lunes, 20 de mayo de 2013

Quince años de la revista “el observador”.

Por: Franklin Robles López.

“No bien se nace, ya están junto a la cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las religiones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos y lo atan y lo enfajan y el hombre es ya para toda la vida un caballo embridado”. José Martí
La Revista “El Observador” cumple quince años de ininterrumpido servicio en el campo de la comunicación, investigación  y orientación pública, trabajo que se cumple fundamentalmente gracias al esfuerzo y tesón de su director, don Jaime Cedillo, así como de sus destacados colaboradores, que, edición tras edición hacen de esta Revista una de las más leídas en el Austro ecuatoriano y en el país en general.
La revista El Observador es un medio que  dedica especial atención a los problemas sociales y públicos, por lo que siempre se encontrarán en sus artículos y reportajes la relevancia de los asuntos destacados a favor de la comunidad y la crítica en los casos en que el cumplimiento al deber no haya ocurrido.
Por ello, y en tratándose de esta celebración de tres lustros de fructífera labor, se hace imperativo resaltar la vigencia de esa importantísima norma constitucional que en su Art. 66, numeral 6, dispone: “El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y manifestaciones”.
Sin duda se trata de un derecho humano fundamental que esta además recogido en el Art. 19 de la Declaración Universal de Los Derechos Humanos de 1.948. De este derecho deriva el de imprenta o lo que se conoce como la libertad de prensa.
Los ecuatorianos debemos defender la vigencia de este ejercicio de libertad, porque a través de él se opera el libre uso del pensamiento y  la facultad de pensar y tener un determinado criterio respecto de los hechos acaecidos o que acontecen en la sociedad.
Desde luego hay que separar el abuso que han cometido algunos medios,  al dislocar la verdad de los hechos y orientar o informar desde una óptica muy particular, lo cual en muchos casos no solo que ha inducido a una desorientación política y social, con todas las consecuencias que de ello se derivan,  sino que  ha causado daño irreparable a ciudadanos inocentes que han sido imputados por delitos que nunca cometieron.
Hay que considerar siempre que el derecho a la libertad de expresión conlleva también la responsabilidad social,  como obligación y tarea de todos. Como lo señala una publicación de Jorge Fernández Costael, “El libre pensamiento ‘auténtico’ es aquel que ha sido provocado por motivos constantes y esenciales; por aquello que al individuo le resulta significativo e indispensable. Aquel que le permite llegar a conclusiones no contradictorias después de recorrer el proceso cognoscitivo, en forma responsable y metódica, sin apartarse del orden lógico planeado, utilizando todos los mecanismos de la razón y leyes que conoce.”
Que la Revista El Observador continúe por la senda trazada, que su Director y colaboradores sigan ofreciendo sus valiosos aportes a la formación de la opinión ciudadana, por el bien común. Porque se trata de un medio auténticamente independiente, responsable,  inclaudicable, defensor y solidario con las causas justas y rectas.



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