martes, 17 de septiembre de 2019

La mansión de La Viña, ahora es la pesadilla de Galo Chiriboga

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                                                                                                                                                                                                                       Nota actualizada el 16 de agosto
Al ex fiscal Galo Chiriboga también se le viene la noche. No es solo por su conducta frente a los casos Balda o Gabela, pues ahora que se reabrieron está quedando en claro que hizo todo lo que estaba a su alcance para no investigarlos. No, se le viene la noche, además, por un escándalo tan viejo como espeluznante: la forma en la que se hizo de una mansión en una de las zonas más exclusivas de Quito.
En efecto, la fiscal general subrogante, Ruth Palacios, abrió hoy 16 de agosto una indagación previa en contra de Chiriboga, tras la denuncia presentada por el exasambleísta Cléver Jiménez por la forma en que se hizo del inmueble.  «En esta fecha doy inicio a la investigación previa para investigar la comisión de un presunto delito de acción pública de Galo Chiriboga y su esposa María Espinal de Chiriboga», detalla la fiscal en la providencia enviada hoy. Así, el próximo 20 de agosto a las 09:30, Jiménez deberá rendir versión y reconocer su firma en la Fiscalía.
Edmund y Bárbara Chladek, dos alemanes que se afincaron en el Ecuador en los años 70, han reactivado una vieja causa que tenían en contra de Chiriboga, según la cual el ex fiscal los engañó para quedarse con la propiedad que, según ellos, fue avaluada por un perito en 850 000 mil dólares. Para eso presentaron el pasado 2 de julio una demanda con el auspicio del abogado y ex asambleísta Cléver Jiménez.  Tras la apertura del caso por parte de la Fiscalía, Chiriboga tendrá que defenderse de una retahíla de delitos que constan en la demanda.
Se le imputan delitos por los cuales, de ser probados, el ex fiscal bien podría terminar con sus huesos en la cárcel. Los Chladek quieren que Chiriboga responda por peculado, falsificación de documentos públicos, abuso de confianza, lavado de activos, perjurio, mutilación de proceso judicial y fraude procesal. Todos esto, dice la demanda, culminó con la consumación del delito de lavado de activos, agravado con la violación de los derechos humanos al obstruir el ejercicio del derecho a la defensa de los Chladek.
De esos posibles delitos, el peculado responde al hecho de que Chiriboga se quedó con la casa alegando que cobraba un dinero para uno de los bancos cerrados que quedó en manos del Estado luego de la crisis de 1999, sin que ese dinero haya llegado a manos de los acreedores de la banca cerrada. Lo de lavado de activos se basa en larevelación que se hizo durante la denuncia del caso «Panama Papers»: se descubrió que Chiriboga tenía un empresa offshore donde mantenía oculta la casa para no hacer las declaraciones patrimoniales que debía hacer cada vez que asumía un cargo públicos. El perjurio es por haber supuestamente mentido durante el proceso de toma del inmueble y luego del mismo.
En la demanda los Chladek cuentan cómo perdieron la casa en la que vive Chiriboga. Ellos habían construido su vivienda en el sector de La Viña, en el valle de Tumbaco al oriente de Quito, pero no pudieron pagar los intereses por un préstamo que habían hecho al Bancomex. Por ese motivo hicieron una hipoteca abierta a favor de ese banco. Un día, cuentan, apareció Galo Chiriboga junto a su esposa. Él dijo ser abogado del Banco y se propuso a ayudarles a pagar la deuda. O lo hacen o van presos o son deportados, aseguran que Chiriboga dijo a Bárbara. Ese día comenzó, según la demanda, un proceso de engaños y chantajes por parte de Chiriboga que terminó con la firma de unos papeles en los que Bárbara Chladek, engañada porque hablaba muy poco español y su esposo se hallaba viviendo en Alemania, transfirió el dominio de la casa a la empresa Madrigal Finance Corp. de Chiriboga y su familia. La señora Chladek dice que así creyó librarse del crédito con Bancomex.
Pocos días luego de firmados esos papeles, Bárbara Chladek llegó a su casa y ya no pudo entrar. En la denuncia se lee que Galo Chiriboga entró por la fuerza a la casa y cambió las cerraduras. Es más: se quedó con muebles, ropa, vajilla, costosas obras de arte, pertenencias íntimas de los Chladek. Ni los cepillos de dientes pudo sacar Bárbara. Se quedó en la calle, al punto de que tuvo que pedir posada en la casa de una amiga. Posteriormente descubrió toda la verdad. Se percató de que había sido engañada y sobre todo que había perdido la propiedad de la casa y había quedado en la calle y con la necesidad de recolectar caridad entre sus amigos para viajar a Europa.
Los Chladek sostienen en su demanda que durante años sufrieron de amenazas y chantajes de Chiriboga. El ex fiscal, valiéndose del poder que tuvo en los cargos públicos que ocupó durante el correato así como de sus conexiones entre las que estaba su amistad con Rafael Correa, logró que nadie se hiciera eco de las reclamaciones.
Cuando Chiriboga participó en el concurso público para ser fiscal, los Chladek dicen que presentaron la denuncia por el caso de la vivienda, pero que un miembro del comité de selección era hija de un socio de Chiriboga y se las ingenió para que el tema no fuera tomado en cuenta. En todas las declaraciones patrimoniales que Chiriboga hizo para ocupar cargos públicos aseguró que tenía inversiones por 10 000 dólares en Madrigal Finance Corp., una empresa que luego, con el escándalo de los «Panama Papers», se vio que tenía registrada en ella la casa que valía 850.000.
Los Chladek y su abogado Cléver Jiménez ahora quieren que la Fiscalía tome cuatro acciones: que se incaute la casa, «oculta» bajo la propiedad de la offshore Madrigal Finance Corp. Que se solicite copias de las declaraciones patrimoniales hechas por Chiriboga para ejercer funciones públicas; en especial la que hizo al finalizar su gestión como fiscal del Estado. Que se pida al Banco Central del Ecuador copia de los recibos de pago, de los asientos contables y del historial del préstamo hechos por ellos al Bancomex, pues ahí se podría saber si Chiriboga ingresó, como ha dicho, el dinero de la casa a las cuentas de la banca cerrada. Por último, que se solicite al Registro de la Propiedad del Cantón Quito un certificado de gravámenes con el historial de los últimos 35 años de la casa.
Los Chladeks están empeñados en dar la pelea necesaria para recuperar la casa y saben que ahora, con los cambios en la Fiscalía y en la administración de justicia, Chiriboga y sus amigos han perdido el poder que tuvieron. Esta demanda produce una doble posibilidad: que los Chladek consigan volver a tener la casa y que Chiriboga sea investigado por supuestos delitos que están penados con cárcel.

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