jueves, 30 de octubre de 2025

 

NUEVAMENTE LA LIBERTAD DE PRENSA EN PELIGRO
Por Jaime Cedillo F.
"La libertad de expresión en Ecuador está reconocida constitucionalmente como un derecho fundamental, pero su ejercicio práctico enfrenta serios desafíos como la censura, la autocensura y la violencia contra periodistas. La legislación, como la Ley Orgánica de Comunicación, ha sido criticada por generar restricciones, y aunque la libertad no es absoluta e implica responsabilidades, su aplicación a menudo genera tensiones y limita el periodismo crítico".
Esto es justamente lo que está ocurriendo con varios medios de comunicación y periodistas ecuatorianos que están siendo hostigados por el gobierno del "Nuevo" Ecuador, por el "delito" de informar lo que el gobierno no quiere que se sepa, es decir, casos de corrupción que han sido sacados a la luz pública por el trabajo de la prensa comprometida con los intereses del pueblo, no del gobierno de turno, sea quién sea, del color que sea, llame como se llame, por más poderoso que se crea. Para muestra basta un botón: el tristemente célebre contrato del Estado con PROGEM, donde se hicieron humo más de cien millones de dólares. Y, los responsables directos: muy bien gracias.
Es, simplemente, intolerable, que este gobierno se haya dedicado a perseguir la Libertad de Prensa, con pretextos arbitrarios, utilizando todos los poderes a su alcance para intimidar, como el es caso de Diario Expreso de la ciudad de Guayaquil, que es víctima de una persecución (investigación del SRI) por presuntas inconsistencias tributarias en su sistema de distribución; difundiendo el gobierno noticias falsas en contra del diario, manipulando su imagen y de sus periodistas para desprestigiarlos ante la opinión pública. Ni hablar de las ofensas de la vocera gubernamental en sus "lunesinas", prohibiendo el ingreso de los incómodos, de los "perros" que cuestionan, que no callan.
Esa no es la manera señores que ostentan el poder, el poder que es para servir y no para servirse. Vuelven las prácticas nefastas del correísmo, que hizo una persecución implacable a los que no se sometían, a los que osaron denunciar las corruptelas de ese gobierno, saqueador de los recursos del Estado, con "manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes".
Para saciar su odio y venganza, montaron una Superintendencia de Comunicación, pusieron a un títere (perro rabioso) que siguió cada semana las órdenes del hoy prófugo de la justicia. Desde las sabatinas se mofaba de la prensa y de los periodistas que no eran de su agrado; daba las órdenes al títere y el títere hacía su trabajo al pie de la letra, a cambio recibía un suculento sueldo "revolucionario". Cuando el prófugo enfurecía, rasgaba los periódicos, ponía apodos los comunicadores que investigaban, que preguntaban, que escribían las verdades, y como las verdades duelen, el intolerante amo y señor de todos los poderes, sentenciaba a quién debían perseguir y sancionar. Y, estaban listos los sumisos para ejecutar sus órdenes.
Uno de los periodistas que fue asesinado en esa época oscura para la prensa nacional, fue el periodista Fausto Valdiviezo, ocurrió el 11 de abril del año 2013, cuando salía de visitar a su señora madre; tres disparos acabaron con su vida. El "todopoderoso" Correa, lo insultaba públicamente llamándolo "enanito agitador de bigote", exigió a los directivos del medio de comunicación incautado que lo despidan, y la orden fue ejecutada ipso facto.
El crimen nunca fue esclarecido, la justicia está en deuda con sus familiares y con la libertad de prensa; se inventaron que el responsable fue la delincuencia común, lo mismo dijeron cuando asesinaron al general Jorge Gabela, que denunció la compra irregular de los helicópteros Druv, que fue la delincuencia común, pero todos sabemos que los autores y cómplices están en libertad, mientras su señora esposa no descansa un día exigiendo justicia, justicia que nunca llega.
"El asesinato ocurre cuando se causa la muerte de una persona intencionadamente, a diferencia del homicidio, y concurren agravantes como la alevosía (atacar sin dar oportunidad de defensa), el ensañamiento (aumentar deliberadamente el sufrimiento) o el precio, recompensa o promesa (matar por encargo). También se considera asesinato si la muerte se comete para facilitar u ocultar otro delito".
El Observador, medio de comunicación que ha luchado y seguirá luchando por la libertad de expresión, rechazamos la maniobras del gobierno del señor Noboa y sus acólitos, en contra de la prensa que cumple con fidelidad su trabajo, y le recordamos que la libertad de expresarse libremente está consagrada en la Constitución y en los tratados internacionales como la Declaración de Chapultepec (suscrita en 1994)
"Buscar, recibir y difundir información e ideas sin censura".
El Observador

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