lunes, 25 de noviembre de 2013

Malala recoge el Sájarov: "Si la juventud tiene educación, podrá cambiar el futuro de Pakistán"



La joven paquistaní Malala Yousafzai lo ha vuelto a hacer. Ha conseguido poner en pie a toda la Eurocámara en la entrega del premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2013 en reconocimiento a su lucha en defensa al derecho de educación de las niñas con un discurso "maravilloso", en palabras del propio presidente Martin Schulz.
Malala, que tue tiroteada por los talibán por defender la educación universal, ha arrancado los primeros aplausos de los eurodiputados con una cita del gran filósofo francés Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”. Una frase que resume su defensa de la libertad por encima de todo.
Ante la atenta mirada de su padre, la persona que más la ha apoyado en su lucha por los derechos de las niñas, Malala ha dedicado el premio a los héroes sin nombre de Pakistán y a todos los que luchan por los derechos y las libertades". Y ha pedido al Parlamento Europeo que apoye a Pakistán y al resto de países en donde ir a la escuela es todavía un privilegio, y no un derecho.

"Hay que cambiar la mentalidad de muchos gobierno. El poder de un país se mide por los hombres y mujeres educados que tiene y no por su número de soldados y armamento", ha afirmado la joven, ataviada con un sari color salmón, con la fuerza y la seguridad que la caracterizan.
La candidatura de Malala se ha impuesto a los otros dos finalistas que optaban al premio este año, entre ellos el exanalista de la  Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, que filtró el  espionaje masivo de los servicios de inteligencia estadounidenses,  cuya candidatura fue promovida por el grupo de los Verdes y la Izquierda Unitaria Europea.
También optaban al galardón este año tres disidentes bielorrusos  -Ales Bialatski, Eduard Lobau y Mykola Statkevich- que fueron  detenidos en las protestas pacíficas de diciembre de 2010 en contra  d la polémica reelección de Alexander Lukashenko.
La Eurocámara concede este galardón, dotado con 50.000 euros, desde 1988 a personas u organizaciones que se hayan distinguido por  su lucha contra la injusticia y la opresión en el mundo. Su nombre rinde homenaje al primer galardonado con el premio, el físico y  político disidente soviético Andrei Sájarov.
El premio recaló el año pasado en los disidentes iraníes Nasrin  otoudeh y Jafar Panahi en reconocimiento por su lucha a favor de la  democracia y los Derechos Humanos en su país.

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