domingo, 13 de julio de 2014

LA PUGNA QUE NO EXISTE



 Los hechos no necesitan calificativos. Pero, al unir hechos se pueden sacar conclusiones. por ejemplo, al unir las decenas de procesamientos a medios, el montaje de sistemas de vigilancia a medios 24/7 a cargo de empresas privadas.
La contratación de consultorías con supuestos “expertos” para completar la vigilancia a los medios y el montaje de observatorios estatales para ofrecer los parámetros supuestamente técnicos para refinar la persecución en contra de medios y periodistas. Y con todos estos hechos, podemos decir que a un año de su vigencia la Ley de Comunicación superó con creces las peores expectativas y se ha convertido en un verdadera masacre de la libertad de expresión. Una vez dejemos hablar a los hechos.

El 20 de mayo de 2014, Ecuavisa, en la edición nocturna de su noticiero, decidió abstenerse de informar sobre denuncias de restricciones a los derechos civiles en una comunidad ubicada en la provincia de Imbabura, al norte del país, para cumplir con la Ley Orgánica de Comunicación (LOC). El presentador del informativo, Alfonso Espinosa de los Monteros anunció así la decisión del medio de comunicación: “La Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos denunció una supuesta restricción de derechos civiles por parte de autoridades a los habitantes del sector de Íntag, provincia de Imbabura, en donde la Empresa Nacional Minera desarrolla un proyecto de exploración de cobre. En vista de que no se presentaron evidencias de la denuncia y de que tampoco podemos tener acceso al lugar, ni logramos una respuesta de la empresa minera nacional, nos abstenemos de informar sobre estas denuncias para dar cumplimiento a la Ley Orgánica de Comunicación”. ¿Pede haber ejemplo más explícito de la autocensura?
El presidente Rafael Correa, en su Enlace Ciudadano N° 374 del 17 de mayo reclamó  la falta de cobertura que dieron los medios a su visita a Chile y pidió a sus partidarios que actúen. El cumplimiento a la orden presidencial no se hizo esperar y el 4 de junio de 2014, la Supercom admitió a trámite la primera denuncia presentada por Carlos Vera Quintana -coordinador de un “Observatorio de Comunicación y Derechos y Fundación Pensar Crítico”- en contra de La Hora, El Universo, El Comercio y HOY. Su argumento fue la falta de información “suficiente” sobre la visita del presidente Correa al país del cono sur. Dicha denuncia también se fundamentó en el artículo 18 de la LOC que establece, entre otros puntos que “la omisión deliberada y recurrente de la difusión de temas de interés público constituye un acto de censura previa”.
Alguna organización internacional, que en algún momento de los años ochentas y noventas jugó un papel destacado en la defensa de la democracia y los Derechos Humanos en América Latina, ha llegado a plantear un “debate entre dos modelos de libertad de expresión: el liberal y el democratizador.
En realidad, plantear tal debate es una falacia. No existen dos modelos de libertades o de derechos humanos: el modelo anglosajón o liberal y el modelo de los países del sur o democratizador.  Tal cosa solo la sostienen los gobiernos que irrespetan o abiertamente violan los derechos humanos con el fin de justificar sus acciones.
Los únicos modelos en pugna es el respeto a los derechos y libertades fundamentales o la censura y la restricción directa o sofisticada de tales derechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario