martes, 7 de octubre de 2025

 

ATAQUES A LA LIBERTAD DE PRENSA Y EXPRESIÓN
"Usted puede prohibirme lo que quiera y yo le cumplo; lo malo es que no puede prohibirme lo que pienso".
Gabriel García Márquez
Por Jaime Cedillo F.
Para la vocera del gobierno de Noboa, del "Nuevo" Ecuador, Carolina Jaramillo, no es nada nuevo las agresiones a la prensa por parte de infiltrados en las manifestaciones y las fuerzas policiales, esto ya se practicó y con creces durante el gobierno correísta, del que formó parte con pasión. Era una "revolucionaria" comprometida y convencida. Ahora, también lo es.
La historia se repite, vuelven con fuerza las intimidaciones a los periodistas que están en el "campo de batalla", reportando para sus medios, de manera libre, independiente. Organismos nacionales e internacionales, que trabajan por la libertad de prensa, han dado cuenta que la lista va siendo larga de los atropellos al trabajo periodístico.
Las imágenes que han circulado, en lo que va de esta tercera semana de paralizaciones, en distintos sectores del país, muestran cómo hombres y mujeres periodistas, han sido acosados con amenazas, empujones, insultos, rociados con gas lacrimógeno, arrebatados sus celulares y cámaras.
Sobre esto la vocera ni se inmuta, prefiere hacerse de la vista gorda, no responde los cuestionamientos, evade las preguntas con respuestas vagas, eso a mi no me compete. Los reporteros que cubren las ruedas de prensa, que ofrece, cada lunes, Jaramillo, deberían hacer espíritu de cuerpo, tener la decencia de no asistir a esas convocatorias de la vocera de la prensa gubernamental, en rechazo a la política de amedrentamiento de que son víctimas los cronistas, informadores, fotógrafos, corresponsales extranjeros.
El artículo 75 de la Ley Orgánica de Comunicación (LOC) de Ecuador establece que: “Las y los trabajadores de la comunicación tienen el derecho a cubrir, sin ser impedidos ni agredidos, hechos de interés público. La fuerza pública deberá garantizar su seguridad durante el ejercicio profesional.”
Desde la dirección de El Observador, nos solidarizamos con los colegas que han sufrido atropellos, rechazamos con firmeza la violencia venga de dónde venga, porque estamos convencidos, así como la mayoría de ecuatorianos, que ese no es camino , sino la paz, los acuerdos, el diálogo es la vía adecuada para la solución de los graves y serios problemas que tiene el pueblo.
Se pierden millones de dólares diarios con esta paralización, y todavía no se alcanza a ver una pequeña luz de sensatez, al final del túnel. Enfrascados, de parte y parte, en sus caprichos, enfrentado pueblo contra pueblo, mientras que los generadores del caos hacen su agosto, los bandoleros de cuello blanco, meten leña al fuego para sacar su tajada de impunidad por los delitos cometidos. Ellos son los que pescan a río revuelto, los que pagan para incendiar el país, los que traen turbas de extranjeros para meter cizaña, los infiltrados-terroristas que cumplen con las consignas del prófugo de la justicia y todo su séquito de enloquecidos por la ambición del enriquecimiento ilícito. Quieren más, no se cansan, el pueblo les importa un comino.
La prensa honesta, la que no responde a intereses políticos, la que se juega día a día, para informar a sus públicos, la que arriesga su vida en busca de la noticia, la que trabaja con ética, pensando en el bienestar colectivo, esa es la prensa que dignifica al periodismo, al mejor oficio, no a esa prensa inmoral, cínica, vacunadora y extorsionadora, que vive del chantaje, de la venta de conciencias a cambio de una pauta, esa prensa que se entrega al mejor postor, a cambio del contrato, de la dádiva, del halago. A esa prensa corrupta, hay que señalar con el dedo.

La Libertad de Expresión: ni se compra, ni se vende, ni se transa.
El Observador

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