Por: Jaime Cedillo Feijóo.
Los problemas que tiene la
Orquesta Sinfónica de Cuenca son varios y graves. No se trata únicamente de los
inconvenientes entre varios músicos y el Director Caisabanda Cholota, por las
acusaciones de agresiones verbales, insultos, muestras de desprecio que han
sido calificadas como intolerables por los acusadores, durante una rueda de
prensa que ofrecieron en el auditorio de la Cámara de Comercio, que han
repercutido a nivel nacional. Tanto es así, que la Presidencia de la República
ha pedido a la Ministra de Cultura, Erika Silva, una investigación de las
“supuestas irregularidades”.
Una Orquesta Sinfónica que es el
símbolo, referente, carta de presentación de la cultura de la ciudad, que
ostenta el título de “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, no puede estar
envuelta en “dimes y diretes”, afectando su buen nombre en el concierto
nacional e internacional. El Ministerio de Cultura está en la obligación de
poner punto final a esta situación que ha trascendido los límites internos,
limpiando la casa, con una reestructuración administrativa, entregando los
recursos que la Institución requiere, con evaluaciones profesionales al
personal de músicos, auditando el buen uso de los pocos recursos económicos que
se asignan, dotándole de un espacio físico cómodo y funcional.
La Orquesta Sinfónica de Cuenca,
fundada hace 40 años, tiene que renacer como el “Ave Fénix”, para que vuelva a
ser la primera entidad cultural de la urbe “morlaca”, otrora orgullo de la “Atenas
del Ecuador”, tal como soñaron sus fundadores con José Castelví Queralt al
frente. Cuenca le debe mucho al Maestro Castelví, es hora que el Concejo
Cantonal reconozca su obra con un gran homenaje de agradecimiento, tal como
dice la canción: “en vida, de muerto ya para qué?”.
El Observador, se acercó a uno de
los integrantes de la Junta Directiva de la Orquesta Sinfónica, Diego Carrasco,
que actúa en representación del Alcalde, Paúl Granda, para conocer sus
opiniones sobre la crisis que está viviendo la Orquesta. Carrasco es
actualmente Director de Cultura del Municipio (por segunda vez en esta
administración), ex Director Ejecutivo de la Bienal de las Artes (antes llamada
Bienal de Pintura). Llegamos a la Casa de Chaguarchimba, donde actualmente funcionan
las oficinas de Cultura, justo a tiempo, cuando el personal que labora con él,
le habían preparado una torta, helado, galletas, por su cumpleaños 45. “!45 le
dije!, cuando llegue a los 50 me cuenta”. Allí, en una pequeña mesa, se
desarrolló la siguiente entrevista:
¿Qué está sucediendo al interior
de la Sinfónica, las denuncias que se han hecho han provocado un grave daño a
la imagen de la ciudad?. ¿Cuál es su criterio?.
Los últimos dos años han sido muy
complejos para la Sinfónica. Las dificultades en esta Institución vienen
arrastrándose, no es tema de ahora, ni tiene que ver con el Maestro Caisabanda.
Hay aprietos estructurales de vieja data, con una complejidad enorme que tienen
que irse resolviendo de a poco.
¿Pero cuáles son esos problemas de
vieja data?.
Primero, la composición original
de la Sinfónica. Cuando el Maestro Castelví fundó la Sinfónica con todo el
acierto, los músicos no tenían la formación académica necesaria; con el paso
del tiempo esto repercutió en el nivel musical de la Sinfónica.
Hace un paréntesis para señalar
que el Ministerio de Cultura a realizado un proceso de mejoramiento con las
cuatro sinfónicas que hay en el país, incluída la de Cuenca, que ha implicado
evaluaciones a todos los músicos.
Esto ha generado inconformidades,
nerviosismo dentro del cuerpo musical. Se han realizado evaluaciones internas,
externas, con especialistas internacionales. Esto provocó que algunos músicos
salgan, otros renuncien acogiéndose a la jubilación voluntaria. Se ha
conseguido un perfeccionamiento en el 90 por ciento de los músicos porque se
dedicaron a estudiar. La última evaluación a los músicos se hizo el pasado mes
de diciembre con resultados óptimos. Estamos satisfechos y orgullosos con este
proceso.
Además, le debo decir que el año
pasado, la Orquesta Sinfónica de Cuenca, sobrepasó sus expectativas de público,
esto significa que ha mejorado en la calidad de sus presentaciones.
Segundo: La Sinfónica enfrenta una
molestia seria de infraestructura. No se dispone de espacios suficientes para los
ensayos individuales; no se ha podido implementar un sistema adecuando de
capacitación; tiene problemas presupuestarios. La Sinfónica de Cuenca no tiene
el mismo tratamiento que las otras sinfónicas. No tiene el mismo rango de
sueldos. La Junta Directiva viene insistiendo más de dos años ante los
organismos competentes (Ministerios de Finanzas y Cultura), para que se
homologue los sueldos, porque no tiene sentido que una sinfónica tenga menos
presupuesto que las otras.
Tercero: Hay dificultades para renovar
los instrumentos, justamente por falta de dinero.
¿Cómo puede funcionar bien una
Orquesta Sinfónica, si a más de lo que usted muy bien señala, existen profundas
diferencias entre los músicos y el Director Caisabanda?.
Jamás hemos pretendido negar esas
diferencias, pero no creemos (por lo menos es mi opinión y puede revisar las
actas), donde he insistido permanentemente sobre estos inconvenientes, que con
la salida del Maestro se solucionen todos los asuntos, no pienso; otros
directores también tuvieron que enfrentar estos inconvenientes, lo que nos
demuestra que el manejo de una Sinfónica es conflictivo. No es nuevo, y no pasa
solamente en Cuenca.
¿Qué medidas ha tomado la Junta
Directiva?
Con llamados de atención al
Maestro Caisabanda, a los músicos, que en algún momento le llegaron a desafiar
a golpes. Ahora, en medio de esta situación compleja, la Junta ha tratado de
evitar que las cuestiones trasciendan, para que no le afecte aún más a la
propia Sinfónica. Nuestro único interés es que la Orquesta Sinfónica de Cuenca
se mantenga, mejore, avance, porque es parte del patrimonio de la ciudad.
¿Y las denuncias en contra del
Maestro Caisabanda en dónde quedan?
Personas que ya no pertenecen a la
Sinfónica, que salieron por un proceso administrativo absolutamente
transparente, que se atribuyen funciones, que tratan de liderar a pequeños
grupos de música dentro de la Sinfónica, han hecho públicas situaciones
internas.
¿Pero se justifica la conducta del
Maestro Caisabanda?
Usted debe hablar con el actual
representante de los músicos ante la Junta Directiva, el señor Juan Abril.
Insisto, no estoy negando los problemas, pero nunca han sido del nivel que se
han denunciado. Ahora ciertos músicos están cuestionando la presencia de Juan
Abril en la Junta, entonces, la cuestión no es solamente con el Director
Caisabanda.
Si la tónica de la Sinfónica
fueran las agresiones, la violencia, las ofensas, cómo entonces mejorarían sus
niveles, cómo tendría más públicos, cómo podría asumir retos más complejos.
Desgraciadamente hay personas que no se dan cuenta del daño que han hecho a la
Sinfónica. Su trabajo es denodado, gigantesco, de los propios músicos. Yo no
defiendo a Caisabanda, pero en medio de una situación crítica, lo menos que
podemos hacer es generar más crítica.
¿Cada qué tiempo se reúne la Junta
Directiva?
Cada tres semanas, y la sesión más
corta dura cuatro horas, donde se discute y analiza cada tema, buscamos
soluciones.
¿Dicen los denunciantes que el
Maestro Caisabanda ingresó a la Sinfónica por la ventana?.
Es absolutamente falso. Primero se
hizo una convocatoria pública, Caisabanda presentó sus documentos, y una
comisión le seleccionó como Director titular. En aquella época no se exigía la
inscripción del título como se lo pide actualmente. Durante más de un año los
señores músicos pedían con todo su derecho que el señor Caisabanda presentara
la titularidad, cumpliera la capacitación, tanto de tercer como de cuarto
nivel. Este proceso demoró mucho por la regularización de los documentos en el
exterior, presentó los mismos avalados por las respectivas embajadas; en las
páginas del SENECYT ya constan los título del señor Caisabanda. Este proceso
fue claro y su acreditación y sus grados académicos están ya reconocidos
legalmente. Es un asunto concluido. Que los músicos cuestionen que Caisabanda
no tiene la capacidad, es algo que deberán determinar los especialistas en
música, luego de las evaluaciones.
¿Pero también evaluaciones
psicológicas, no cree?
Yo tengo una Maestría en
Psicología, pero no puedo decir, sin hacer una examen serio, consciente, que
tenga dificultades. He solicitado que la Sinfónica contrate un Psicólogo
Laboral que trabaje y presente conclusiones, pero por la falta de presupuesto
no ha sido posible.
¿Y la señora Ministra qué dice de
todo esto? ¡Viva la revolución!.
La ministra Silva conoce al
detalle por informes de sus asesores. Hemos pedido que vengan a Cuenca a
desarrollar talleres que nos permitan analizar la integralidad.
¿Y la falta de espacios físicos,
cómo se puede resolver?
Está por pasar todo el complejo
Pumapungo a manos del Ministerio de Cultura, en donde la Sinfónica deberá tener
muchos más espacios para trabajar. Además, conocemos que hay la disposición de
la ministra para homologar los presupuestos, los salarios de los músicos. El
Ministerio de Finanzas tiene la última palabra.
La Orquesta Sinfónica de Cuenca es
de todos los cuencanos, pertenece a la ciudad. ¿El Alcalde qué ha dicho?.
Así es, es un tema de ciudad, por
eso el Alcalde a quien represento, me ha pedido no una sino varias veces, que
tengamos una incidencia directa. Yo no fallo a una sesión de la Junta
Directiva, tremendamente complejas, desgastantes. Hemos pedido a los músicos
que no salgan a la prensa a decir lo que no es, con desconocimiento de las
resoluciones.
¿Cuál sería su mensaje a los
músicos, a los fundadores, a la ciudadanía en general?
Lo que queremos tener es un cuerpo
de músicos de primer nivel, para lo cual el Ministerio de Cultura ha invertido
cuantiosos recursos, trayendo del exterior evaluadores de primer nivel. Este
año la programación musical contará con un presupuesto definido, por primera
vez.
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