lunes, 17 de octubre de 2016


LA DERECHA QUIERE REBASAR LAS IDEOLOGIAS

                                                               


Lo peor de parte de una sociedad
manipulada por la política,
es ver a pobres defendiendo a ricos,
culpables de su pobreza
(Paulo Coelho).

No hay  que confundirse con ciertas teorías de la derecha que hablan del “fin de la historia”, el “fin de las ideologías”, o de “rebasar a las ideologías”, o el “superar la lucha de clases”, etc., todos las cuales tiene propósitos neocoloniales y que difieren totalmente de nuestra racionalidad andina.

La derecha quiere rebasar las ideologías para imponer la hegemonía del capital, y nosotros los andinos pretendemos ampliar las ideologías para convivir en la variedad y la diferencia de conciencias, lo cual es totalmente diferente.

 Si bien hay que cuestionar el dogmatismo de la izquierda occidentalizada, no se puede caer en un eclecticismo o un inclusivismo, incauto e ingenuo, para ser cómplices de la homogenización del pensamiento dominante.

¿Cómo se puede pretender dialogar con la derecha para buscar con ellos “la defensa de los más vulnerables, terminar con la explotación y opresión, la defensa de la naturaleza”?

 ¿Desde cuándo acá la derecha, en el Ecuador o en alguna parte del mundo, se ha interesado por los más vulnerables, por la opresión, por la naturaleza?.

Desde cuando acá,  “la única ideología que hará levantar al Ecuador es la unidad sin exclusión”, para palmearse con Nebot o con Laso. Acaso poniéndose a la cola de la derecha y sacando mayor porcentaje ya no van a estar entre los últimos?

Aquí lo que se ve, como siempre, es que en tiempo de elecciones saltan los intereses personales y se puede ver quienes realmente son. Aquí se desnudan tal cual son, pero luego que pasan las elecciones y dependiendo de cómo les ha ido, salen sus discursos rebeldes, revolucionarios, identitarios.

A pretexto de combatir al correismo se ponen a la cola de la derecha esperando remar alguna tajada, pues creen que serán los próximos ganadores y no confían en otras posibilidades como el “Acuerdo Nacional por el Cambio”.

Conjuntamente entonan con la derecha que ya desaparecieron las ideologías y de que ellos van a recuperar la democracia, la institucionalidad, la separación de poderes, etc.; cuando a ellos les importa un “pepino” los indios y peor sus epistemologías y paradigmas.

Lo mismo se puede decir de los “indígenas” que están en Alianza País y otros partidos, lo cual demuestra que no es la raza o la etnia o una genética la que determina una posición sino la manera de asumir y de responder a la vida y la “realidad”.

El racismo no se define por el dominio de los blancos sobre la gente de color, sino por el tipo de ser humano: blanco, indio, mestizo, negro, cholo, montubio,  que hace posible tal dominación.

Por lo tanto, hablar y unirse con la derecha que ha atacado desde hace 524 años al mundo andino, indudablemente que es una traición. Como los felipillos en la época de la invasión ayudando a los colonizadores, ahora los neo-felipillos poniendo la alfombra roja a los grupos hegemónicos.

Los que hoy se hacen los abiertos y democráticos cuando necesitan del voto de todos pero que luego les dan yuca, tal como somos testigos de la historia política nacional y mundial.

En todo caso, existe la esperanza y la posibilidad de construir el Sumak Kawsay, que garantice y asegure  un estado democrático, plurinacional e intercultural, desde la propuesta de ACUERDO NACIONAL POR EL CAMBIO.  


Con la derecha es soñar en castillos en el aire, pero, algunitos ya lo creen posible y seguramente piensan que metiéndose en su patio los van a convencer de luchar por los oprimidos. 

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