Por Rubén Darío Buitrón
María Paula Romo, ministra del gobierno de Ecuador, está viendo golpistas hasta en la sopa de su almuerzo.
Por eso le parece “sospechoso” que la cadena Russian Today haya transmitido en vivo las jornadas del levantamiento indígena en Quito y que medios alternativos como Wambra Radio hubiera emitido su señal con mirada crítica y no sujeta a los designios del poder. Desde las alturas, Romo calificó a Wambra Radio de emitir “fake news en grandes cantidades”.
Pero, ¿en qué momento cambió Romo, antes defensora tenaz de la libertad de expresión y de prensa durante el gobierno de Correa, del cual fue su enemiga?
¿A qué rato perdió la perspectiva y dejó de mirar cómo se hace periodismo y para qué sirve la televisión informativa?
Quizás es ahora cuando empieza a darse cuenta de que una cosa es mirar los toros desde el graderío y otra ser el torero que enfrentará al poderoso animal que es el periodismo.
En su más reciente rueda de prensa se mostró agresiva con los medios que no respondían a las líneas argumentales y al eje informativo que quiso dar el Gobierno al paro, con tanta censura previa y tanta represión que incluso en los mal llamados medios públicos, que en realidad son gobiernistas, se provocó la abrupta salida del director de Ecuador TV y de dos periodistas de diario El Tiempo de Cuenca.
Es obvio que el ataque de Romo fue, en aquella rueda de prensa, a los medios que no le hicieron reverencia al poder sino que, más bien, fueron contestarios, como corresponde según los manuales básicos del periodismo social: “lejos del poder, cerca de la gente“.
Y eso es legítimo. A menos que la ministra ya no piense como antes, cuando era una influencer y la invitaban a los medios para defender la libertad de expresión y criticaba con suma dureza al gobierno de Correa por su áspera y confrontativa relación con la prensa privada.
Pero, como dicen los abuelos, la vida da vueltas y ahora ella está en el poder. Y es conocido el dicho aquel: “Dale poder a una persona y la conocerás”.
Russian Today le respondió así a la ministra:
“Así como a la ministra de gobierno ecuatoriana también le parece llamativo que un canal público ruso que emite en español desde hace diez años cubriera las protestas en Ecuador, esperen a conocer cómo fue el abordaje de los grandes medios en relación con el paro y todo lo que aconteció alrededor de él”.
Y tiene razón. Muchos ecuatorianos perdieron definitivamente la confianza en los grandes medios porque transmitieron a medias o porque no transmitieron, tanto así que mientras la gente moría o quedaba herida o era detenida por la brutal represión militar y policial, uno de esos grandes canales de TV pasaba la vieja serie Bob Esponja y otro ponía una telenovela mexicana lacrimógena.
“Habría que preguntarse si los grandes medios hicieron cobertura o encubrimiento de las acciones ocurridas aquellos días”, dice el editorial de RT, en especial por su desbalanceado comportamiento editorial, al agachar la cabeza cuando el Gobierno ordenaba aburridas o mal producidas cadenas nacionales desde la Secretaría de Comunicación.
Las palabras de la ministra Romo tienen un claro entrelíneas: los que están con nosotros hicieron un gran trabajo, los que tienen una línea editorial diferente a la que queríamos fueron sospechosos o hicieron fake news.
Bien harían los asesores de Romo si la ilustraran respecto de qué es el periodismo, para qué sirve y por quién debe jugarse. Es otro punto básico que se encuentra en el Manual Elemental del Periodismo.