Queridos miembros de Avaaz: | Como médico, soy uno de los pocos testigos de los horrores inimaginables que ocurren en Gaza.
He trabajado en hospitales arrasados por las bombas y el hambre. He visto lo que nadie debería presenciar, ni vivir en carne propia. Siento todo ese sufrimiento con una intensidad visceral.
Recién nacidos esqueléticos, niños y niñas mutilados. Madres desnutridas e incapaces de dar pecho a sus hijos. Enfermeros, doctoras y cirujanos desfalleciendo de hambre.
Los médicos hacemos un juramento por el que nos comprometemos a velar por el bienestar de nuestros pacientes. Y eso va más allá de los tratamientos o los cuidados más inmediatos.
Por eso me uní a Avaaz y fui a reunirme cara a cara con los gobiernos para contarles lo que he visto. Para exponerles la realidad del genocidio y el precio de su inacción.
Los políticos lloraron. Vi cómo se derrumbaban, oí cómo admitían que no sabían que la situación era tan grave y noté cómo cambió el ambiente cuando se dieron cuenta de que esos niños hambrientos, que mueren solos bajo las bombas, podían haber sido los suyos.
Por fin, algunos gobiernos están anunciando sanciones y suspendiendo el suministro de armas. Pero no es suficiente. Ahora tenemos que convertir ese goteo de esperanza en una marea global. Por eso me permito solicitar tu ayuda.
Avaaz se está organizando para llevar muchos más médicos a reunirse con tantos presidentes y ministros como sea posible. Tienen el poder de detener este genocidio y abrir las fronteras para que entre toda la ayuda humanitaria que hace falta.
No podemos entregar esa ayuda nosotros mismos pues el bloqueo israelí lo hace imposible. Pero sí podemos luchar con todas nuestras fuerzas para que nuestros gobiernos intervengan. Dentro de mí arde una llama por todos los niños que han muerto en mis brazos. Y no voy a detenerme, doy mi palabra.
Este genocidio acabará. Lo que importa ahora es cuántos niños más perderemos antes de que llegue ese momento.
Por favor, dona lo que esté en tus manos para permitirnos llegar al corazón de quienes tienen el poder de acabar con este horror. Tu donación contribuirá a poner fin al genocidio y a levantar el bloqueo humanitario. Dona ya lo que puedas: |
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No es una catástrofe natural: es una masacre y una hambruna deliberada. Los camiones aguardan en la frontera con leche de fórmula, alimentos y medicinas, pero Israel no los deja pasar. Los políticos no siempre se conmueven con titulares o reportajes. Pero he visto con mis propios ojos su reacción cuando escuchan el testimonio cercano de otros doctores como yo. Basta un instante de conexión humana para abrir una grieta en el muro de la indiferencia. Y cuando se combina con una presión ciudadana incansable, las excusas se agotan y se abre el camino a la acción real. Ahora, si recaudamos lo suficiente con este correo, podríamos: - Financiar más encuentros de delegaciones de médicos con dirigentes de Estado, empezando en Europa para seguir en otros lugares del mundo después.
- Apoyar protestas y flotillas desde las calles de Berlín hasta los muelles de Marsella, para ayudar a detener el suministro de armas a Israel.
- Organizar acciones mediáticas frente a parlamentos y cumbres internacionales para obligar a los políticos a confrontar el genocidio y su capacidad de detenerlo.
- Aumentar el equipo de Avaaz dedicado a Gaza, sumando coordinadores de campañas y expertos en narrativas y comunicación, para darle un giro al relato sobre Palestina.
- Financiar el trabajo de Avaaz sobre el terreno en Palestina, ayudando a organizar a miles de personas para poner fin al apartheid y la ocupación actual.
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