¡Qué les parece! Así luce la pileta del parque tradicional de San Sebastián: sin mantenimiento, abandonada, sucia, sin agua, convertida en botadero de basura. Este parque, rodeado de casas patrimoniales, como el Museo de Arte Moderno, sede principal de la Bienal Internacional de Pintura, es visitado por turistas nacionales y extranjeros, que miran con asombro cómo la paupérrima administración municipal, la que derrocha el dinero de los cuencanos en tarimas, propaganda, burocracia dorada, viajes de placer, contratos fantasmas; no tiene presupuesto para mantener los parques y sus piletas de la Cuenca patrimonial, con vida, limpios y relucientes con agua cristalina. Esa es la realidad del doble discurso. Primero está el derroche, la viveza criolla, el resto que espere. A esto llama el violento: Amor por Cuenca.
"Donde la ignorancia con arrogancia grita, el silencio con elegancia enseña".
El Observador
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