domingo, 13 de enero de 2019

Paco Moncayo sí ama debatir, pero solo

   en Conexiones4P/Elenfoque  por 
Paco Moncayo tuvo ayer un día amargo en redes sociales a causa de su negativa a participar en un debate organizado por la Cámara de Comercio de Quito, el 17 de enero. En un principio Moncayo dio su acuerdo el 27 de diciembre. Ayer sin embargo declinó al ver, dijo en su mensaje, que se trataba de un debate con otros candidatos. En realidad, en la carta que le envió el presidente de la Cámara, Patricio Alarcón, y que publicó en su cuenta de twitter, Moncayo fue invitado a un debate. Pero ayer, en su twitter, hizo una interpretación restrictiva, según la cual él sí quiere compartir su propuesta, en el marco de un debate que organiza la Cámara con los candidatos, pero no debatirla.
Su negativa le granjeó un gran cantidad de comentarios desfavorables. Incluso circuló un mensaje suyo del 26 de enero de 2017, en el cual escribió: “En democracia, el debate frente al pueblo es un deber cívico”.
Nadie aplaudió a Moncayo por rehuir el debate. La explicación que dio es retorcida y no da cuenta de su posición real. Meses atrás, casi 4, los Pelagatos hicieron una gestión con el equipo del general para comprometerlo a participar en un debate con candidatos cuyos nombres, en su totalidad y en ese momento, ni siquiera se conocían. La respuesta fue contundente: Moncayo no asistirá a ningún debate con otro u otros candidatos. La razón invocada era carácter estratégico: Moncayo tenía cerca de 40 puntos en los sondeos y al que lo seguía (sin ser candidato pero habiendo dejado entender que posiblemente correría por la Alcaldía de Quito) le llevaba casi 25 puntos. Era (y sigue siendo) Jorge Yunda. Otros posibles candidatos, apenas esbozados en los sondeos, componían un pelotón que sumaba cada uno 3,4 ó 5%. Moncayo, se nos dijo, no iba a ayudar a subir a nadie en los sondeos. Y no iba a debatir con candidatos que ni de lejos tenían, como él, el apoyo del electorado.
El propio Paco Moncayo ratificó esta posición en un encuentro casual en Radio Centro con este pelagato. Se dijo presto a esclarecer su programa en presentaciones públicas. O en entrevistas. Pero sin debatir con otros candidatos. El general, para justificarse, aludió a su experiencia, al conocimiento que tienen los electores de Quito sobre su gestión y, por último al manejo que tiene de los temas de la Capital. Los otros candidatos supuestamente carecen de esos atributos.
El hecho cierto es que su negativa a participar en un evento de las características planteadas en septiembre por 4P., o en diciembre por la Cámara de Comercio de Quito, tiene una sola explicación. Una vieja creencia que los políticos comparten y que se puede resumir así: si encabezas las encuestas, ignora a los contendores. Confrontarlos es hacerlos crecer.
Moncayo ha visto descender sus cifras, pero no ha visto incrementarse en forma peligrosa para sus expectativas las de sus contrincantes. Mientras eso dure, y en su equipo están convencidos de que nada alterará fundamentalmente la situación actual, el general no debatirá. Sus cifras bajan pero siguen estando por encima del 30%. Yunda sigue lejos y nadie en el pelotón, compuesto ahora por 15 candidatos, supera el 10%. Por supuesto ese tablero está llamado a cambiar. Pero la ecuación irremediable que definirá la Alcaldía de Quito, desde la estrategia planteada por el equipo de Moncayo, se sostiene en dos variables.
  1. Si despuntan uno o dos de sus competidores evaluará cuánto suben y a qué velocidad.
  2. Y cuánto baja él y a qué velocidad. Lo importante es que cuando esas dos líneas se crucen sea a su favor.
Moncayo, a pesar de sus supuestas convicciones puestas en su tuit en 2017, no forzará la dosis. No se saldrá de lo que está haciendo y que hasta ahora lo tiene arriba en los sondeos. Él esperará, como el líder de una prueba ciclista, para ver qué pasa en el pelotón. Y si, por esas cosas de la política que conoció, por ejemplo, Augusto Barrera, necesita el debate para rematar su campaña, debatirá. Y jurará que esa fue su posición siempre. Debatir: salvo que antes no valía la pena. Hay que recordar que también Barrera lideró los sondeos durante largas semanas antes de la elección. Y cuando se le volteó la tortilla no tuvo tiempo de cambiar de estrategia.
Moncayo-ciudadano escribió que el debate ante el pueblo es un deber cívico. Moncayo-candidato rehuye el debate bajo cualquier pretexto. El consejero Luis Verdesoto dijo a 4P. que el CNE está pensando volver los debates obligatorios durante las campañas electorales. Al menos así los políticos tendrán que debatir aunque sea un par de veces. Porque los políticos en campaña, se está viendo en el caso de Paco Moncayo, no creen en los principios: se inclinan ante las órdenes de sus estrategas.
Foto: El Telégrafo.

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