3 de octubre hubo saqueos en Guayaquil, lo cual obligó a paralizar el comercio en el Puerto Principal.


6 de octubre en La Esperanza, Imbabura, un contingente militar es atacado por pobladores de la zona. Captura de Video


7 de octubre, una taqueta antimotines de la Fuerza Terrestre arde luego de ser capturada por los manifestantes, en Quito. 


9 octubre fue el día del paro nacional contra las medidas. Miles de indígenas habían llegado a Quito y se concentraron en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Foto: Luis Argüello / PlanV

Durante el paro, las movilizaciones nunca disminuyeron, y las mujeres indígenas fueron determinantes para que se mantuvieran y acrecentaran. Foto: Luis Argüello


En el monumento a Simón Bolívar, frente al Banco Central, en Quito, las imágenes muestran a manifestantes dispuestos a todo. Foto: Luis Argüello / PlanV


Los destrozos causaron millonarias pérdidas en Quito.


Una gigantezca movilización pacífica copó el centro de la Capital, sin embargo, al final de la marcha un grupo de exaltados promovió actos de violencia que derivaron en ataques de la policía.


En el Centro Histórico de Quito, los manifestantes expresaron sus opiniones. Foto: Luis Argüello / PlanV


Quito quedó llena de escombros durante el paro nacional. Foto: Luis Argüello / PlanV


En el Centro Histórico se armaron barricadas de lado y lado. Para entonces, el presidente y su gabinete ya habían trasladado el gobierno a Guayaquil. Foto: Luis Argüello / PlanV


Más de 2000 heridos generó el paro entre los manifestantes. La fuerza pública reportó casi 500 heridos entre sus filas. Foto: Luis Argüello / PlanV


La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, se refirió a los actos violentos registrados durante los últimos días en el contexto del paro nacional. La Alcadía llamó a una marcha por la defensa de la democracia y contra la violencia que agrupó a más de 100 mil personas. Foto: Alcaldía de Guayaquil


Los sucesos del Ágora de la Casa de la Cultura, con el secuestro de diez polícias y 31 periodistas durante 9 horas fue el punto de inflexión en la radicalización del paro. Foto: Luis Argüello / PlanV


Los periodistas recibieron una "limpia" por parte de los indígenas. En la gráfica Freddy Paredes y Mama Rosita. Foto: Luis Argüello / PlanV


Paredes, el reportero de Teleamazonas fue agredido por dos ocasiones por el sujeto de la foto. En la segunda impactó una piedra en la nuca del periodista la cual casi le causa la muerte. El agresor huyó con la protección de los manifestantes. 


El cadáver del dirigente de Pujilí, Inocencio Tucumbi, muerto en la noche del 9 de octubre en Quito, recibió un homenaje al día siguiente en el Ágora. Los policías secuestrados fueron obligados a cargar el féretro ante miles de indígenas.


Las universidades jugaron un papel fundamental en el levantamiento, al brindar cobijo, alimento y protección a los miles de manifestantes.


Para el sábado 12 de octubre, las vituallas se estaban agotando y los carteles de la Universidad Católica pedían ayuda. Miles de quiteños se solidarizaron con los manifestantes.


Los alrededores de la Casa de la Cultura quedaron como una zona de guerra. Foto Henry Romero / Reuters

 


Miles de policías cuidaron del orden público. Sin embargo en algunos puntos fueron rebasados por la violencia de los acontecimientos.


El sábado 12 de octubre la violencia escaló de forma brutal, el edificio de la Contraloría fue tomado por vándalos y sus instalaciones incendiadas.


Los manifestantes se adueñaron de decenas de calles de la capital sin permitir el paso de vehículos, ni siquiera los de atención de emergencias. 


El gobierno decretó un toque de queda para parar la violencia y facilitar el diálogo. En la gráfica, la reunión realizada en San Patricio, al oriente de Quito. Foto: Presidencia de la República


Luego de que el presidente accediera a derogar el decreto 883, los manifestantes abandonaron la capital en estado de ruinas.


El lunes 15 de octubre la capital trataba de recuperar la calma y miles de estudiantes universitarios hicieron una minga de limpieza por el sector del parque El Arbolito. Al fondo, el incendiado edificio de la Contraloría.

Decenas de cadetes de la Policía Nacional también salieron a labores de limpieza.

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